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miércoles, 1 de agosto de 2012

ESTAMOS HECHOS DE LUCES Y SOMBRAS


Un filósofo llevó a sus discípulos a una habitación oscura.
– ¿Qué ven? -les preguntó.
– Nada, maestro - le respondieron. – La oscuridad es absoluta y no nos deja ver.
El filósofo dio una palmada, y se encendieron al mismo tiempo mil lámparas de intensa luz.
– ¿Qué ven ahora? - les preguntó otra vez.
– Nada, tampoco -dijeron los discípulos. – Esta luz cegadora nos impide abrir los ojos para ver.
– Aprendan, pues, -les enseñó el maestro-, que ni en la luminosidad absoluta ni en la completa oscuridad el hombre puede ver. Por eso estamos hechos de luces y sombras, para podernos ver los unos a los otros. ¡Ay de aquél que no perdone la oscuridad que hay en el alma de su hermano, pues no lo podrá ver, y estará solo! Y ¡ay de aquél que no busque poner luces en su oscuridad, pues a sí mismo se perderá!

Así dijo el sabio. Y concluyó:
Estamos hechos de sombras. ¿Dónde mejor que en nosotros puede brillar la luz?

sábado, 28 de julio de 2012

UBUNTU



Un antropólogo propuso un juego a los niños de una tribu africana. Puso una canasta llena de frutas cerca de un árbol y le dijo a los niños que aquel que llegara primero ganaría todas las frutas.
Cuando dio la señal para que corrieran, todos los niños se tomaron de las manos y corrieron juntos, después se sentaron juntos a disfrutar del premio.

Cuando él les preguntó por qué habían corrido así, si uno solo podía ganar todas las frutas, le respondieron: ¡UBUNTU! ¿cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes?

UBUNTU, en la cultura Xhosa significa: Yo soy porque nosotros somos.

Cuántas veces he pensando en esta idea, ¿cómo es posible ser feliz, viendo la infelicidad que hay a mi alrededor? yo no puedo ser feliz si los demás no lo son… ¿de qué me vale tener, ser, si los demás no comparten lo que yo tengo y soy?

SOLO AIRE



El joven llevaba un tiempo reflexionando sobre el sentido de su vida. Y, para su desconcierto, barajaba múltiples posibilidades sin que destacase ninguna. Un día se decidió por ir a ver a un reputado y sabio maestro y pedirle consejo: Señor, ¿qué debo hacer para conseguir lo que quiero?, le preguntó. El sabio no contestó. El joven después de repetir su pregunta varias veces con el mismo resultado se marchó y volvió al día siguiente con la misma demanda. No obtuvo ninguna respuesta y entonces volvió por tercera vez y repitió su pregunta: ¿Qué debo hacer para conseguir lo que quiero, Señor? El sabio le dijo: Ven conmigo. Y se dirigieron a un río cercano. Entró en el agua llevando al joven de la mano y cuando alcanzaron cierta profundidad el sabio se apoyó en los hombros del joven y lo sumergió en el agua y pese a los esfuerzos del joven por desasirse de él, allí lo mantuvo hasta casi ahogarlo. Al fin lo dejó salir y el joven respiró recuperando su aliento. Entonces le preguntó el sabio: 

Cuando estabas bajo el agua, ¿qué era lo que más deseabas? Sin vacilar contestó el joven: Aire, quería aire. ¿No hubieras preferido mejor riquezas, comodidad, placeres, poder o amor? No, señor, deseaba aire, necesitaba aire y solo aire -fue su inmediata respuesta sin vacilación. Entonces, le contestó el sabio, para conseguir lo que tú quieres debes quererlo con la misma intensidad que necesitabas el aire, debes luchar centrándote en ello y excluir todo lo demás. Debe ser tu única aspiración día y noche. Si tienes ese fervor, conseguirás sin duda cualquier cosa que anheles.

3 GATOS DEL SAMURAI


Un samurai tenía en su casa un ratón del que no llegaba a desembarazarse.

Entonces adquirió un magnifico gato, robusto y valiente. Pero el ratón, más rápido, se burlaba de el. Entonces el samurai tomo otro gato, malicioso y astuto. Pero el ratón desconfió de el y no daba señales de vida mas que cuando este dormía. Un monje Zen del templo vecino presto entonces al samurai su gato: este tenía un aspecto mediocre, dormía todo el tiempo, indiferente a lo que le rodeaba. El samurai encogió los hombros, pero el monje insistió para que lo dejara en su casa.

El gato se pasa el día durmiendo, y muy pronto, el ratón se envalentono de nuevo: pasaba y volvía a pasar por delante del gato, visiblemente indiferente. Pero un día, súbitamente, de un solo zarpazo, el gato lo atrapo y lo mató.

viernes, 27 de julio de 2012

EL REGALO


Una vez vivió un gran guerrero. Aunque bastante viejo, él aún podía derrotar a cualquier retador. Su reputación se extendió a lo largo y ancho del país, y muchos estudiantes se reunieron para estudiar con él. Un día, un infame joven guerrero llegó a la aldea. Estaba determinado en ser el primer hombre en derrotar al gran maestro. Junto con su fuerza, tenía una inexplicable habilidad de notar y de explotar cualquier debilidad en un adversario. Esperaba a que su rival hiciera el primer movimiento, de esa manera revelando una debilidad, y después golpeaba con una despiadada fuerza y una velocidad de relámpago. Nunca, nadie había durado en un combate con él, más allá del primer movimiento. 

Muy en contra del consejo de sus preocupados estudiantes, el viejo maestro aceptó con mucho gusto el desafío del joven guerrero. Cuando los dos estuvieron en guardia para la lucha, el joven guerrero comenzó a lanzar insultos al viejo maestro. Tiró mugre y escupitajos en su cara. Por horas lo atacó verbalmente con cada maldición e insulto conocido por los hombres. Pero el viejo guerrero simplemente estaba parado allí, inmóvil y tranquilo. Finalmente, el joven guerrero se agotó. Sabiendo que había sido derrotado, se marchó, sintiéndose avergonzado. Algo decepcionados porque no luchó con el insolente joven, los estudiantes se reunieron alrededor del viejo maestro y le preguntaron. “¿Cómo pudo usted aguantar tal indignidad? ¿cómo lo alejó?”. “Si alguien viene darles un regalo y ustedes no lo reciben” contestó el maestro, “¿a quién pertenece? -preguntó el samurai.- A quien trató de entregarlo -respondió uno de los discípulos.

- Es lo mismo con la envidia, la rabia y los insultos -dijo el maestro-. Cuando no se los acepta, le continúan perteneciendo a quien los trae consigo.




Cuento Zen

martes, 24 de julio de 2012

SIN MIEDO


Durante las guerras civiles en el Japón feudal, un ejército invasor podía barrer rápidamente con una ciudad y tomar el control. En una aldea en particular, todos huyeron momentos antes que llegara el ejército; todos excepto el maestro de Zen.

Curioso por este viejo, el general fue hasta el templo para ver por sí mismo qué clase de hombre era este maestro. Como no fuera tratado con la deferencia y sometimiento a los cuales estaba acostumbrado, el general estalló en cólera. “¡Estúpido!”, gritó mientras alcanzaba su espada, “¡no te das cuenta que estás parado ante un hombre que podría atravesarte sin cerrar un ojo!”. Pero a pesar de la amenaza, el maestro parecía inmóvil. “¿Y usted se da cuenta?”, contestó tranquilamente el maestro, “¿que está parado ante un hombre que podría ser atravesado sin cerrar un ojo?”

lunes, 23 de julio de 2012

CAZANDO DOS CONEJOS



Un estudiante de artes marciales se acercó a su profesor con una pregunta. “Quisiera mejorar mi conocimiento de las artes marciales. Además de aprender de usted, quisiera estudiar con otro profesor, para aprender otro estilo. ¿Qué piensa usted de esta idea?”.

“El cazador que persigue dos conejos”, contestó al profesor, “no atrapa ninguno”.

domingo, 8 de julio de 2012

LA PAREJA PERFECTA.



"Erase una vez una muchacha de nombre Nadia cuya belleza atraía a todos los hombres que la conocían. Sin embargo, se encontraba sola y turbada. Sucedía que tras las primeras alegrías del encuentro con sus encantadoras parejas, no tardaba en encontrarles defectos tan evidentes que decidía postergar la entrega definitiva. Y así pasaba el tiempo sin que Nadia, por una u otra razón, lograra satisfacer su deseo más ferviente: crear una familia feliz.

Algunas personas le decían que ello no dependía tanto de las cualidades de sus parejas, sino que el problema estaba en ella. Sin embargo, Nadia no podía creerlo. Un día oyó hablar de un sabio que, según se decía, a todos conmovía por el consejo y lucidez que encerraban sus palabras. Nadia decidió acudir a su presencia y, una vez allí le dijo:

- Necesito encontrar una pareja perfecta, y llevo muchos intentos frustrados ¿Qué podéis decirme? Supongo que una persona de vuestra fama y cultura, sin duda habrá encontrado la pareja perfecta.
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