Crecer hasta alcanzar tu destino requiere coraje, intrepidez, y la intrepidez* es la cualidad más religiosa.
Las personas llenas de miedo no pueden avanzar más allá de lo conocido. Lo conocido proporciona una especie de consuelo, de seguridad, porque es conocido. Uno es perfectamente consciente. Sabe cómo tratar con ello. Se puede permanecer casi dormido y ocuparse de ello... no hay necesidad de estar despierto; esa es la comodidad que tiene lo conocido. En cuanto cruzas el límite de lo conocido, surge el miedo, porque a partir de ese momento seras ignorante, no sabrás qué hacer, qué no hacer. Ya no estarás tan seguro de ti mismo, ya se pueden cometer errores; puedes perderte. Ese es el temor que mantiene a las personas atadas a lo conocido, y en cuanto una persona está atada a lo conocido, está muerta.