Lo suave siempre vence a lo duro. Lo suave está vivo, lo duro está muerto.
Lo suave es como una flor, lo duro es como una roca. Lo duro parece poderoso pero es impotente. Lo suave parece frágil pero está vivo.
Cualquier cosa viva es siempre frágil, y cuanta más elevada la calidad de vida, mayor su fragilidad. De manera que cuanto más ahondas, más suaves te vuelves, o cuanto más suaves te vuelves, más ahondas. El núcleo más interior es absolutamente suave.
Esa es toda la enseñanza de Lao Tse, la enseñanza del Tao: se suave, se como el agua; no seas como una roca. El agua cae en la roca. Nadie puede imaginar que al final el agua vaya a ganar.









