Cuando te vas a la cama, una cosa debería permanecer en la conciencia mientras te quedas dormido: que todo es un sueño; todo, de manera incondicional, es un sueño.
Lo que ves con los ojos abiertos... también eso es un sueño. Lo que ves con los ojos cerrados... también es un sueño. El sueño es la materia de que está compuesta la vida. Duermete con eso en mente; con el recuerdo constante de que todo, todo sin excepción, es un sueño. Cuando todo es sueño, no hay nada de qué preocuparse.