¿Por qué nos precipitamos a una nueva relación?
Tres causas: necesidad de ser amados, baja tolerancia al dolor afectivo o revanchismo.
Los que necesitan ser amados para que su vida tenga sentido no sólo son incapaces de renunciar al amor cuando debe hacerse, sino que lo buscan a cualquier precio.
Una jovencita me decía angustiada: «¡Qué voy a hacer! ¡Llevo seis meses sin pareja!».






