martes, 7 de agosto de 2012

ANIMARSE A VOLAR



..Y cuando se hizo grande, su padre le dijo:
-Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de volar, opino que sería penoso que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado.

-Pero yo no sé volar – contestó el hijo.
-Ven – dijo el padre.
Lo tomó de la mano y caminando lo llevó al borde del abismo en la montaña.
-Ves hijo, este es el vacío. Cuando quieras podrás volar. Sólo debes pararte aquí, respirar profundo, y saltar al abismo. Una vez en el aire extenderás las alas y volarás...
El hijo dudó.
-¿Y si me caigo?
-Aunque te caigas no morirás, sólo algunos machucones que harán más fuerte para el siguiente intento –contestó el padre.

El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los que había caminado toda su vida.
Los más pequeños de mente dijeron:
-¿Estás loco?
-¿Para qué?
-Tu padre está delirando...
-¿Qué vas a buscar volando?
-¿Por qué no te dejas de pavadas?
-Y además, ¿quién necesita?
Los más lúcidos también sentían miedo:
-¿Será cierto?
-¿No será peligroso?
-¿Por qué no empiezas despacio?
-En todo casa, prueba tirarte desde una escalera.
-...O desde la copa de un árbol, pero... ¿desde la cima?

El joven escuchó el consejo de quienes lo querían.
Subió a la copa de un árbol y con coraje saltó...
Desplegó sus alas.
Las agitó en el aire con todas sus fuerzas... pero igual... se precipitó a tierra...
Con un gran chichón en la frente se cruzó con su padre:
-¡Me mentiste! No puedo volar. Probé, y ¡mira el golpe que me di!. No soy
como tú. Mis alas son de adorno... – lloriqueó.
-Hijo mío – dijo el padre – Para volar hay que crear el espacio de aire libre
necesario para que las alas se desplieguen.

Es como tirarse en un paracaídas... necesitas cierta altura antes de saltar.
Para aprender a volar siempre hay que empezar corriendo un riesgo.
Si uno no quiere correr riesgos, lo mejor será resignarse y seguir caminando como siempre.


Jorge Bucay
Leído en Blog de Joan

EL CÁNTARO DE LA VIDA


Una cargadora de agua de la china tenía dos grandes, vasijas, que colgaban a los extremos de un palo que llevaba encima de los hombros.
Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba todo el agua al final del largo camino a píe, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.

Durante dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para lo que había sido creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le hablo a la aguadora diciéndole: "estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo, porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir".

La vieja aguadora, apesadumbrada, le dijo compasivamente: "cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino".

Así lo hizo la tinaja. y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo del trayecto, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, solo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.
La aguadora le dijo entonces: "te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino?".

"Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado, y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi madre. Si no fueras exactamente cómo eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza".

Leido en la red

Uno no deja de reír por hacerse viejo, se hace uno viejo por dejar de reír.

lunes, 6 de agosto de 2012

DESAPEGOS


En un puerto del mar de la China, había numerosos barcos a punto de embarcar, todos cargados hasta los topes de joyas, de sedas y de otras mercancías valiosas. Los mercaderes que los habían fletado se alegraban de llevarse todos estos tesoros a su país natal. Poco antes de su partida, se les anunció que se preparaba una tempestad en alta mar y que sus barcos, cargados en exceso, no podrían resistirla. Pero los mercaderes, haciendo caso omiso de esta advertencia, decidieron partir sin más tardanza. Sólo uno de ellos descargó su barco y se hizo a la mar vacío. Más tarde, cuando se desencadenó la tempestad con una violencia extrema, los barcos demasiado cargados se hundieron. Únicamente el barco vacío permaneció a flote y pudo recuperar a todos los náufragos.


Alejandro Jodorowsky
“La sabiduría de los cuentos”

domingo, 5 de agosto de 2012

QUIERO SEGUIR IGNORANTE


AMOR SIN CONDICIÓN


Una historia que fue contada por un soldado que pudo regresar a casa después de haber peleado en la guerra de Vietnam. Le habló a sus padres desde San Francisco:

_Mamá, papá. Voy de regreso a casa, pero les tengo que pedir un favor: traigo a un amigo que me gustaría que se quedara con nosotros.
_Claro – le contestaron – Nos encantaría conocerlo.
_Hay algo que deben saber – el hijo siguió diciendo – él fue herido en la guerra. Pisó una mina de tierra y perdió un brazo y una pierna. Él no tiene donde ir, y quiero que se venga a vivir con nosotros a casa.
_Siento mucho escuchar eso hijo. A lo mejor podemos encontrar un lugar en donde él se pueda quedar...

sábado, 4 de agosto de 2012

PRUEBA O CURACIÓN


Que todo se nos venga abajo es una prueba y también una especie de curación. 

Pensamos que la cuestión es pasar la prueba o superar el problema, pero en realidad las cosas no se resuelven. Las cosas se caen a pedazos y después éstos se vuelven a juntar. Simplemente sucede así.


La curación proviene del hecho de dejar espacio para que todo esto ocurra: espacio para la pena, para el alivio, para la aflicción y para la alegría.

Podemos pensar que algo nos va a producir placer, pero no sabemos qué va a ocurrir en realidad. Podemos pensar que algo nos va a hacer sufrir, pero tampoco lo sabemos con certeza. Lo más importante de todo es dejar sitio para el no saber. Tratamos de hacer lo que pensamos que nos puede ayudar, pero no sabemos. Nunca sabemos si nos vamos a caer redondos o si vamos a poder aguantar derechos. Cuando vivimos una gran decepción, no sabemos si ahí se acaba la historia; también podría ser el principio de una gran aventura.


Pema Chödron
Cuando todo se derrumba

viernes, 3 de agosto de 2012

PRISIONES CONCEPTUALES




En tí, como en cada ser humano, hay una dimensión de conciencia mucho más profunda que el pensamiento. Es la esencia misma de tu ser. Podemos llamarla presencia, alerta, conciencia incondicionada. En las antiguas enseñanzas, es el Cristo interno, o tu naturaleza de Buda. 

Hallar esa dimensión te libera, y libera al mundo del sufrimiento que te causas a ti mismo y a los demás cuando sólo conoces el «pequeño yo» fabricado por la mente, que es quien dirige tu vida. El amor, la alegría, la expansión creativa y una paz interna duradera sólo pueden entrar en tu vida a través de esa dimensión de conciencia incondicionada. 

Si puedes reconocer, aunque sea de vez en cuando, que los pensamientos que pasan por tu mente son simples pensamientos, si puedes ser testigo de tus hábitos mentales y emocionales reactivos cuando se producen, entonces esa dimensión ya está emergiendo en ti como la conciencia en la que ocurren los pensamientos y emociones: el espacio interno intemporal donde se despliegan los contenidos de tu vida. La corriente de pensamientos tiene una enorme inercia que puede arrastrarte fácilmente. Cada pensamiento pretende tener una gran importancia. Quiere captar toda tu atención. He aquí un ejercicio espiritual que puedes practicar: no te tomes tus pensamientos demasiado en serio. 

Qué fácilmente se queda atrapada la gente en sus prisiones conceptuales.

ECKHART TOLLE
El Silencio Habla

FELICIDAD


Es algo dentro de nosotros, una rueda interior, que no deja de moverse. Simplemente obsérvala... es muy hermosa, porque al ser conscientes de ella, se ha conseguido algo. Ahora entiendes que estas libre de las excusas exteriores, porque fuera no ha pasado nada y, sin embargo, nuestro estado de ánimo ha cambiado en cuestión de minutos de felicidad a infelicidad. Eso significa que la felicidad y la infelicidad son nuestros estados de ánimo y que no dependen del exterior. Es una de las cosas más básicas que hay que comprender, porque entonces se puede hacer mucho. 

Lo segundo que hay que comprender es que dependen de nuestra percepción. Así que esta atento y adquiere conciencia. Si la felicidad está ahí, obsérvala y no te identifiques con ella. Cuando esté presente la infelicidad, vuelve a observar. Es como la mañana y la noche. Por la mañana observas v disfrutas con el sol naciente. Cuando este se pone y desciende la oscuridad, también la observas y la disfrutas.

OSHO
Día a Día (día 25)

SUFRIMIENTO

¿Estás sufriendo? ¿Tienes problemas? ¿Detestas todos los minutos de tu vida?

 ¿Te gustan tus últimas tres horas, cada segundo de las últimas tres horas? 
Si la respuesta es no, si la respuesta es que estás sufriendo, perturbado, tienes realmente problemas. Hay algo erróneo en ti. Seriamente erróneo. 

No hay que buscar la felicidad en donde no está, ni tomar la vida por lo que no es vida, porque entonces estaremos creando el sufrimiento. 

Experiencias y errores son normales y saludables; si no hubiese experiencias y errores, no habría riesgos. Habría sólo la conformidad calculada. Esto no es la vida, ni el sentido de la Creación, ni la experiencia del amor, ni el mensaje del Evangelio. 

Lo cierto es que el dolor existe porque rechazamos que lo único sustancia es el amor, la felicidad, el gozo. 

jueves, 2 de agosto de 2012

FELICIDAD (dedicado a Vicky González G.)


"Necesito desesperadamente que alguien me ayude... o voy a volverme loco. Vivo en una pequeña habitación con mimujer, mis hijos y mis parientes, de manera que tenemos los nervios a punto de estallar y no dejamos de gritarnos y de increparnos los unos a los otros. Aquello es un verdadero infierno..."
"¿Me prometes que harás lo que yo te ordene?", le dijo el maestro con toda seriedad.
"¡Te juro que lo haré!": 

"Perfectamente. ¿Cuantos animales tienes?".
"Una vaca, una cabra, seis gallinas..... y alguno más".
"Mételos a todos en una habitación y vuelve dentro de una semana".
El discípulo quedo horrorizado, pero ¡había prometido obedecer...! De modo que lo hizo y regreso al cabo de una semana quejándose desconsoladamente: "¡Vengo hecho un manojo de nervios! ¿que suciedad, qué peste, qué ruido...! ¡Estamos todos a punto de volvernos locos!"
"Mete ahora el perro y el caballo y vuelve dentro de una semana"
Ya no podía más.... era insoportable. 

"Vuelve otra vez", dijo el Maestro, "y saca a todos los animales fuera". 

El hombre se marcho a su casa corriendo y regresó al día siguiente radiante de alegría: "Qué felicidad! Han salido todos los animales y aquello es ahora el paraíso. ¡Qué tranquilidad, qué limpieza, qué amplitud...!".

Extraído de la Red
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