He visto fracasar varios intentos
de conquistar y manipular el mundo.
El mundo pertenece al espíritu,
por lo tanto, no debe ser manipulado.
Quien lo manipula, lo corrompe,
quien pretende conservarlo, lo pierde.
Las cosas, ora preceden, ora siguen.
Algunas son como un soplo cálido,
otras, como un viento frío.
Las cosas, ora son fuertes, ora débiles,
ora flotan, ora se hunden.