lunes, 29 de junio de 2015

UNICIDAD


Fuera, dentro, son falsas divisiones, igual que todas las divisiones.

Útiles, porque es difícil hablar sin palabras. Pero luego llegas a entender que solo hay uno. Carece de fuera y de dentro. Es uno y eres tú. 

Ese es el significado del Upanishad del Tattwamasi Sivetaketu: «Eso eres tú». Eso significa el exterior, y tú significa el interior; están unidos. Eso se convierte en ti, y tú te conviertes en eso... de repente no hay ninguna división. 

CONECTÁNDOSE


El Buda quiso que nos conectásemos con el Dhamma, pero la gente sólo hace contacto con las palabras, los libros y las escrituras. Eso es hacer contacto con aquello que es "acerca" del Dhamma, no con el Dhamma "real" como fue enseñado por nuestro Gran Maestro. ¿Cómo pueden decir las personas que están practicando adecuada y apropiadamente si no hacen eso? Están muy lejos de hacerlo.

Cuando usted escucha el Dhamma debe abrir su corazón y sosegarse en el centro. No trate de acumular lo que escucha ni de hacer un laborioso esfuerzo para retener lo que oye en la memoria. Sólo deje que el Dhamma fluya adentro de su corazón y se manifieste a sí mismo, y manténgase continuamente abierto a su fluir en el momento presente. Lo que está listo para ser retenido así lo será, y esto ocurrirá de acuerdo con su propia armonía, no ha través de un esfuerzo determinado de su parte.

DE PIE


viernes, 26 de junio de 2015

EL AMOR NO TIENE EDAD, PERO LOS ENAMORADOS SÍ


Feliz aquel que fue joven en su juventud;
feliz aquel que supo madurar a tiempo.

ALEKSANDER PUSHKIN

En los ojos del joven, arde la llama;
en los del viejo, brilla la luz.

VÍCTOR HUGO

¿El amor no tiene edad? Quizá sea verdad: nos podemos enamorar a los cien años de un adolescente o de la maestra del colegio cuando apenas somos unos párvulos.

Parece que el amor no respeta cronologías: suelta sus redes y ahí quedamos atrapados, todos contra todos, sin importar la época. No obstante, si bien es cierto que el amor parece no tener edad, los enamorados sí la tienen. «Yo de cuarenta y tú de veinte », dice una canción romántica popular tratando de mostrar que no es tan fácil poner en equilibrio las diferencias cronológicas. O la inversa: «Yo de veinte y tú de cuarenta, cincuenta o sesenta...». Aunque el flechazo amoroso no respeta años ni condición social, la convivencia sí lo hace. Hay que poner el sentimiento amoroso en su sitio, no atribuirle la responsabilidad total y aceptar que cuando cruzamos longevidad y afecto, la cuestión es más compleja de lo que parece.

LIBÉRATE


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