jueves, 12 de septiembre de 2013

UNA LECCIÓN DE DIPLOMACIA

Cuentan que durante un banquete oficial celebrado en Inglaterra con la asistencia de personalidades de todo el mundo, un empleado de] gobierno, concretamente el jefe de protocolo, observó cómo uno de los “ilustres” invitados se metía un valioso salero de oro en el bolsillo de su chaqueta. 

El jefe de protocolo, responsable de los bienes oficiales, al no saber qué hacer en aquella delicada situación, se dirigió al Primer Ministro de Inglaterra, que por aquel entonces era Sir Winston Churchill (estadista y político inglés, nacido en Oxfordshire en 1874 y fallecido en Londres en 1965, uno de los protagonistas de la II Guerra Mundial), y le pidió un discreto consejo dada la notoriedad del personaje. 

La gran agudeza que caracterizaba a Winston Churchill le hizo idear una estratagema infalible: le dijo al jefe de protocolo que no se preocupara, que él resolvería ese “pequeño incidente”. 

Fue a la mesa más próxima, se introdujo otro salero de oro en el bolsillo del chaleco, se acercó al “personaje” que había sustraído el salero, y, mientras le mostraba el contenido de su bolsillo, le dijo al oído: 

—El jefe de protocolo nos ha visto guardarnos el salero en el bolsillo. Será mejor que lo devolvamos, ¿verdad? 

Y de esta manera ingeniosa resolvió una embarazosa situación diplomática.

Del libro:
La culpa es de la vaca 2a parte
Lopera y Bernal

ANÁLISIS PARCIALIZADO CONVENIENTE


Si se desea acabar realmente con una relación enfermiza y no recaer en el intento, la extirpación debe ser radical. No se pueden dejar metástasis. La ruptura debe ser total y definitiva. Veamos algunas estrategias:

PRIMER ESTRATEGIA:

a. Análisis parcializado conveniente. Tal como lo señalamos en el apartado del realismo afectivo, lo malo no hay que olvidarlo. Y a veces también hay que resaltarlo. Cuando se trata de relaciones muy enfermizas, la mejor estrategia es concentrarse en lo malo y hacer un análisis algo parcializado del vínculo. En ocasiones, un solo elemento malsano tiene más peso que muchos positivos. Por ejemplo, si una mujer castigara cruelmente a uno de sus hijos hasta mandarlo al hospital, ese solo hecho opacaría cualquier aspecto rescatable de su personalidad. O si un padre abusara sexualmente de su hija, importaría poco si es buen trabajador, cariñoso o de buena familia. La relación sería insostenible. Mantener los aspectos negativos presentes, activos y disponibles, no significa vivir amargado y resentido. Por el contrario, recordar lo malo de manera constructiva es decirse una y otra vez: “Gracias a Dios, logré separarme” y “Gracias a Dios, no he vuelto a recaer”.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

LO FIJO ES UNA ENFERMEDAD


LA RESPONSABILIDAD


La libertad bajo ciertas condiciones.
Tercera condición: La responsabilidad

Soy responsable por lo que elijo, justamente porque podría haber elegido otra cosa.

No puedo dejar de ser libre; por lo tanto, no puedo dejar de ser responsable de lo que elijo. No puedo dejar de ser responsable de mi propia vida.

El verbo “elegir” implica responsabilidad. Esto es:

—¿Por qué lo hiciste?

—Porque yo quise.

Responsabilidad no es obligación, es responder por lo que uno hizo.

Que otro me lo haya indicado o sugerido no quita que se trate de mi libertad de elegir y de mi decisión.

Por eso la obediencia debida de los militares es una basura, una mentira. Porque alguien puede ordenarme lo que quiera, pero está en mí hacerlo o no. Y si lo hago me tengo que hacer —porque lo soy— responsable de lo que elegí.

La libertad no es liviana, a veces pesa. Porque si soy responsable, puedo llegar a sentirme culpable por lo que elegí, y puede pesarme tener que responder por esa elección.

Esto es interesante, porque hasta aquí la libertad de elegir era vivida como algo agradable y placentero, y 
ahora sentimos que si pudiéramos sacarnos de encima la posibilidad de elegir, delegarla, dejar que otro se 
hiciera cargo, nos sentiríamos muy aliviados o menos angustiados.
Querer o pretender que otro se haga cargo de nuestras elecciones es querer seguir siendo un nene 
chiquitito, para que otros elijan por nosotros.
¡Hay tanta gente que vive así! Vive muy incómoda, pero está convencida de que no tiene otra posibilidad 
porque no ha madurado en este sentido.
Digo que no van a poder escaparse de la idea de que son libres y por lo tanto responsables de todo lo 
que hacen. No hay manera de que se escapen.
No importa lo que crean, no importa lo que digan, no importa a quién le echen la culpa.
No importa que le echen la culpa a las leyes, al medio, al entorno, al condicionamiento, a la educación o a 
los mandatos.
Ustedes están eligiendo en cada momento su accionar.
Y si no quieren aceptar esto es porque no quieren aceptar la responsabilidad que significa ser libres.

Es mi derecho y mi privilegio limitarme a mí. No sos vos el que me lo impide, no hay nada real que me lo 
impida; soy yo, que estoy haciendo una elección.
Las autolimitaciones son elecciones. Soy autónomo y me fijo mis propias normas y me digo: esto no. En 
este caso no estoy dejando de ser libre, porque es mi elección. Tanto estoy eligiendo que si yo digo: “esto no”, 
puedo decir mañana: “esto sí”.
Si uno elige ser esclavo: ¿ahora es libre o es esclavo?
¿Se puede elegir no elegir?
Esta es la vieja paradoja de la libertad.

Aristóteles decía: “Tengo una piedra en la mano, yo puedo elegir tener la piedra o tirarla, tengo esa 
elección; mientras yo tenga la piedra en la mano tengo las dos posibilidades; sin embargo, si yo tirara la piedra 
ahora ya no podría elegir tenerla o tirarla.”

Hay algunas elecciones que abren y otras elecciones que cierran.

Si uno elige ser esclavo y después puede elegir ser libre, entonces es libre, aunque sea esclavo. Si yo 
elijo esclavizarme a la v
oluntad y al deseo de alguien, sigo siendo libre, siempre y cuando yo pueda elegir 
cambiar esa esclavitud.

Del libro:
 
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay

miércoles, 11 de septiembre de 2013

!DEBES SER CONSCIENTE DEL PRESENTE A CADA INSTANTE!



"Ahora, mientras estás ahí sentado, ¿estás aquí, o te has ido a la oficina y has empezado ya tu trabajo cotidiano? ¿Estás inmerso en lo que digo, o tu pensamiento está ocupado en pensar sobre lo que digo? Si es así, el presente se te pasa de largo.

Si quieres captar el momento de la ambrosía, ¡debes ser consciente del presente a cada instante! Que, cuando comes, sólo exista el comer, y no te ocupe la mente ningún otro pensamiento; que, cuando te bañes, sólo exista el bañarte, sin que ningún otro pensamiento te distraiga de ello; que, cuando estás en la oficina, tus pensamientos se refieran sólo al trabajo, y no a los asuntos domésticos; que, cuando estás en casa, te olvides de la oficina. Estate completa, totalmente en cada momento, y no disperso, aquí, allá y en todas partes. Así, se desarrollará poco a poco en ti una vista sutil y serás capaz de ver el momento presente".

Osho
El verdadero nombre. La melodía de la existencia
Tomado del blog: Osho Maestro

LOS ÁRBOLES SOLO DAN OXÍGENO


AUTOCONTROL CONSISTENTE


EL PRINCIPIO DEL AUTOCONTROL CONSISTENTE

Si le tengo miedo a las arañas, la mejor manera de vencer la fobia es permanecer el tiempo suficiente con ellas para que mi organismo se habitúe a la adrenalina: a este proceso lo llamamos extinción. Algo similar puede aplicarse ante la muerte de un ser querido. La mejor fórmula es lograr la aceptación total y radical de la pérdida mediante exposición. Es decir, promover el contacto con todo lo que recuerde al fallecido hasta agotar el dolor: a este proceso lo llamamos elaboración del duelo.

Pero cuando se trata de apegos, la cosa es distinta. Las adicciones no se vencen por exposición. Aquí la mejor opción es el autocontrol y la resistencia activa. Recordemos que en la adicción no hay empalago; por el contrario, cuanto más droga recibe el adicto, más dependencia crea. A veces parecería no haber límite.

Muchas personas apegadas y hartas con su problema, deciden equivocadamente terminar con la enfermedad metiéndose en la boca del lobo. La creencia que los anima es: “Si lo enfrento, mejor… Más rápido acabo con esto”. Pero el resultado de esta estrategia suele ser el agravamiento de los síntomas: más amor, más locura y más obsesión.

No podemos procesar la pérdida si el enfermo está en cuidados intensivos. Nadie entierra a un familiar vivo antes de tiempo, así esté en estado de coma. Cuando la persona apegada pierde toda esperanza de reconciliación afectiva o de mejoría, y acepta que ya no hay nada que hacer, apenas comienza a procesar realmente la ausencia. Entonces sí, la exposición puede dar resultado. Pero antes, cuando la dependencia está viva y en pleno auge, cualquier aproximación a la persona que se quiere olvidar es activar inútilmente el dolor, sensibilizar el amor y fortalecer el apego.

Si se desea acabar realmente con una relación enfermiza y no recaer en el intento, la extirpación debe ser radical. No se pueden dejar metástasis. La ruptura debe ser total y definitiva.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

LAS OPCIONES DEBEN SER DOS O MÁS (continuación)


Toda vez que yo pueda decir sí o no, soy libre.

Cuando no tenga más remedio que decir sí, entonces no seré libre.

Cuando no tenga más remedio que decir no, entonces no seré libre.

Pero mientras tenga opción, hay libertad.

¿Por qué?

Porque hay más de un camino, y entonces puedo elegir.

Alguien dirá, como siempre... ¿Y los condicionamientos?

¿Y los mandatos? ¿Y la educación? ¿Y la moral y las buenas costumbres? ¿Y las cosas aprendidas?

Todos estos factores, por supuesto, achicarán los caminos posibles, disminuirán las opciones, harán que en lugar de tener cien posibilidades tenga, por ejemplo, cuatro.

Es la sensación de libertad y no la libertad la que está condicionada por la cantidad de posibilidades que tengo.

Cuantas más posibilidades de elección tengo, más libre me siento.

Esto se ve claramente en el tema del dinero.

¿Por qué existe en nosotros la idea de que el dinero da más libertad?

Porque aumenta algunas posibilidades. Entonces, al tener más posibilidades me siento más libre. A veces no tener dinero limita mis opciones a sólo dos y entonces muy libre no podré sentirme. Lo mismo para el ambiente social, lo mismo para la estructura familiar, lo mismo para el tipo de trabajo que hacemos.

El crecimiento conlleva un aumento de la sensación de libertad.

Crecer significa aumentar el espacio que cada uno ocupa. En la medida que haya más espacio, habrá más posibilidades.

Yo no aumento mi libertad cuando crezco, pero aumento mis posibilidades y entonces me siento más libre.

Si en el espacio pequeño que ocupaba no existía más que una posibilidad y en el espacio mayor que ocupo al haber crecido aparece una posibilidad más, entonces al crecer empecé a ejercer la libertad de elegir.

Piénsenlo en las relaciones que tienen con otras personas. Los amigos que no son posesivos, que no me asfixian, me ayudan a sentirme más libre. Al contrario, con la pareja posesiva, que me ahoga, me siento menos libre, porque la relación me resta posibilidades.

Es decir, me siento más libre cuando tengo más posibilidades, y menos libre cuando tengo menos.

Del libro:
 
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay
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