sábado, 31 de diciembre de 2022
LOS SIETE TARROS DE ORO
Al pasar un barbero bajo un árbol embrujado, oyó una voz que le decía: «¿Te gustaría tener los siete tarros de oro?». El barbero miró en torno suyo y no vio a nadie. Pero su codicia se había despertado y respondió anhelante: «Sí, me gustaría mucho». «Entonces ve a tu casa en seguida», dijo la voz, «y allí los encontrarás».
El barbero fue corriendo a su casa. Y en efecto: allí estaban los siete tarros, todos ellos llenos de oro, excepto uno que solo estaba medio lleno. Entonces el barbero no pudo soportar la idea de que un tarro no estuviera lleno del todo. Sintió un violento deseo de llenarlo; de lo contrario, no sería feliz.
Fundió todas las joyas de la familia en monedas de oro y las echó en el tarro. Pero este seguía igual que antes: medio lleno. ¡Aquello le exasperó! Se puso a ahorrar y a economizar como un loco, hasta el punto de hacer pasar hambre a su familia. Todo inútil. Por mucho oro que introdujera en el tarro, este seguía estando medio lleno.
De modo que un día pidió al Rey que le aumentara su sueldo. El sueldo le fue doblado y reanudó su lucha por llenar el tarro. Incluso llegó a mendigar. Y el tarro engullía cada moneda de oro que en él se introducía, pero seguía estando obstinadamente a medio llenar.
El Rey cayó en la cuenta del miserable y famélico aspecto del barbero. Y le preguntó: «¿Qué es lo que te ocurre? Cuando tu sueldo era menor, parecías tan feliz y satisfecho.
Y ahora que te ha sido doblado el sueldo, estás destrozado y abatido. ¿No será que tienes en tu poder los siete tarros de oro?».
El barbero quedó estupefacto: «¿Quién os lo ha contado, Majestad?», preguntó.
El Rey se rio. «Es que es obvio que tienes los síntomas de la persona a quien el fantasma ha ofrecido los siete tarros.
Una vez me los ofreció a mí y yo le pregunté si el oro podía ser gastado o era únicamente para ser, atesorado; y él se esfumó sin decir una palabra. Aquel oro no podía ser gastado. Lo único que ocasiona es el vehemente impulso de amontonar cada vez más. Anda, ve y devuélveselo al fantasma ahora mismo y volverás a ser feliz».
Del libro:
Anthony de Mello
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet
sábado, 17 de diciembre de 2022
EL PESCADOR SATISFECHO
El rico industrial del Norte se horrorizó cuando vio a un pescador del Sur tranquilamente recostado contra su barca y fumando una pipa.
«¿Por qué no has salido a pescar?», le preguntó el industrial.
«Porque ya he pescado bastante por hoy», respondió el pescador.
«¿Y por qué no pescas más de lo que necesitas?», insistió el industrial.
«¿Y qué iba a hacer con ello?», preguntó a su vez el pescador.
«Ganarías más dinero», fue la respuesta. «De ese modo podrías poner un motor a tu barca. Entonces podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces. Entonces ganarías lo suficiente para comprarte unas redes de nylon, con las que obtendrías más peces y más dinero. Pronto ganarías para tener dos barcas… y hasta una verdadera flota. Entonces serías rico, como yo».
«¿Y qué haría entonces?», preguntó de nuevo el pescador.
«Podrías sentarte y disfrutar de la vida», respondió el industrial.
«¿Y qué crees que estoy haciendo en este preciso momento?», respondió el satisfecho pescador.
Es más acertado conservar intacta la capacidad de disfrutar que ganar un montón de dinero.
Del libro:
Anthony de Mello
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet
lunes, 12 de diciembre de 2022
domingo, 11 de diciembre de 2022
RICOS
La mujer: «Ya somos ricos, querido. Nos tenemos el uno al otro. Tal vez algún día también tengamos dinero».
Del libro:
Anthony de Mello
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet
sábado, 10 de diciembre de 2022
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