domingo, 14 de julio de 2013
sábado, 13 de julio de 2013
EL GUERRERO JAPONES
El guerrero japonés fue apresado por sus enemigos y encerrado en un calabozo. Aquella noche no podía conciliar el sueño, porque estaba convencido de que a la mañana siguiente habrían de torturarle cruelmente.Entonces recordó las palabras de su Maestro Zen:
«El mañana no es real. La única realidad es el presente».
De modo que volvió al presente… y se quedó dormido.
Tomado del blog: Plano Creativo
CRÍTICAS AJENAS
Una vez Hodja y su hijo emprendieron un viaje. Hodja prefirió que su hijo viajara montado en el burro y él ir caminando. En el camino encontraron una gente que dijo:
-¡Miren a ese niño joven y fuerte! Así es la juventud de hoy en día. No tiene respeto por los mayores. ¡Él va montado sobre el burro y hace caminar a su pobre padre!
Cuando esas personas quedaron atrás, el niño se sintió muy avergonzado e insistió en caminar, y que su padre fuera montado sobre el burro. Poco más tarde, se cruzaron con otras personas quienes dijeron:
-¡Miren eso! Ese pobre niño tiene que caminar mientras que su padre monta sobre el burro.
Cuando hubieron pasado a estas personas, Hodja dijo a su hijo:
Creo que lo mejor será que los dos caminemos. Así nadie se quejará.
Continuaron su viaje, ambos caminando. Poco más tarde se encontraron con otros, quienes dijeron:
-¡Miren esos tontos! ¡Ambos caminan bajo este sol ardiente y ninguno de ellos monta sobre el burro!
Ante esto, Hodja se volvió hacia su hijo y dijo:
-Eso va para demostrar qué difícil es escapar de las opiniones de los hombres.
Tomado del blog: Plano Creativo
viernes, 12 de julio de 2013
SI EN EL AMOR DEJA DE HABER ALEGRÍA
“Si en el amor no hay alegría, no se trata de verdadero amor. Si estamos sufriendo y llorando todo el tiempo o si se hace llorar a la persona que amamos, eso significa que no se trata de un verdadero amor, incluso puede llegar a ser lo opuesto a él. Si en la relación de pareja no hay alegría, seguro que no es un verdadero amor.”
Thich Nhat Hanh
Leído en el blog de Plano Creativo
MI AMOR Y COMPRENSIÓN LO CURARÁN
Cuando no convertimos en redentores, consejeros o psicólogos de la persona amada, distorsionamos la esencia del amor. He conocido gente (sobretodo mujeres) cuyo objetivo afectivo es redimir al pecador o curar al enfermo. Por desgracia, y sin pecar de pesimista, la experiencia ha demostrado que el supuesto poder de curación del amor de pareja deja bastante que desear. Por el contrario, el amor mal dosificado (a veces llamado incondicional) puede producir ganancias secundarias y reforzar el comportamiento que, precisamente, se pretende cambiar. Por ejemplo, querer curar a una persona infiel crónica dándole amor a granel y siendo tolerante con sus engaños, es una inocentada con rasgos de complicidad. De manera similar, pretender que un alcohólico controle su adicción exclusivamente mediante afecto indiscriminado, es casi imposible. Los que están en Alcohólicos Anónimos saben mejor que nadie que el amor por sí solo no es suficiente para modificar una conducta adictiva.
Algunas personas con vocación de mártires deciden “adoptar” a la pareja y echarse al hombro la reparación de todos sus males. Sin más armas que un amor brioso y desbordante de optimismo, emprenden la rehabilitación del ser amado: “Mi amor lo hará cambiar”, “Cuando se sienta amado, se dará cuenta de sus errores” o “El amor todo lo puede” (algo así como el Club de “Sanadores Afectivos”).
Aunque los románticos entren en crisis y el idealismo amoroso se vuelva añicos, el realismo afectivo es imprescindible para poder desapegarse. Nadie niega que el amor sea el principal motor de la relación de pareja; lo que estoy afirmando es que de ninguna manera es suficiente per se para que una relación prospere. El sentimiento afectivo en estado puro no alcanza a colmar las expectativas de una buena convivencia y tampoco basta para que la persona amada se cure o recapacite. El amor no es tan poderoso.
No resignarse a la pérdida (3):
Alejarse, pero no del todo
En los dilemas afectivos, las personas apegadas no quieren perder ningún beneficio. No importa qué tan enfermiza sea la relación, lo fundamental es conservar a la persona amada, así sea de a pedazos. El miedo a quedarse sin afecto los lleva a establecer metas incompletas, postergaciones amañadas y remedios insuficientes.
Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso
VALIENTE CONOCEDOR DE UNO MISMO
El primer paso en el camino del crecimiento es volverse un valiente conocedor de uno mismo. Un conocedor de lo peor y lo mejor de mí.
Cuando yo hablo de esto, mucha gente me pregunta si ocuparse tanto tiempo de conocerse no es demasiado individualista.
Yo creo que no, aunque confieso que mi desacuerdo se dirige más a la palabra “demasiado” que a la palabra “individualista”. Porque individualista sí soy, y encima ni me avergüenzo.
Por mi parte, estoy convencido de que solamente si me conozco voy a poder transitar el espacio de aportarte a vos lo mejor que tengo.
Solamente conociéndome puedo pensar en vos.
Creo que es imposible que yo me ocupe de conocerte a vos antes de ocuparme de mí.
Es innegable que yo voy a poder ayudar más cuanto más sepa de mí, cuanto más camino tenga recorrido, cuanta más experiencia tenga, cuantas más veces me haya pasado lo que hoy te pasa.
Por supuesto, hay miles de historias de vida de personas que han ayudado a otra gente sin ningún conocimiento, con absoluta ignorancia y portando como única herramienta el corazón abierto entre las manos.
Son los héroes de lo cotidiano.
Es verdad. No todo es la cabeza, no todo es el conocimiento que se tiene de las cosas. Saberme no es imprescindible para poder ayudar, sin embargo, suma.
Y yo sigo apostando a sumar.
Sigo creyendo que es muy difícil dar lo que no se tiene.
Del libro:
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay
jueves, 11 de julio de 2013
INTENTARÉ NUEVAS ESTRATEGIAS DE SEDUCCIÓN
En oposición al anterior esquema, este pensamiento implica poner el problema adentro, pero demasiado adentro: “La persona que amo no está conmigo porque no he sabido retenerla; si mejoro mis habilidades de conquista, la volveré a recuperar. Por desgracia, la restitución afectiva no es fácil de lograr.
Aunque parezca obvio, para que la reconquista afectiva pueda ocurrir debe haber alguien dispuesto a ser conquistado. El amor no es como la guerra o la toma por el poder (el amor perdido no se restablece mediante el acoso y la persecución obsesiva). En las lides afectivas, la conquista obligada recibe el nombre de violación. Si el otro está en un estado de desamor agudo, es mejor no hacer nada y dejar que la alteración siga su curso. Pero los apegados suelen entrar en pánico y comportarse irracionalmente. Una señora de cincuenta años decidió hacerse una cirugía para estrechar su conducto vaginal con la esperanza de recuperar el amor de su esposo. Un hombre, que ahora está en la cárcel, estafó a más de una persona para mostrarse económicamente exitoso frente a su ex mujer y volver al matrimonio. Perfumarse, vestirse mejor, bajar de peso, mejorar el empleo, llenarse de silicona, jugar a ser un seductor o una Mata Hari, pueden llegar a ser ingredientes útiles cuando el amor está vivo, pero no poseen la fuerza necesaria para reactivar un afecto en bancarrota.
La recuperación de la pareja perdida, si acaso fuera posible, no se logra con dos o tres cambios superficiales de comportamiento. Las relaciones afectivas obedecen a una historia particular, especial y no reproducible, que determina su esencia básica y un perfil interpersonal único. Desconocer esa evolución puede llevar a actitudes facilistas que en nada ayudan a fortalecer el vínculo.
Si quieres intentar un plan de reconquista, no lo hagas a la ligera. Primero debes tener muy claras las causas de la ruptura, el diagnóstico, la explicación de por qué no funcionó, a ver si tienes oportunidad de alcanzar el objetivo. No te hagas falsas expectativas: cuando una relación anda mal, el remedio suele ser complejo y difícil de aplicar. Los “pañitos de agua tibia” pueden calmar el malestar, pero no eliminan la infección.
Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso
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