Comunicarse es una práctica, y para hacerlo no basta con tener buena voluntad, sino que has de ser hábil, aprender a comunicarte: Quizá hayas perdido la capacidad de escuchar. Tal vez la otra persona te haya hablado tan a menudo con amargura, condenándote y culpándote siempre, que ya has tenido bastante, te resulta imposible escucharla más y empiezas a evitarla. Ya no eres capaz de escuchar más a esa persona.
Intentas evitarla por miedo, porque no deseas sufrir, pero esta actitud hace que ella malinterprete la situación y piense que tú la desprecias, lo cual puede producir mucho sufrimiento.
Le das la impresión de que quieres boicotearla, ignorar su presencia. No puedes afrontar a esa persona pero, al mismo tiempo, tampoco puedes evitarla. La única solución es aprender de nuevo a comunicarte, y para ello has de escuchar profundamente a esa persona.
Sabemos que mucha gente sufre y siente que nadie es capaz de comprenderla, ni a ella ni la situación en que se encuentra.
Todo el mundo está demasiado ocupado y nadie parece tener la capacidad para escuchar, pero todos necesitamos que alguien nos escuche.