domingo, 14 de julio de 2013

DEJAR DE JUZGAR


VOY A DEJARLO DE A POQUITO


Distorsión cognitiva: Minimizar los defectos de la pareja o la relación, impiden alcanzar la posición realista mencionada, y fortalece irracionalmente la conducta del apego.

DÉCIMO QUINTA EXCUSA. Voy a dejarlo de a poquito”

A no ser que se trate de un paciente internado y bajo control médico directo, alejarse paulatinamente de la fuente de adicción no es la estrategia más recomendada. “Voy a consumir cada día menos crack”, puede resultar risible para los que saben del tema. La adicción no se rompe lentamente. Puede haber retrocesos, avances y recaídas, pero la lucha es a muerte. Para una persona con predisposición a la adicción, no hay medias tintas. Un sorbo, una fumada o el mínimo consumo puede ser definitivo para que la oscura puerta del vicio vuelva a abrirse. “Voy a dejar a la persona que amo porque no me conviene, pero poco a poco”, es como decir que me inyectaré menos. Es un típico autoengaño. En realidad, lo que queremos es prolongar la permanencia del estimulante afectivo.

Una de mis pacientes llevaba una total doble vida. Tenía novio desde hacía cuatro años, que le brindaba tranquilidad, estabilidad y fidelidad, y un amigo desde hacía tres, que le ofrecía emoción, lujuria y energía en proporciones abrumantes. Su razón marcaba un camino: alejarse del amigo porque se iba a casar con el novio. Su emotividad señalaba otro camino: terminar con el aburrido novio y entrar en un delicioso cortocircuito abierto y sin tapujos con el amigo. Ambos tiraban para su lado y la presionaban: “Casémonos” y “déjalo”. Lo que ella verdaderamente pretendía era rescatar lo mejor de cada uno, sin perder a ninguno.

La situación se había vuelto insostenible. Llevar una vida por partida doble, no solamente era agotador sino que la fibra de la moralidad empezaba a resquebrajarse. La culpa no le daba tregua y la ansiedad la estaba matando. Luego de analizar sesudamente las opciones, decidió dejar al amigo, bajar las revoluciones y quedarse con la seguridad que el novio le ofrecía. Sin embargo, su elección todavía no estaba afianzada: “Pongamos una meta de dos meses, doctor… Yo creo que es más fácil si lo hago despacio…” Introducir el desamor paso a paso, es como colocar lentamente una jeringa para que duela menos. Como es obvio, ella no fue capaz, cada “mini” distanciamiento le empujaba a acercarse más. Cada reunión era una despedida a medio terminar, un acto inconcluso que había que volver a retomar, una excusa para seguir. Al cabo de dos meses de penosos intentos, me comunicó que había estado pensando mejor la cosa y que al que iba a dejar ahora era al novio. Su propuesta no me sorprendió demasiado: “Pongámonos una meta de dos meses doctor… Yo creo que es mejor… No quiero que él sufra…” En el momento de escribir este relato, ya han pasado cuatro meses de estar dejando al novio, y a veces, cuando la nostalgia de lo que podría haber sido hace mella, reconoce que el amigo, pese a todo, no llena totalmente sus expectativas. Atrapada sin salida.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

INSOMNIO


PAZ Y LIBERTAD


sábado, 13 de julio de 2013

EL GUERRERO JAPONES

El guerrero japonés fue apresado por sus enemigos y encerrado en un calabozo. Aquella noche no podía conciliar el sueño, porque estaba convencido de que a la mañana siguiente habrían de torturarle cruelmente.Entonces recordó las palabras de su Maestro Zen:

«El mañana no es real. La única realidad es el presente».

De modo que volvió al presente… y se quedó dormido.

Tomado del blog: Plano Creativo

CRÍTICAS AJENAS


Una vez Hodja y su hijo emprendieron un viaje. Hodja prefirió que su hijo viajara montado en el burro y él ir caminando. En el camino encontraron una gente que dijo:

-¡Miren a ese niño joven y fuerte! Así es la juventud de hoy en día. No tiene respeto por los mayores. ¡Él va montado sobre el burro y hace caminar a su pobre padre!

Cuando esas personas quedaron atrás, el niño se sintió muy avergonzado e insistió en caminar, y que su padre fuera montado sobre el burro. Poco más tarde, se cruzaron con otras personas quienes dijeron:

-¡Miren eso! Ese pobre niño tiene que caminar mientras que su padre monta sobre el burro.

Cuando hubieron pasado a estas personas, Hodja dijo a su hijo:

Creo que lo mejor será que los dos caminemos. Así nadie se quejará.

Continuaron su viaje, ambos caminando. Poco más tarde se encontraron con otros, quienes dijeron:

-¡Miren esos tontos! ¡Ambos caminan bajo este sol ardiente y ninguno de ellos monta sobre el burro!

Ante esto, Hodja se volvió hacia su hijo y dijo:

-Eso va para demostrar qué difícil es escapar de las opiniones de los hombres.

Tomado del blog: Plano Creativo

RESPIRAR-EXHALAR


viernes, 12 de julio de 2013

SI EN EL AMOR DEJA DE HABER ALEGRÍA




“Si en el amor no hay alegría, no se trata de verdadero amor. Si estamos sufriendo y llorando todo el tiempo o si se hace llorar a la persona que amamos, eso significa que no se trata de un verdadero amor, incluso puede llegar a ser lo opuesto a él. Si en la relación de pareja no hay alegría, seguro que no es un verdadero amor.”


Thich Nhat Hanh
Leído en el blog de Plano Creativo

LA ALEGRÍA...PARA NO PERDÉRSELA


MI AMOR Y COMPRENSIÓN LO CURARÁN


Distorsión cognitiva: Minimizar los defectos de la pareja o la relación, impiden alcanzar la posición realista mencionada, y fortalece irracionalmente la conducta del apego.

DÉCIMO QUINTA EXCUSA. Mi amor y comprensión lo curarán”

Cuando no convertimos en redentores, consejeros o psicólogos de la persona amada, distorsionamos la esencia del amor. He conocido gente (sobretodo mujeres) cuyo objetivo afectivo es redimir al pecador o curar al enfermo. Por desgracia, y sin pecar de pesimista, la experiencia ha demostrado que el supuesto poder de curación del amor de pareja deja bastante que desear. Por el contrario, el amor mal dosificado (a veces llamado incondicional) puede producir ganancias secundarias y reforzar el comportamiento que, precisamente, se pretende cambiar. Por ejemplo, querer curar a una persona infiel crónica dándole amor a granel y siendo tolerante con sus engaños, es una inocentada con rasgos de complicidad. De manera similar, pretender que un alcohólico controle su adicción exclusivamente mediante afecto indiscriminado, es casi imposible. Los que están en Alcohólicos Anónimos saben mejor que nadie que el amor por sí solo no es suficiente para modificar una conducta adictiva.

Algunas personas con vocación de mártires deciden “adoptar” a la pareja y echarse al hombro la reparación de todos sus males. Sin más armas que un amor brioso y desbordante de optimismo, emprenden la rehabilitación del ser amado: “Mi amor lo hará cambiar”, “Cuando se sienta amado, se dará cuenta de sus errores” o “El amor todo lo puede” (algo así como el Club de “Sanadores Afectivos”).

Aunque los románticos entren en crisis y el idealismo amoroso se vuelva añicos, el realismo afectivo es imprescindible para poder desapegarse. Nadie niega que el amor sea el principal motor de la relación de pareja; lo que estoy afirmando es que de ninguna manera es suficiente per se para que una relación prospere. El sentimiento afectivo en estado puro no alcanza a colmar las expectativas de una buena convivencia y tampoco basta para que la persona amada se cure o recapacite. El amor no es tan poderoso.

No resignarse a la pérdida (3):
Alejarse, pero no del todo

En los dilemas afectivos, las personas apegadas no quieren perder ningún beneficio. No importa qué tan enfermiza sea la relación, lo fundamental es conservar a la persona amada, así sea de a pedazos. El miedo a quedarse sin afecto los lleva a establecer metas incompletas, postergaciones amañadas y remedios insuficientes.


Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso
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