«Cariño, estoy enojado, estoy sufriendo».
«Estoy haciendo lo que puedo».
«Por favor, ayúdame. Cariño, necesito tu ayuda».
Si yo fuera la otra persona y tú compartieras estas tres frases conmigo, yo vería que me eres muy fiel y que me amas de verdad. No sólo compartes tu alegría cuando eres feliz, sino que cuando sufres también compartes tu sufrimiento. Al decirme que estás haciendo todo lo que puedes, me inspiras confianza y respeto porque eres un verdadero practicante. Eres fiel a lo que has aprendido, a las enseñanzas y a la comunidad de practicantes. Cuando practicas estas tres frases, estás abrazando en tu corazón a tu maestro y a tu sangha.