lunes, 27 de abril de 2015
REGANDO LAS SEMILLAS DE FELICIDAD
Durante la hora y media que estuvo leyendo aquellas cartas, regó las semillas de felicidad que había en ella. Comprendió que los dos habían sido torpes porque no habían regado las semillas de felicidad que había en ellos, sino las semillas de sufrimiento. Después de leer las cartas, sintió el deseo de sentarse para escribirle una carta y contarle lo feliz que había sido en aquella época, al principio de su relación. Le escribió que deseaba que volvieran a descubrir y recrear la felicidad de aquellos años dorados. Ahora podía volver a llamarle «querido mío» con absoluta honestidad y sinceridad.
Tardó cuarenta y cinco minutos en escribirle aquella carta. Era una auténtica carta de amor, dirigida al encantador joven que le había escrito las cartas que guardaba en una caja. Leerlas todas y escribirle otra le llevó tres horas. Fue un tiempo de práctica, pero ella no sabía que estaba practicando. Después de escribirle la carta, se sintió muy ligera por dentro. Aún no se la había mandado, él no la había leído aún, pero ella ya se sentía mucho mejor porque las semillas de felicidad se habían despertado de nuevo, habían sido regadas. Subió a la planta de arriba y dejó la carta sobre el escritorio de su esposo. Y durante el resto del día se sintió feliz, porque las cartas habían regado las semillas positivas que había en ella.
domingo, 26 de abril de 2015
sábado, 25 de abril de 2015
VISLUMBRES
Siempre empieza con vislumbres, y es bueno que sea así; una súbita apertura del cielo sería demasiado, insoportable.
A veces uno puede enloquecer si una comprensión tiene lugar súbitamente. A veces se puede ser lo bastante tonto como para entrar demasiado súbitamente en una comprensión, y entonces resulta peligroso, porque sería excesivo para ti; no podrías absorberla. La cuestión no radica en la comprensión, sino en cómo digerirla poco a poco, para que no sea una experiencia sino que se convierta en tu ser.
Si es una experiencia, vendrá y se irá; nunca dejará de ser un vislumbre. Ninguna experiencia puede permanecer como algo permanente... solo tu ser puede serlo.
viernes, 24 de abril de 2015
NO TODAS LA RELACIONES SEXUALES SON GLORIOSAS
Según los orientales, el sexo es la máxima expresión de la iluminación.
La iluminación es enunciada por los místicos como la disolución del yo. Esto es: ser un todo con el otro.
Durante ese instante donde yo pierdo el control, por un momento dejo de ser yo y puedo conseguir la fantasía de fundirme con el otro.
Fundirse con el otro es el deseo supremo del amor.
La mente vacía de pensamiento, el éxtasis de la aceptación del otro. La ausencia de expectativas y de memoria y la entrega total al presente son los hitos del camino que lleva al sexo como iluminación.
Si fuéramos capaces de llegar a esta vivencia, aunque sea de vez en cuando...
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