Hemos de estar ahí para nuestra ira, hemos de reconocer su presencia y cuidar de ella, algo que en psicoterapia se llama «entrar en contacto con la ira». Es algo maravilloso y muy importante. Cuando la ira se manifieste, en vez de reprimirla, reconócela y abrázala.
Pero en este caso la pregunta importante es: ¿quién entra en contacto con la ira, cuida de ella y la reconoce? La ira es una energía, y si esta es incontenible, puedes ser víctima de ella. Has de ser capaz de generar otra clase de energía que te ayude a reconocer la ira y a cuidar de ella. La ira constituye una zona de energía que necesita que uno entre en contacto con ella y la reconozca. La cuestión es: ¿quién entra en contacto con qué? ¿Qué energía puede entrar en contacto con ella y reconocerla? Es la energía de ser consciente. Por eso, cada vez que nos enojamos, practicamos el respirar y caminar conscientemente, para sentir la semilla de ser consciente y generar esta energía en nosotros.