lunes, 19 de octubre de 2015
domingo, 18 de octubre de 2015
sábado, 17 de octubre de 2015
DESEO/ATRACCIÓN
DESEO/ATRACCIÓN (1/3)
(TRES PILARES DE LAS BUENAS RELACIONES AFECTIVAS)
Eros, listo y dispuesto. En una relación de pareja debe haber química, ganas por el otro (si tienes que persignarte cada vez que haces el amor y aguantar la respiración, estás con la persona equivocada). La pareja como tu postre preferido: cuando lo comes, se te sacia el antojo, pero al otro día la apetencia renace con igual ímpetu; el organismo pide más y el placer se renueva.
Las parejas que funcionan bien se devoran amorosamente entre sí y hacen del erotismo un juego grato y simpático. Fantasías consensuadas y bien administradas, imaginación en equipo: yo te hago, tú me haces, nosotros nos hacemos. Si Eros está presente, la mecha estará siempre encendida; bastará una chispa para que se dispare el fogonazo. ¿Y si Eros va apagándose sin causa evidente? Hay que intervenir de forma rápida, porque una vez extinguido, recuperarlo es prácticamente imposible. Las parejas víctimas de la rutina van cambiando el arrebato inicial, alegre y energético, por una sexualidad mecánica y casi siempre insulsa, que deja malherido a Eros: sin sorpresa o algo de locura, el sexo se hace predecible, aburrido y, a veces, grotesco.
viernes, 16 de octubre de 2015
EMPIEZA POR TI
Sin enemigos
Empieza por ti
Sin comunicación no puede haber una verdadera comprensión. Pero asegúrate ante todo de poder comunicarte contigo mismo, ya que si no eres capaz de hacerlo, ¿cómo esperas comunicarte con otra persona? Con el amor ocurre lo mismo. Si no te amas a ti mismo, no podrás amar a otra persona. Si no puedes aceptarte ni tratarte con afecto, tampoco podrás hacerlo con otro.
Con gran frecuencia te comportas como tu padre, aunque no te des cuenta. Y a pesar de comportarte como él, sientes que sois totalmente distintos. No lo aceptas, lo odias. Cuando no aceptas a tu padre, no te estás aceptando a ti mismo. Tu padre está en ti; tú eres su continuación. Por eso, si puedes comunicarte contigo mismo, podrás comunicarte con tu padre.
El yo está formado de elementos no-yo, por tanto, el comprendernos a nosotros mismos constituye nuestra práctica. Nuestro padre es un elemento no-yo. Decimos que nuestro padre no es nosotros, pero sin él no podríamos existir. Él está totalmente presente en tu cuerpo y en tu mente. Está en ti. Por eso, si te comprendes a ti mismo, a todo tu yo, estás comprendiendo a tu padre, él no está fuera de ti.
Hay muchos otros elementos no-yo que puedes sentir y reconocer dentro de ti: tus antepasados, la tierra, el sol, el agua, el aire, toda la comida que consumes y muchas cosas más. Quizá te parezca que estas cosas están separadas de ti, pero sin ellas no podrías vivir.
Supón que dos bandos contendientes desean negociar y que ninguno se conoce suficientemente a sí mismo. Para conocer al otro partido, a la otra nación, al otro pueblo, has de conocerte de veras a ti mismo, a tu país, a tu partido y a tu situación. Uno mismo y los demás no son dos cosas distintas, porque el sufrimiento, la esperanza y la ira de ambos son muy similares.
jueves, 15 de octubre de 2015
LA FELICIDAD ES EL CAMINO
Nos convencemos de que la vida será mejor después de cumplir los 18 años, después de casarnos, después de conseguir un mejor empleo, después de tener un hijo, después de tener otro...
Entonces nos sentimos frustrados porque nuestros hijos no son lo suficientemente grandes, y pensamos que nos sentiremos felices cuando lo sean. Después nos lamentamos porque son adolescentes difíciles de tratar; ciertamente, nos sentiremos más felices cuando salgan de esa etapa.
Nos decimos que nuestra vida será completa cuando a nuestro(a) esposo(a) le vaya mejor, cuando tengamos un mejor carro o una mejor casa, cuando podamos ir de vacaciones, cuando estemos retirados.
La verdad es que no hay mejor momento que este para ser felices. Si no es ahora, ¿cuándo?
Una de nuestras frases favoritas es de Alfred de Souza:
Por largo tiempo parecía para mí que la vida estaba a punto de comenzar, la vida de verdad. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar, tiempo por pasar, una deuda que pagar; entonces la vida comenzaría. Hasta que me di cuenta de que estos obstáculos eran mi vida.
Esta perspectiva nos ha ayudado a ver que no hay camino a la felicidad: la felicidad es el camino. Debemos atesorar cada momento, mucho más cuando lo compartimos con alguien especial, y recordar que el tiempo no espera a nadie.
No espere hasta terminar la escuela, hasta volver a la escuela, hasta bajar diez libras, hasta tener hijos, hasta que los hijos vayan a la escuela, hasta que se case, hasta que se divorcie, hasta el viernes por la noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que muera, para aprender que no hay mejor momento que este para ser feliz. La felicidad es un trayecto, no un destino.
Trabaja como si no necesitaras dinero, ama como si nunca te hubieran herido y baila como si nadie te estuviera viendo.
Extracto del libro:
La culpa es de la vaca 1a parte
Lopera y Bernal
Fotografía de Internet
miércoles, 14 de octubre de 2015
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