miércoles, 6 de enero de 2016

EL COMETA HALLEY*


En este texto, ya muy conocido, se observan los efectos de los memorandos (y la necesidad de saber escribir).

MEMORANDO

De: Director general
A: Gerente

El viernes próximo, alrededor de las cinco de la tarde, aparecerá el cometa Halley en esta zona. Se trata de un evento que ocurre cada 78 años. Por favor, reúna a todos los trabajadores en el patio de la fábrica, con cascos de seguridad, que allí les explicaré el fenómeno. Si estuviera lloviendo no podremos ver este raro espectáculo a ojo descubierto; en tal caso, todos deberán dirigirse al comedor, donde se exhibirá un documental sobre el cometa.

MEMORANDO

De: Gerente
A: Director de recursos humanos

Por orden del director general, el viernes a las cinco de la tarde aparecerá sobre la fábrica, si llueve, el cometa Halley. Reúna a todo el personal con casco de seguridad y llévelo al comedor, donde tendrá lugar un raro fenómeno que sucede cada 78 años a ojo desnudo.

¿FELICIDAD O INFELICIDAD?


EL COLADOR


Un grupo de devotos invitó a un maestro de meditación a la casa de uno de ellos para que los instruyera. El maestro dijo que debían esforzarse por liberarse de reaccionar en demasía frente a los hechos de la vida diaria, por lograr una actitud de reverencia, y por adquirir la práctica regular de un método de meditación que, a su vez, les explicó en detalle.

El objetivo era darse cuenta de que la vida espiritual debe estar presente en todo. Es estar conscientes de esto no sólo durante el período de meditación, sino constantemente, en lo cotidiano. El proceso es como llenar un colador con agua. El maestro hizo una reverencia ante ellos y partió.

El pequeño grupo se despidió de él y luego uno de ellos se dirigió a los demás, echando chispas de frustración: ¡Lo que nos dijo es como decirnos que nunca podremos lograrlo!

- ¡Llenar un colador con agua! Eso es lo que ocurre, ¿no? Al menos para mí. Escucho un sermón, rezo, leo algún libro sagrado, ayudo a mis vecinos con sus niños y ofrezco el mérito a Dios, o algo por el estilo y después me siento elevado. Mi carácter mejora durante un tiempo… no me siento tan impaciente, ni hago tantos comentarios sobre otras personas. Pero pronto el efecto se disipa y soy el mismo que antes. Es como agua en un colador, por supuesto. Y ahora él nos dice que eso es todo.

Siguieron reflexionando sobre la imagen del colador sin lograr ninguna solución que los satisficiera a todos. Algunos pensaron que el maestro les decía que las personas como ellos en este mundo sólo podían aspirar a una elevación transitoria, otros creyeron que el maestro simplemente les estaba tomando el pelo. Otros pensaron que tal vez se estaría refiriendo a algo en los clásicos que suponía que ellos sabían… buscaron, entonces, referencias sobre un colador en la literatura clásica, sin ningún éxito.

martes, 5 de enero de 2016

TIEMPO SIN RELOJ


LA PRÁCTICA ESPIRITUAL


LA INVITACIÓN


No me interesa saber cómo te ganas la vida. Quiero saber lo que ansias, y si te atreves a soñar con lo que tu corazón anhela.

No me interesa tu edad. Quiero saber si te arriesgarías a parecer un tonto por amor, por tus sueños, por la aventura de estar vivo.

No me interesa qué planetas están en cuadratura con tu Luna. Quiero saber si has llegado al centro de tu propia tristeza, si las traiciones de la vida te han abierto o si te has marchitado y cerrado por miedo a nuevos dolores. Quiero saber si puedes vivir con el dolor, con el mío o el tuyo, sin tratar de disimularlo, de atenuarlo ni de remediarlo.

Quiero saber si puedes experimentar con plenitud la alegría, la mía o la tuya, si puedes bailar con frenesí y dejar que el éxtasis te penetre hasta la punta de los dedos de los pies y las manos sin que tu prudencia nos llame a ser cuidadosos, a ser realistas, a recordar las limitaciones propias de nuestra condición humana.

No me interesa saber si lo que me cuentas es cierto. Quiero saber si puedes decepcionar a otra persona para ser fiel a ti mismo; si podrías soportar la acusación de traición y no traicionar a tu propia alma (...).

lunes, 4 de enero de 2016

EL PRIVILEGIO DE LA LOCURA


LA DANZA


Te he enviado mi invitación, 
la nota inscrita en la palma de mi mano por el fuego de la vida. 
No saltes y grites, "¡Sí, esto es lo que quiero! ¡Hagámoslo!" 
Simplemente ponte de pie en silencio y baila conmigo. 

Enséñame cómo sigues a tus deseos más profundos, 
descendiendo en espiral hacia la aflicción dentro de la aflicción,y yo te mostraré cómo me estiro hacia adentro y me abro hacia afuera para sentir el beso del Misterio, dulces labios sobre los míos, cada día. 

No me digas que quieres guardar al mundo entero en tu corazón. 
Muéstrame cómo te niegas a hacerle daño a otro 
sin abandonarte a ti mismo cuando estás lastimado y temeroso de no ser amado. 

Cuéntame una historia acerca de quien eres, 
y mira quien soy en las historias que estoy viviendo. 

Y juntos recordaremos que cada uno de nosotros siempre tiene una opción. 
No me digas cuán maravillosas serán las cosas . . . algún día. 
Muéstrame que puedes arriesgarte a estar completamente en paz, 
verdaderamente bien con la manera en que son las cosas ahora, 
en este justo momento, 
y de nuevo en el siguiente y en el siguiente y en el siguiente . . . 

He escuchado suficientes historias de guerreros con audacia heróica. 

Dime cómo te desmoronas cuando golpeas contra el muro, 
ese lugar que no puedes atravesar con la fuerza de tu propia voluntad. 

¿Qué es lo que te lleva al otro lado de ese muro, 
hacia la frágil belleza de tu propia humanidad? 
Y después de habernos mostrado cómo hemos establecido y mantenido los límites claros y saludables que nos ayudan a vivir uno al lado del otro, arriesguémonos a recordar que nunca dejamos de amar silenciosamente a aquellos que una vez amamos en voz alta. 

Llévame a los lugares de la Tierra que te enseñan a bailar, 
los lugares donde puedes arriesgarte a dejar que el mundo te rompa el corazón. 

ABANDONA LOS MIEDOS

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