Es un juego... ¿quién sabe? Yo puedo estar equivocado. Quizá no haya conseguido salir de la cárcel, tal vez solo estoy fingiendo... ¡Puede que sea el carcelero! Nadie puede estar jamás seguro de ello. De modo que se trata de una apuesta, es una confianza. La confianza siempre es una apuesta.
Si una persona decide ante sí misma que no va a fumar y no se lo cuenta a nadie, existen noventa y nueve posibilidades entre cien de que fume. Pero una segunda persona decide que no fumará y va y se lo cuenta a todo el mundo... se dirige a todos los amigos y les dice que ha tomado la determinación de no fumar. Existe el noventa por ciento de posibilidades de que siga fumando. La tercera posibilidad es que se una a una sociedad de no fumadores en la que nadie fume. Entonces existe el noventa y nueve por ciento de que no vuelva a fumar.