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viernes, 8 de mayo de 2020

CONCIENCIA EN SÍ Y CONCIENCIA


5. Conciencia en sí y conciencia.

La característica sobresaliente de las pláticas de Maharaj con sus visitantes es la sensación de total espontaneidad por parte dé Maharaj. Nunca se eligen los temas con anterioridad; no obstante, las palabras de Maharaj tienen una flexibilidad única que les da en cada ocasión una frescura estimulante. Uno se maravilla aún más cuantío piensa que ha estado hablando de cuestiones análogas sin ninguna preparación previa en dos sesiones diarias, todos los días de la semana, incluyendo domingos, durante los últimos años. Además, por si fuera poco, Maharaj dice, con Una risa divertida: ¿Acerca de qué hablo? De un solo tema, sobre la misma cuestión: ustedes y yo, el mundo externo y Dios.

En general, Maharaj no se molesta por tener que esperar a su audiencia antes de exponer algún tema que ronda su mente. En ocasiones su pequeño piso se llena por completo en quince minutos. Otras veces, cuando empieza a hablar -uno podría decir a pensar en voz alta hay apenas tres o cuatro personas presentes. Pero esto no hace ninguna diferencia para él. Puede hablar incluso a un solo interesado, si así lo decide, y exponerle con entusiasmo los elementos básicos de su enseñanza, relacionándolos y dando a cada uno su lugar justos La suya es una mente total que va más allá del pragmatismo. Su pensamiento es reflexión total.

Una mañana, después de presentar mis respetos a Maharaj y sentarme, me di cuenta de que sólo había otras dos personas. Maharaj dijo de pronto: ¿Qué diferencia hay entre la "conciencia en sí" y la "conciencia", si es que existe alguna? Cuando esto sucede, uno no sabe si en realidad él espera una respuesta, o si sólo piensa en voz alta, y vacila en responder por temor a romper el hilo de sus pensamientos. Pero entonces puede acontecer que pregunte: ¿Por que no responden? ¿Acaso me han hecho perder el tiempo escuchando mis pláticas todos estos días? Esa mañana, sin embargo, continuó, sin esperar respuesta.

Señaló que la conciencia en sí es conciencia del Absoluto, y, en consecuencia, se encuentra más allá de los tres gunas (Gunatita), mientras que la conciencia es algo nutrido y limitado por el cuerpo físico. Cuando este cuerpo-alimento se destruye, desaparece también la conciencia. La verdad es que nadie muere -el cuerpo, compuesto de los cinco elementos, se mezcla con ellos cuando se encuentra sin vida, y la conciencia, la cual está sujeta a los tres gunas, se libera de éstos-. La conciencia en sí es el estado original primordial, anterior al concepto de espacio-tiempo, y no necesita de ninguna causa o sustento.

Simplemente es. Sin embargo, en el momento en que surge el concepto de conciencia en este estado original de unicidad, aparece el sentido de "yo soy", provocando una condición de dualidad. La conciencia, en tanto que posee una forma, es un reflejo de la conciencia en sí sobre la superficie de la materia. No podemos concebir la conciencia de manera separada de la conciencia en sí; no puede haber un reflejo del sol sin el sol. Pero sí puede haber conciencia en sí sin conciencia.

En el sueño profundo, por ejemplo, no hay conciencia (ésta se encuentra en reposo) pero ciertamente sí hay conciencia en sí, pues en la vigilia uno es conciente de haber dormido; pero sólo en el estado de vigilia.

Maharaj no nos permite olvidar nunca que la conciencia es nuestro único compañero constante y que es la atención continua en el flujo de nuestra conciencia lo que nos lleva a la conciencia en sí; la existencia básica, aquello que es vida-amor-gozo. De acuerdo con Maharaj, la conciencia misma de ser conciente es ya un paso hacia la conciencia en sí. La mente, por su misma naturaleza, es extrovertida, siempre tendiendo a buscar el origen de las cosas en las cosas mismas. Cuando se dirige hacia el origen interno, es como el inicio de una vida nueva. La conciencia en sí remplaza a la conciencia. El "yo soy", que es un pensamiento de la conciencia, desaparece. En la conciencia en sí no hay pensamiento. La conciencia en sí es la fuente, el origen de la conciencia. Maharaj sugiere que un excelente ejercicio espiritual es sentarse quietamente y observar lo que llega a la superficie de la mente. Lo que llamamos pensamientos son como ondas en la superficie del agua. Los pensamientos conducen siempre a la identificación o al rechazo; son producto de ideas preconcebidas y constituyen un obstáculo para la comprensión real. Así como el agua está tranquila cuando no hay ondas, así la mente está serena cuando se encuentra libre de pensamientos, cuando es pasiva y por completo receptiva.

En el espejo de tu mente, dice Maharaj, aparecerán toda clase de imágenes, permanecerán por un momento y desaparecerán. Obsérvalas ir y venir en silencio. Debes estar alerta, pero no permitir que te atraigan, ni rechazarlas. Es importante no involucrarse. Esta actitud de contemplación silenciosa tendrá el efecto, de manera gradual, de alejar todo pensamiento inútil, como invitados no deseados a los que se ignora. Permaneciendo así en tu interior, es decir, en la condición de "yo soy", observando el flujo de la mente sin interferir ni juzgar, como un testigo desapasionado, se puede propiciar que el "interior" desconocido salga a la superficie de la conciencia y se manifiesten sus inusitadas energías que te permitirán comprender el misterio del origen de la vida.



Tomado del libro:
El buscador es lo buscado
Puntos clave de la enseñanza de Nisargadatta Maharaj
Ramesh Balsekar
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jueves, 20 de febrero de 2020

LO MANIFESTADO Y LO INMANIFESTADO SON UNO


4. Lo manifestado y lo inmanifestado son uno.

¿Es el "yo" una entidad sempiterna que aparece en niveles diferentes: manifestado y no manifestado? Esta pregunta se la plantean a menudo a Maharaj en formas diversas, con distintas palabras, diferentes personas, pero la esencia de la interrogante es siempre la misma. En ocasiones un visitante audaz puede haber llegado a formular la pregunta justo al principio de una sesión, al mencionar Maharaj, cosa que hace a menudo, que sus oyentes deben siempre tener presente que no está hablando como un individuo a otro, sino como la conciencia a la conciencia con respecto a la naturaleza de ella misma.

Según Maharaj, en el nivel mental el "yo" puede ser considerado bajo tres aspectos: 1) el impersonal, Avyakta (no manifestado), el Yo absoluto, más allá de toda percepción o experiencia sensorial e inconciente de sí mismo. 2) El suprapersonal, Vyakta (manifestado), el cual es el reflejo del Absoluto en la conciencia como "yo soy"; y 3) el personal, Vyakti, el cual es un complejo de procesos físicos y vitales, el aparato sicosomático en el que la conciencia se manifiesta.

No obstante, Maharaj hace esta observación para recordar reiteradamente que tal distinción es tan sólo teórica y no puede existir en la realidad. En esencia, no hay distinción entre lo manifestado (Vyakta) y lo no manifestado (Avyakta), así como no hay ninguna diferencia esencial entre la luz y la luz de día. El universo está lleno de luz pero esa luz sólo puede ser vista hasta que se refleja sobre una superficie como luz de día; y lo que revela la luz de día es la persona individual (Vyakti). El individuo en la forma de un cuerpo humano es siempre el objeto; la conciencia (en tanto testigo) es el sujeto y su relación de dependencia mutua (la conciencia no puede aparecer sin el aparato de un cuerpo y el cuerpo no puede tener sensibilidad sin la conciencia) es la prueba de su identidad básica con el Absoluto. Ambos son la misma conciencia; una en reposo y la otra en movimiento, cada una conciente de la otra.

El universo entero, explica Maharaj, existe sólo en la conciencia. La conceptualización de este proceso sería como sigue: la conciencia se origina en el Ser puro, por ninguna causa o razón particular que no sea el hecho de que es su naturaleza hacerlo así, al igual que las olas en la superficie del mar. El mundo aparece y desaparece en la conciencia; y cada uno de nosotros tiene derecho a decir: todo lo que existe forma parte de mí, todo lo que existe es mío, antes de todo principio, después de todo fin, estoy ahí para atestiguar todo lo que sucede. "Yo", "tú "y "él" son sólo apariencias en la conciencia; todo es básicamente Yo.

No es que el mundo no exista. En tanto apariencia en la conciencia, el mundo es la totalidad dé lo conocido en el potencial de lo desconocido. Puede decirse que el mundo aparece, pero no es. La duración de la apariencia, por supuesto, diferirá de acuerdo con las diferentes escalas de tiempo. Aparte del hecho de que el mundo desaparece en el sueño profundo y reaparece en el estado de vigilia, la duración de su aparición suele variar con el periodo del tiempo que dura nuestra vida; unas cuantas horas en el caso de un insecto y eones en el de la trinidad de Brahma, Vishnú y Maheshwara. Finalmente, sin embargo, todo lo que es apariencia en la conciencia debe tener un fin y no puede tener realidad alguna.

La forma en que expone Maharaj este conocimiento sublime es, en verdad, asombrosa por la diversidad de aspectos que presenta, mientras el tema central permanece anclado con firmeza. Dice que la conciencia en sí procede del Absoluto (Avyakta) y permea el yo interno (Vyakta). El yo externo (Vyakti) es la parte de nuestro ser de la que no nos damos cuenta, ya que, si bien podemos ser concientes (pues todo ser sensible tiene conciencia), es posible que no nos percatemos de ello. En otras palabras, el yo externo (Vyakti) está delineado por el cuerpo físico; el yo interno (Vyakta) por la conciencia y sólo puede tenerse contacto con lo Supremo (Avyakta) en la Conciencia Pura.

No puede haber ninguna "experiencia" como tal del Absoluto, por la simple razón de que no puede haber nada objetivo en el Absoluto, que es en esencia subjetividad pura. La conciencia del yo interno es el vehículo de toda experiencia. El Absoluto proporciona la potencialidad de la experiencia; el yo, la factibilidad.

El contacto de la persona individual con la conciencia del Absoluto sólo puede producirse cuando la mente se encuentra en "ayuno", por así decirlo, pues en ese momento cesa el proceso de conceptualización.

Cuando la mente está en calma, refleja la Realidad; cuando la mente está en reposo absoluto se disuelve y no queda más que la Realidad. Esta es la razón, nos dice Maharaj continuamente, por la que es necesario ser uno con la conciencia. Cuando la mente se deleita, desaparece la Realidad; cuando la mente ayuna, aparece la Realidad.

La conciencia en sí, señala Maharaj de otra manera más, cuando está en contacto con un objeto, una forma física, se vuelve testigo. Si al mismo tiempo se autoidentifica con el objeto, tal estado se convierte en "la persona". En la Realidad no hay más que un estado; cuando se corrompe y contamina a causa de la identificación con el "yo", puede denominarse persona (Vyakti); cuando se tiñe con un sentido de ser, la conciencia resultante se convierte en "el testigo"; cuando permanece en su pureza original, sin contaminación ni matiz alguno, es lo Supremo, el Absoluto.

Es necesario tener clara la diferencia, si bien teórica, entre la conciencia en sí del Absoluto y la conciencia en la que aparece el universo, nos advierte siempre Maharaj. Una es sólo reflejo de la otra. Pero el reflejo del sol en la gota de rocío no es el sol. En ausencia de la objetivación, como en el sueño profundo, no está el universo aparente, pero estamos nosotros. Es así porque lo que somos es lo que el universo aparente es, y viceversa -dual en la presencia, y no dual si está ausente; irreconciliablemente alejados en concepto, inviolablemente unidos en ausencia de toda concepción.


Tomado del libro:
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Ramesh Balsekar
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domingo, 16 de febrero de 2020

FRENTE A LA MUERTE


3. Frente a la muerte.

Visitante: 
Mi único hijo murió hace unos días en un accidente automovilístico, y me resulta casi imposible aceptar su muerte con entereza filosófica. Sé que no soy la primera persona que sufre una pérdida semejante. También sé que todos tenemos que morir algún día. He buscado alivio en mi mente recurriendo a todas las tácticas usuales mediante las cuales nos consolamos y confortamos unos a otros en conflictos como éste. Y sin embargo, vuelvo al hecho trágico de que un destino cruel ha privado de todo a mi hijo en la flor de su vida. ¿Por qué? ¿Por qué?, me pregunto todo el tiempo. Maestro, no puedo superar mi dolor.

Maharaj (después de permanecer con los ojos cerrados durante un minuto o más): 
Es inútil y vano decir que estoy afligido, pues en ausencia de "yo" (de "mí" como individuo) no hay "otros", uno se ve a sí mismo reflejado en todos los demás. Obviamente, tú no has venido a mí buscando sólo compasión, la cual con seguridad has recibido en abundancia de tus familiares y amigos. Recuerda, uno va por la vida, año tras año, disfrutando los placeres habituales y sufriendo las penas normales, pero sin apreciar jamás la vida en su justo valor. ¿Y cuál es su justo valor? Es éste: No existe "mí" ni "tú "; no pueden existir tales entidades.

Todo hombre debe entender esto y tener valor para vivir la vida con esta comprensión.

¿Tienes ese valor, amigo mío, o tendrás que sumirte en lo que llamas tu pena?

Discúlpame, Maharaj, no entiendo del todo lo que me has dicho, me encuentro sorprendido y desconcertado. Me has expuesto la esencia de mi ser, y lo que has dicho en forma tan sucinta parece ser la regla de oro para vivir. ¿Podrías, por favor, explicar con más detalle lo que acabas de decir? ¿Qué es exactamente lo que debo hacer?

¿Hacer? Nada, absolutamente nada: sólo ve lo transitorio como transitorio, lo irreal como irreal y lo falso como falso, y te darás cuenta de cuál es tu verdadera naturaleza. Has hablado de tu pena, ¿pero alguna vez has mirado de frente el "dolor" y has intentado comprender lo que es en realidad?

La perdida de alguien o algo que has amado mucho inevitablemente causará dolor. Y puesto que la muerte es aniquilación total, con irrevocabilidad absoluta, el dolor que causa es profundo.

Con todo, ni siquiera este dolor agobiante puede durar demasiado si lo analizas intelectualmente. ¿Qué es exactamente lo que te aflige? Volvamos al principio: ¿tú y tu esposa acordaron con alguien que tendrían un hijo -un cuerpo particular- y que tendría un destino determinado? Que el feto haya sobrevivido a muchos peligros en el vientre fue otra casualidad. Que ese bebé fuera un niño también fue azaroso. En otras palabras, lo que llamas tu "hijo" no fue más que un acontecimiento fortuito, un suceso sobre el cual no tuviste control en ningún momento, y ese suceso ha llegado ahora a su fin.

¿Qué es exactamente lo que lamentas? ¿Lamentas acaso las pocas experiencias placenteras y las muchas dolorosas que se ha perdido tu hijo en los años venideros? ¿O en realidad te afligen los placeres y ventajas que no podrás recibir ya más de él?

¡Ten cuidado, todo esto parte desde el punto de vista de lo falso! Pero, ¿me sigues hasta aquí?

Estoy asustado y me sigo sintiendo aturdido. Sí te sigo en lo que acabas de decir, sólo que no alcanzo a comprender qué querías decir cuando hablaste de que todo esto se encuentra en el nivel de lo falso.

¡Ah! Pasaremos ahora a lo verdadero. Entiende por favor como verdadero el hecho de que no eres un individuo, una "persona". La persona, lo que uno cree ser, es tan sólo un producto de la imaginación y el yo es víctima de esta ilusión. La "persona" en sentido estricto no existe. Es el yo, la conciencia, el que erróneamente cree que existe una persona y es conciente de ser ésta. Cambia tu punto de vista. No mires el mundo como algo externo a ti. Ve a la persona que imaginas ser como parte del mundo -un mundo soñado en realidad- al cual percibes como una apariencia en tu conciencia y mira todo el espectáculo desde fuera. Recuerda, no eres la mente, la cual no es sino el contenido de la conciencia. En tanto te identifiques con el complejo, cuerpo-mente, serás vulnerable al dolor y al sufrimiento. Más allá de la mente está sólo el ser, no el ser padre o hijo, esto o aquello.

Tú te encuentras más allá del espacio y el tiempo, sólo estás en contacto con ellos en el aquí y ahora, pero por lo demás eres atemporal, ilimitado e invulnerable a cualquier experiencia. Comprende esto y no te aflijas más. Una vez que te des cuenta de que no hay nada en este mundo que puedas o necesites llamar tuyo, mirarás éste desde fuera, como ves un juego en el estadio o una película en la pantalla, admirando y disfrutando, quizá también sufriendo, pero, en el fondo, impasible por completo.



Tomado del libro:
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Ramesh Balsekar
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lunes, 21 de diciembre de 2015

LO SUPREMO, LA MENTE Y EL CUERPO


Interlocutor: Por lo que nos ha dicho parece que usted no es completamente consciente de su entorno. A nosotros nos parece extremadamente alerta y activo. Nos cuesta creer que está en una suerte de estado hipnótico, que no deja ninguna memoria detrás. Por el contrario, su memoria parece excelente. ¿Cómo tenemos que comprender su afirmación de que el mundo y todo lo que incluye no existe, en lo que a usted concierne?

Maharaj: Todo es una cuestión de enfoque. Su mente está enfocada en el mundo; la mía está enfocada en la realidad. Es como la luna a la luz del día —cuando el sol brilla, la luna apenas es visible. O bien, observe como toma usted su comida.

Mientras está en su boca, es consciente de ella; una vez tragada, ya no se interesa más en ella. ¡Sería fastidioso tenerla constantemente en mente hasta su eliminación!

La mente debe estar normalmente en suspenso —la actividad incesante es un estado mórbido. El universo funciona por sí sólo —eso yo lo sé. ¿Qué más necesito saber?

Int: Así pues, un jnani (aquél que se ha conocido a sí mismo y por ello “lo conoce todo”) sabe lo que está haciendo solo cuando vuelve su mente hacia ello; de otro modo únicamente actúa, sin estar implicado.

Mah: El hombre ordinario no es consciente de su cuerpo como tal. Es consciente de sus sensaciones, sentimientos y pensamientos. Incluso éstos, una vez que comienza el desapego, se alejan del centro de la consciencia y acontecen espontáneamente y sin esfuerzo.

sábado, 31 de octubre de 2015

LA PERSONA NO ES LA REALIDAD


Interlocutor: Por favor, díganos cómo se realizó.

Maharaj: Encontré a mi Gurú cuando tenía 34 años y realicé a los 37.

Int: ¿Qué ocurrió? ¿Cuál fue el cambio?

Mah: El placer y el dolor perdieron su dominio sobre mí. Yo estaba libre de deseo y de temor. 
Me encontré a mí mismo pleno, sin necesidad de nada. Vi que en el océano de la presencia consciente pura (“pure awareness”), en la superficie de la consciencia universal, las innumerables olas de los mundos fenoménicos emergen y se sumergen sin comienzo ni fin. Como consciencia, todos ellos están en mí. Como eventos, todos son míos. Hay un poder misterioso que cuida de ellos.

Ese poder es la presencia-consciente (awareness), el Sí-mismo, la Vida, Dios, déle usted el nombre que quiera. Es el fundamento, el soporte último de todo lo que es, lo mismo que el oro es la base de toda la joyería. ¡Y es tan íntimamente nuestro! Haga abstracción del nombre y la forma de las joyas y el oro deviene manifiesto. Libérese del nombre y de la forma, y de los deseos y temores que crean —¿qué queda entonces?

Int: Nada.

Mah: Sí, el vacío queda. Pero el vacío está lleno a rebosar. Es la potencialidad eterna, como la consciencia es la actualidad eterna.

sábado, 20 de junio de 2015

LA PRESENCIA-CONSCIENTE ("awareness") Y LA CONSCIENCIA


Interlocutor: ¿Qué hace usted cuando está dormido?

Maharaj: Estoy consciente (aware) del hecho de estar soñando.

Int: ¿No es el sueño profundo un estado de inconsciencia?

Mah: Sí, yo soy consciente del hecho de estar inconsciente.

Int: ¿Y cuando está despierto, o soñando?

Mah: Soy consciente del hecho de estar despierto, o soñando.

Int: No le entiendo a usted. ¿Qué quiere decir usted exactamente? Permítame aclarar mis términos: por estar dormido quiero decir inconsciente, por estar despierto quiero decir consciente, por soñar quiero decir consciente de la mente de uno mismo, pero no de lo que me rodea.

Mah: Bien, es poco más o menos lo mismo para mí. Sin embargo, parece haber una diferencia.

En cada estado usted olvida los otros dos, mientras que para mí no hay más que un sólo estado de ser, que incluye y transciende los tres estados mentales de vigilia, soñar y dormir.

Int: ¿Ve usted en el mundo una dirección y un propósito?

Mah: El mundo no es más que un reflejo de mi imaginación. Todo lo que quiero ver, puedo verlo.

viernes, 8 de mayo de 2015

LA PRESENCIACIÓN


Interlocutor: Yo estoy lleno de deseos y quiero cumplirlos. ¿Cómo puedo lograr lo que quiero?

Maharaj: ¿Merece usted lo que desea? De un modo u otro tiene que trabajar por el cumplimiento de sus deseos. Invierta energía y espere los resultados.

Int: ¿De dónde voy a sacar la energía?

Mah: El deseo mismo es energía.

Int: ¿Entonces por qué no se cumplen todos los deseos?

Mah: Quizás no fue bastante fuerte ni duradero.

Int: Sí, ese es mi problema. Quiero cosas, pero soy perezoso cuando llega el momento de la acción.

Mah: Cuando su deseo no es claro ni fuerte, no puede tomar forma. Además, si sus deseos son personales, para su propio disfrute, la energía que usted les da es necesariamente limitada; no puede ser más que la que usted tiene.

sábado, 4 de abril de 2015

EL SÍ MISMO ESTÁ MÁS ALLÁ DE LA MENTE


Interlocutor: Cuando era un niño experimenté muy a menudo estados de felicidad completa, cercanos al éxtasis. Más tarde, cesaron. Pero desde que vine a la India reaparecieron, particularmente desde que le encontré a usted. Sin embargo estos estados, por maravillosos que sean, no son duraderos. Vienen y van y no hay ningún conocimiento de cuando volverán de nuevo.

Mah: ¿Cómo puede algo ser estable en una mente que ella misma no es estable?

Int: ¿Cómo puedo hacer que mi mente sea estable?

Mah: ¿Cómo puede una mente inestable hacerse a sí misma estable? Por supuesto no puede. La naturaleza de la mente es vagar de un lado a otro. Todo lo que usted puede hacer es llevar el foco de la consciencia más allá de la mente.

Int: ¿Cómo se hace?

Mah: Deseche todos los pensamientos excepto uno: el pensamiento «yo soy». La mente se rebelará al comienzo, pero con paciencia y perseverancia cederá y se tranquilizará. Una vez que esté tranquilo, las cosas comenzarán a acontecer espontáneamente y completamente naturales, sin ninguna interferencia de su parte.

PLACERES MOMENTANEOS


miércoles, 11 de marzo de 2015

LA MENTE


Interlocutor: Hay muchos libros interesantes escritos por gentes aparentemente muy competentes, en los que se niega la ilusoriedad del mundo (aunque no su transitoriedad). Según ellos, existe una jerarquía de seres, desde el más bajo al más alto; en cada nivel la complejidad del organismo permite y refleja la profundidad, la amplitud y la intensidad de la consciencia, sin ninguna culminación visible o cognoscible. Una ley suprema gobierna por todas partes: la evolución de las formas por el crecimiento y el enriquecimiento de la consciencia y la manifestación de sus potencialidades infinitas.

Mah: Esto puede ser así, o no. Incluso si es así, lo es solo desde el punto de vista de la mente, pero de hecho el universo entero (mahadakasha) existe solo en la consciencia (chidakasha), mientras que yo tengo mi estación en lo Absoluto (paramakasha). En el ser puro emerge la consciencia; en la consciencia el mundo aparece y desaparece. Todo lo que es, es mí mismo; todo lo que es, es mío. Antes de todos los comienzos, después de todos los finales —yo soy. Todo tiene su ser en mí, en el «yo soy», que brilla en todo ser vivo. Incluso el no ser es impensable sin mí.

Ocurra lo que ocurra, yo debo estar ahí para presenciarlo.

Int: ¿Por qué le niega usted el ser al mundo?

Mah: Yo no niego el mundo. Yo lo veo como aparece en la consciencia, que es la totalidad de lo conocido en la inmensidad de lo no conocido.

Lo que comienza y acaba es mera apariencia. El mundo se puede decir que aparece, pero no que es. La apariencia puede durar mucho en alguna escala de tiempo, y ser muy breve en otra, pero finalmente equivale a lo mismo. Todo lo que está sujeto al tiempo es momentáneo y no tiene ninguna realidad.

jueves, 26 de febrero de 2015

LA MEDITACIÓN


Interlocutor: Todos los maestros aconsejan meditar. ¿Cuál es el propósito de la meditación?

Maharaj: Nosotros conocemos el mundo exterior de sensaciones y de acciones, pero de nuestro mundo interior de pensamientos y sentimientos sabemos muy poco.

El propósito principal de la meditación es devenir consciente y familiarizado con nuestra vida interior. El propósito último es alcanzar la fuente de la vida y de la consciencia.

Incidentalmente, la práctica de la meditación afecta profundamente a nuestro carácter. Nosotros somos esclavos de lo que no conocemos; de lo que conocemos somos señores. Cualquier vicio o flaqueza en nosotros mismos, cuyas causas y funcionamientos descubrimos y comprendemos, los vencemos por el conocimiento mismo; lo inconsciente se disuelve cuando se trae a lo consciente. La disolución de lo inconsciente libera energía; la mente se siente adecuada y se torna calmada.

lunes, 2 de febrero de 2015

LO QUE NACE DEBE MORIR


Interlocutor: ¿La consciencia que presencia es permanente o no?

Maharaj: No es permanente. El conocedor surge y se sumerge con lo conocido.

Eso en lo que tanto el conocedor como lo conocido surgen y se sumergen, es más allá del tiempo. Las palabras permanente o eterno no se aplican.

Int: En el sueño profundo no hay ni lo conocido, ni el conocedor. ¿Qué mantiene al cuerpo sensitivo y receptivo?

Mah: Ciertamente usted no puede decir que el conocedor estaba ausente. La experiencia de las cosas y de los pensamientos no estaba, eso es todo. Pero la ausencia de experiencia también es experiencia. Es como entrar en una habitación oscura y decir: «No veo nada». Un hombre ciego de nacimiento no sabe lo que significa la oscuridad. Similarmente, sólo el conocedor sabe que no sabe. El sueño profundo es meramente un lapso en la memoria. La vida continua.

Int: ¿Y qué es la muerte?

Mah: Es el cambio en el proceso de vida de un cuerpo particular. La integración acaba y comienza la desintegración.

miércoles, 21 de enero de 2015

EL MUNDO REAL ESTÁ MÁS ALLÁ DE LA MENTE


Interlocutor: En varias ocasiones se ha formulado la pregunta en cuanto a si el universo está sujeto a la ley de causación, o si existe y funciona al margen de la ley.

Usted parece sostener el punto de vista de que es incausado, de que todo, por pequeño que sea, es incausado, que surge y desaparece sin ninguna razón cualquiera que sea.

Maharaj: Causación significa sucesión en el tiempo de acontecimientos en el espacio, ya sea ese espacio físico o mental. Tiempo, espacio, causación son categorías mentales, que surgen y se sumergen con la mente.

Int: Mientras la mente opera, la causación es una ley válida.

Mah: Como todo lo mental, la supuesta ley de causación se contradice a sí misma. Ninguna cosa en la existencia tiene una causa particular; el universo entero contribuye a la existencia aún de la cosa más pequeña; nada podría ser como es sin que el universo sea lo que es. Cuando la fuente y fundamento de todo es la única causa de todo, hablar de causalidad como una ley universal es incorrecto. El universo no está limitado por su contenido, porque sus potencialidades son infinitas; además es una manifestación o expresión de un principio fundamental y totalmente libre.
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