De manera que si usted se detiene a pensar, verá que, al fin y al cabo, uno no tiene por qué estar orgulloso de nada. ¿Qué le hace esto a su relación con la gente? ¿De qué se queja? Un joven vino a quejarse de que su novia lo había desilusionado, que lo había traicionado. ¿De qué se queja? ¿Esperaba algo mejor? Espere lo peor. Usted está tratando con gente egoísta. Usted es el idiota; usted la glorificó, ¿no es así? Usted pensó que ella era una princesa, que la gente era buena. ¡No, no es! No es buena. Es tan mala como usted; mala ¿me entiende? Está dormida, lo mismo que usted. ¿Y qué cree usted que la gente pretende? Satisfacer su propio interés, lo mismo que usted. No hay ninguna diferencia. ¿Puede usted imaginarse como es de liberador saber que usted nunca volverá a desilusionarse, nunca volverá a decepcionarse? Nunca volverá a sentirse traicionado. Nunca se sentirá rechazado. ¿Quiere despertar? ¿Quiere la felicidad? ¿Quiere la libertad? Aquí está: Renuncie a sus falsas ideas. Mire a través de la gente. Si mira a través de usted mismo, mirará a través de todos los demás. Entonces los amará. Si no es así, estará todo el tiempo luchando con sus ideas equivocadas que usted tiene acerca de ellos, con sus ilusiones que constantemente se estrellan contra la realidad.
Tal vez es demasiado alarmante para muchos de ustedes entender que se puede esperar de todos los seres humanos - excepto los pocos que han despertado- sean egoístas y busquen su propio interés, bien sea en forma ruda o en forma refinada. Esto los lleva a ver que no hay por que desilusionarse de nada, no hay por que decepcionarse de nada. Si hubieran estado todo el tiempo en contacto con la realidad, no se habrían decepcionado. Pero decidieron pintar a la gente de colores brillantes; decidieron no mirar a través de los seres humanos, porque decidieron no mirar a través de ustedes mismos. Entonces ahora pagan el precio.