Primer tipo de soledad.
Menos deseo es la voluntad de estar solos cuando todo en nosotros anhela algo que nos anime y que cambie nuestro estado de ánimo. Practicar este tipo de soledad es una forma de plantar las semillas para que nuestra inquietud fundamental disminuya. En la meditación, por ejemplo, cada vez que ponemos la etiqueta «pensamiento» en lugar de dejar que nuestros pensamientos no den cien vueltas, nos estamos entrenando a estar presentes y no dejarnos disociar.