Mostrando las entradas con la etiqueta Cuando Todo Se Derrumba. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Cuando Todo Se Derrumba. Mostrar todas las entradas

domingo, 29 de octubre de 2017

MOMENTOS DE INADECUACIÓN E INQUIETUD


Según un antiguo maestro chino, la verdad no es así ni de la otra forma. Es como un perro que anhela lamer un cuenco de aceite hirviendo. No puede dejarlo porque es demasiado deseable,, y tampoco puede lamerlo porque está demasiado caliente.

¿Cómo actuamos ante un aprieto así? De algún modo, alguien tiene que acabar animándonos a ser inquisitivos con ese territorio desconocido y con la pregunta incontestable de qué es lo que va a ocurrir a continuación. 

El estado de presencia en el instante está a nuestra disposición en el momento en que estamos en un aprieto. Ese momento extraño y ambiguo es nuestra mente sabia. Allí mismo, en la incertidumbre del caos cotidiano, está nuestra mente sabia.

Necesitamos coraje para experimentar y probar este tipo de cosas. Es muy expuesto y quizá sintamos que no estamos preparados para ello, pero ésa es la cuestión. Ahí mismo, en ese mismo sentimiento de inadecuación e inquietud, está nuestra mente sabia. Podemos experimentar, no tenemos nada que perder; podemos experimentar con el hecho de no dejarnos desplazar por lo que creemos correcto o equivocado y aprender a relajarnos en la falta de suelo bajo los pies.

viernes, 20 de octubre de 2017

ACABADO DE NACER


La próxima vez que no encuentres suelo bajo tus pies, no lo consideres un obstáculo en absoluto; considéralo más bien un notable golpe de suerte. No tenemos suelo bajo los pies, y esa misma situación puede suavizarnos e inspirarnos. Finalmente, después de todos estos años, quizá consigamos crecer realmente. Como dijo Trungpa Rinpoche en una ocasión: el mejor de los mantras es: «OM, crece, swaha.»

Estamos en continuo cambio. Podemos apegarnos a nuestra seguridad o podemos exponernos como si acabáramos de nacer, como si acabáramos de surgir al resplandor de la vida y estuviéramos totalmente desnudos.

Quizá esto suene demasiado incómodo u horrendo, pero, por otro lado, es nuestra oportunidad de tomar conciencia de que este mundo terrenal es todo lo que hay; puede que lo veamos con ojos nuevos y al fin despertemos del largo sueño de los prejuicios.

lunes, 18 de septiembre de 2017

MOMENTO EN QUE PUEDE AGRANDARSE LA MENTE


Siempre nos encontramos en este mismo aprieto. Es ese lugar donde buscamos alternativas al hecho de estar simplemente presentes. Es un lugar incómodo y vergonzante donde a menudo la gente como nosotros se rinde. Nos gustan la meditación y las enseñanzas cuando nos sentimos inspirados y en contacto con nosotros mismos, en el camino correcto. ¿Pero qué pasa cuando comenzamos a sentirlas como una carga y empezamos a pensar que hemos hecho una elección desacertada que no cumple en absoluto con nuestras expectativas? Las personas con las que practicamos no nos resultan ya del todo cuerdas. De hecho, parecen bastante confusas. La forma de llevar el lugar no es la adecuada. Incluso el profesor es cuestionable.

Este lugar de aprieto es precisamente el punto —tanto de la meditación como de nuestras vidas— en el que realmente podemos aprender algo. Este punto en el que no podemos tomarlo o dejarlo, en el que nos hallamos entre la espada y la pared, atrapados entre nuestras ideas elevadas y la crudeza de lo que está sucediendo ante nuestros ojos, éste es en verdad un lugar auténticamente fructífero.

Cuando estamos en un aprieto nuestra mente suele quedarse empequeñecida. Nos sentimos desgraciados, somos víctimas, casos patéticos y sin esperanza. Pero, lo creas o no, el momento en que nos sentimos atónitos, agobiados o vergonzosos es el momento en que nuestra mente puede agrandarse. En lugar de tomar lo ocurrido como una afirmación de nuestra debilidad personal o del poder del otro, en lugar de sentir que somos estúpidos o que la otra persona es desagradable, podemos abandonar toda queja sobre nosotros mismos y los demás. Podemos quedarnos allí, expuestos, sin saber qué hacer, simplemente permaneciendo en el sitio con la energía cruda y tierna del momento. Ese es el lugar en el que empezamos a aprender el significado que hay detrás de los conceptos y las palabras.

domingo, 10 de septiembre de 2017

MODO INTELECTUAL


Naropa, un yogui indio del siglo XI, un día se encontró inesperadamente con una vieja bruja por la calle. Ella parecía saber que el era uno de los eruditos más importantes del budismo en India y le preguntó si entendía las palabras escritas en el gran libro que portaba en sus brazos. Él dijo que sí y ella se puso a cantar y a bailar alegremente. A continuación le preguntó si comprendía el significado de las enseñanzas que contenía el libro. Pensando en agradarla todavía más, volvió a decir que sí, pero en ese momento ella se puso furiosa y le gritó que era un hipócrita y un mentiroso. Aquel encuentro cambió la vida de Naropa. Sabía que la anciana le había pillado: en realidad sólo comprendía las palabras y no el significado interno profundo de las enseñanzas que podía exponer tan brillantemente. 

En ese mismo punto es donde también nosotros, en mayor o menor medida, nos encontramos. Podemos bromear con nosotros mismos durante cierto tiempo pensando que entendemos la meditación y las enseñanzas, pero en algún momento tenemos que enfrentar la realidad. Nada de lo que hemos aprendido parece muy relevante cuando nuestro amante nos deja, cuando nuestro hijo tiene una rabieta en medio del supermercado o cuando nos insulta un colega del trabajo. ¿Cómo nos trabajamos el resentimiento cuando el jefe entra en la habitación gritándonos? ¿Cómo reconciliamos esa frustración y humillación con nuestro anhelo de ser abiertos y compasivos y de no dañarnos a nosotros mismos ni a los demás? ¿Cómo, durante la meditación, combinamos nuestra intención de permanecer alerta y ser delicados con la realidad de que nos sentamos y nos quedamos dormidos inmediatamente? ¿Y las veces que nos sentamos y nos pasamos todo el rato pensando en cuánto deseamos algo o a alguien que hemos visto de camino a la sala de meditación? ¿O cuando nos sentamos y nos contorsionamos toda la mañana porque nos duelen las rodillas y la espalda y estamos hartos y aburridos? En lugar de estar calmados, despiertos y sin ego, nos encontramos más nerviosos, irritables y densos que de costumbre.

Éste es un lugar muy interesante en el que encontrarse. Para el practicante es un lugar extremamente importante.

sábado, 8 de julio de 2017

ASPIRACIONES Y LA REALIDAD DEL MOMENTO


Instrucciones orales secretas 

En ese momento ambiguo y extraño está presente nuestra mente sabia. Allí mismo, en la incertidumbre de nuestro caos cotidiano, está nuestra mente sabia. 

A veces, a última hora de la noche o durante un largo paseo con un amigo, nos encontramos comentando nuestras ideas respecto a cómo vivir y actuar y que es importante en la vida. Si estudiamos budismo y practicamos meditación, puede que hablemos del no-yo y del vacío, de la paciencia y la generosidad, del amor y de la compasión. Puede que hayamos leído u oído alguna enseñanza que haya puesto del revés nuestra forma habitual de ver las cosas. O quizá sentimos que hemos vuelto a conectar con una verdad que siempre hemos sabido y que, si pudiéramos saber de ella aún un poco más, haría deliciosa nuestra vida. Contamos a nuestros amigos nuestro anhelo de soltar la enorme carga que siempre hemos llevado. De repente estamos muy animados y sentimos que es posible. Hablamos a nuestros amigos de la inspiración que sentimos y de cómo abre nuestras vidas. 

«Es posible», decimos, «disfrutar de las mismas cosas que suelen deprimirnos. Podemos disfrutar de nuestro trabajo, de viajar en metro, de apartar la nieve del camino, de pagar las facturas y hasta de fregar la vajilla.» 

Pero puede que te hayas dado cuenta de que a menudo hay una discrepancia irritante, si no deprimente, entre nuestras ideas y buenas intenciones y nuestra forma de actuar cuando nos enfrentamos a los detalles precisos y concretos de las situaciones de la vida real.

miércoles, 21 de junio de 2017

ELIMINANDO EL SUFRIMIENTO DE OPINIONES QUE NOS INDIGNAN


Tal como enseñó el Buda, es importante ver el sufrimiento como lo que es: sufrimiento. No estamos hablando de ignorarlo ni de quedarnos callados. Cuando no asumamos ciegamente nuestras propias opiniones ni solidifiquemos la sensación de enemistad, es cuando conseguiremos algo en la acción social. Si no nos dejamos arrastrar por nuestra propia indignación, veremos la causa del sufrimiento más claramente. Así es como se produce el cese del sufrimiento. 

Este proceso requiere de una enorme paciencia. Mientras trabajamos por la reforma sin agresividad es importante recordar que, incluso si un problema concreto no se resuelve, estamos añadiendo paz al mundo. 

Tenemos que dar lo mejor de nosotros y al mismo tiempo renunciar a toda esperanza de resultados. Un consejo que Don Juan dio a Castañeda es que hiciera cada cosa como si fuera lo único importante del mundo, sabiendo al mismo tiempo que carecía completamente de importancia. Esta actitud nos lleva a más valoración y a menos desgaste, porque hacemos el trabajo de todo corazón y con cuidado. Por otro lado, cada día es un nuevo día; no hemos de estar demasiado orientados hacia el futuro. Aunque vamos en una dirección y esa dirección es la de ayudar a disminuir el sufrimiento, tenemos que darnos cuenta de que parte de nuestra ayuda consiste en conservar nuestra claridad mental, manteniendo abiertos la cabeza y el corazón. Cuando las circunstancias hacen que tengamos ganas de cerrar los ojos y los oídos y hacer de los demás nuestros enemigos, la acción social puede ser la práctica más avanzada: continuar hablando y actuando sin agresión se convierte en un desafío tremendo. La forma de echar a andar por este camino es comenzar a tomar nota de nuestras opiniones.


No hay nadie en este planeta, ni los que vemos como oprimidos ni los que consideramos opresores, que no tengan todo lo necesario para despertar. Todos necesitamos apoyo y ánimos para tomar conciencia de lo que pensamos, de lo que decimos y de lo que hacemos. Percibe tus propias opiniones. Si te descubres volviéndote agresivo con tus opiniones, toma conciencia de ello, y si te descubres siendo no agresivo, toma también conciencia de ello. Cultivar una mente ecuánime, que no se aferra a tener razón ni a estar equivocada, te llevará a un estado de  ser presidido por la frescura. La cesación última del sufrimiento procede de ese estado. Por último, nunca renuncies a ti mismo, así nunca renunciarás a los demás. Haz de todo corazón lo que sea necesario para despertar tu inteligencia clarividente, pero hazlo día a día, momento a momento. Si vivimos así, beneficiaremos a esta tierra.


Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron
Fotografía de Internet

sábado, 20 de mayo de 2017

POR UNOS SEGUNDOS DUDA DE LA SOLIDEZ Y VERDAD DE TUS OPINIONES


Tener aunque sólo sea unos segundos de duda respecto a la solidez y la verdad absoluta de nuestras opiniones, incluso el simple hecho de tomar conciencia de que tenemos opiniones, nos introduce a la posibilidad de la ausencia de ego. No tenemos que hacer desaparecer nuestras opiniones y no tenemos que criticarnos por tenerlas. Simplemente hemos de ser conscientes de lo que nos decimos a nosotros mismos y ver cuánto de ello no es más que nuestra percepción personal de la realidad, que puede ser compartida o no por los demás.

Dejamos ir estas opiniones y volvemos a la inmediatez de nuestra experiencia. Volvemos a ver el rostro de alguien que está inmediatamente frente a nosotros, volvemos a saborear nuestro café, a cepillarnos los dientes, a hacer lo que estemos haciendo. Si podemos ver nuestras opiniones como opiniones y dejarlas pasar aunque sólo sea por un momento, para volver a la inmediatez de la experiencia, quizá descubramos que estamos en un mundo muy nuevo, que tenemos nuevos ojos y nuevos oídos. 

Cuando hablo de percibir las opiniones, me refiero a ello como la forma más simple de comenzar a prestar atención a lo que hacemos y pensamos, y a toda la energía que dichas funciones implican. A continuación, podemos empezar a darnos cuenta de lo sólidas que hacemos las cosas y de lo fácil que nos resulta entrar en una guerra en la que nuestras opiniones tienen que prevalecer sobre las de los demás; esto es particularmente tentador cuando estamos implicados en una acción social. 

miércoles, 10 de mayo de 2017

OPINIONES


Cuando nos aferramos agresivamente a nuestras propias opiniones, por muy válida que sea nuestra causa, simplemente estamos añadiendo más agresión y violencia a nuestro planeta, y por tanto aumentando su dolor. Cultivar la no agresión es cultivar la paz.

UNA DE LAS MEJORES PRÁCTICAS en la vida cotidiana cuando no tenemos mucho tiempo para meditar, es tomar conciencia de nuestras opiniones. Cuando practicamos la meditación sentada, parte de la técnica consiste en tomar conciencia de nuestros pensamientos. A continuación, simplemente reconocemos lo que estamos pensando, sin juicio y sin decir qué es acertado o equivocado. Es un ejercicio de no agresión hacia nosotros mismos y también es un ejercicio que nos permite expresar nuestra inteligencia: observar que estamos pensando pero sin asociar el pensamiento con la esperanza o el miedo, con la alabanza o la culpa. Pero cuando nos sentamos realmente a meditar, no siempre es así de ideal. A menudo la percepción de que estamos pensando, aunque sólo dure un cuarto de segundo en una sesión de una hora, suele ir acompañada de alabanza o de culpa. Ese pensamiento es algo bueno o es algo malo.

En cualquier caso, siempre hay algo más que el simple hecho de etiquetarlo como «pensamiento». 

Pero después de practicar la meditación durante una buena temporada, como nos limitamos a sentarnos en soledad sin hacer otra cosa que tomar conciencia de la espiración y percibir los pensamientos, nuestra mente se va calmando. Entonces empezamos a notar más las cosas, aunque no nos demos mucha cuenta de ello. En la meditación permitimos un amplio espacio y después empezamos a ver lo que surge con creciente viveza y claridad. Notamos una constante profusión de ideas y que en todo ese parloteo no hay silencios. También percibimos nuestras actitudes respecto a lo que sucede. A continuación empezamos a sintonizarnos con nuestros patrones habituales y vemos quiénes somos, qué hacemos para mantener nuestra integridad y cuáles son nuestras opiniones e ideas respecto a las cosas.

sábado, 15 de abril de 2017

PRAJNA (SEXTO PARAMITA)


El sexto paramita es prajna, que convierte en oro todas nuestras acciones. Se dice que los demás paramitas pueden darnos puntos de referencia, pero prajna corta con todo. Prajna nos deja sin hogar, sin lugar donde habitar. Y, gracias a ello, por fin podemos retajarnos. No mas lucha, no mas morder no más tomar partido. 

A veces sentimos un tremendo anhelo por nuestros antiguos hábitos. Cuando trabajamos con generosidad podemos observar nuestras ganas de aferramos. Cuando trabajamos con disciplina vemos nuestra nostalgia por desmarcarnos y desvincularnos de todo. Cuando trabajamos con paciencia descubrimos nuestro deseo de velocidad. Cuando practicamos el esfuerzo nos damos cuenta de nuestra pereza. La meditación nos permite ver nuestro discurso interminable, nuestra inquietud y nuestra actitud de «¿y a mí qué me importa?» 

Simplemente dejamos ser a esa nostalgia sabiendo que todos los seres humanos nos sentimos así. En este camino existe un lugar para la nostalgia de la misma forma que existe un lugar para todo lo demás. Año tras año seguimos quitándonos nuestra armadura y avanzando más hacia ese estado en el que no tenemos suelo bajo los pies.

domingo, 9 de abril de 2017

LA PARAMITA DE LA MEDITACIÓN


La paramita de la meditación nos permite seguir por este camino, es la base de una sociedad iluminada que no esté basada en pérdidas y ganancias, en ganar o perder. 

Cuando nos sentamos a meditar, podemos conectar con algo no condicionado, con un estado mental, con un entorno básico que no se aferra ni reacciona a nada. La meditación es probablemente la única actividad que no añade nada a nuestro escenario vital. Permitimos que todo vaya y venga sin más. La meditación es una ocupación totalmente no violenta y no agresiva. La base del cambio real consiste en no llenar el espacio automáticamente y permitir la posibilidad de conectar con una apertura incondicional. Podrías decir que esto supone prepararnos para una tarea que es casi imposible, y quizá sea verdad, pero, por otro lado, cuanto más nos quedamos con esa imposibilidad, más descubrimos que es posible después de todo

Cuando nos apegamos a recuerdos y pensamientos, nos estamos apegando a algo que es inasible. Si nos permitimos entrar en contacto con estos fantasmas y dejarlos pasar, podemos descubrir un espacio, un alto en el parloteo, un vislumbre del cielo abierto. Éste es nuestro derecho de nacimiento, la sabiduría con la que nacimos, el vasto despliegue de riqueza primordial, de apertura primordial, de sabiduría primordial.

miércoles, 29 de marzo de 2017

EL ESFUERZO


Como todas las demás paramitas, el esfuerzo tiene una cualidad de camino: es un proceso. Cuando empezamos a practicar el esfuerzo, vemos que a veces podemos hacerlo y otras no. Entonces la pregunta pasa a ser: ¿Cómo conectar con la inspiración? ¿Cómo conectar con la chispa y la alegría que están disponibles en todo momento? El esfuerzo no consiste en forzarnos, no se trata de un proyecto que tenemos que acabar, o de ganar una carrera. El esfuerzo es, más bien, como despertarse una mañana fría y nevada en un refugio de montaña dispuestos a dar una larga caminata, pero sabiendo que en primer lugar tenemos que levantarnos y hacer fuego. Preferiríamos quedarnos cálidamente en la cama, pero saltamos de ella y encendemos el fuego porque la belleza del día que tenemos por delante sobrepasa nuestro deseo de comodidad. 

Cuanto más amplia sea nuestra perspectiva, más conectamos con una alegría energética. El esfuerzo consiste en conectar con nuestro deseo de iluminación. Nos permite actuar, dar y trabajar valorando todo lo que se cruza en nuestro camino. Si realmente supiéramos la infelicidad que causa en este planeta nuestra evitación del dolor y nuestra búsqueda del placer, si entendiéramos que este hecho nos hace desgraciados y corta nuestra conexión con nuestro corazón y nuestra inteligencia básicos, practicaríamos la meditación como si se nos estuviera quemando el pelo. No pensaríamos que tenemos mucho tiempo y que podemos dejar la práctica para más adelante.

miércoles, 8 de marzo de 2017

LA PACIENCIA Y LA IRA


La paramita de la paciencia es el antídoto de la ira, es una forma de aprender a amar y a cuidar de cualquier cosa que nos encontremos en el camino. Cuando hablamos de paciencia no nos referimos a soportar las situaciones, a sonreír y aguantar. En cualquier situación dada, en lugar de reaccionar repentinamente, podemos masticarla, olerla, mirarla y abrirnos a ver qué contiene. El opuesto de la paciencia es la agresión, el deseo de saltar y moverse, de poner más presión en nuestras vidas, de tratar de llenar el espacio. El camino de la paciencia incluye actitudes como relajarnos, abrirnos a lo que está ocurriendo, experimentar la sensación de maravillarnos.

Una amiga me contó que cuando era niña, su abuela, que era una india cherokee, se llevaba de paseo a ella y a su hermano para ver animales, y les solía decir: «Si os quedáis quietos, veréis algo. Y si estáis muy silenciosos, oiréis algo.» Aunque ella nunca empleó la palabra paciencia, eso es lo que mi amiga y su hermano aprendieron.

sábado, 11 de febrero de 2017

LA DISCIPLINA INTERNA


A nivel externo, podemos pensar en la disciplina como en una estructura temporal; por ejemplo, un período de meditación de media hora o una clase de dharma de dos horas. Probablemente el mejor ejemplo del uso de la disciplina es la técnica de meditación. Nos sentamos en cierta posición y somos todo lo fieles a la técnica que podemos. Dirigimos ligeramente la atención a la espiración una y otra vez en medio de nuestros cambios de humor, de nuestros recuerdos, dramas y aburrimiento. Este proceso tan simple y repetitivo es como invitar a la riqueza básica a entrar en nuestras vidas. Por tanto, seguimos las instrucciones como otros cientos de meditadores han hecho antes que nosotros. 

Dentro de esta estructura, procedemos con compasión. Así, a nivel interno, la disciplina consiste en volver a la delicadeza, a la honestidad, a soltar; consiste en encontrar el punto de equilibrio entre lo demasiado tenso y lo demasiado laxo, entre lo demasiado relajado y lo demasiado rígido. 

lunes, 30 de enero de 2017

PRAJNA, LA SABIDURÍA


Recuerdo el primer retiro que dirigí tras la publicación de The Wisdom of No Escape. La mayoría de las personas habían venido porque se sentían atraídas por la noción de maitri que impregnaba el libro. En torno al tercer día de trabajo estábamos todos sentados en meditación cuando de repente una mujer se puso de pie, hizo unos estiramientos y se tumbó en el suelo. Cuando le interrogué al respecto un poco más tarde, me dijo: «Bien, me sentía tan cansada que pensé en ser buena conmigo mismo y darme un descanso.» Entonces me di cuenta de que tenía que hablar de la magia de la disciplina y de no dejarse arrastrar por los estados de ánimo. 

La primera vez que medité con los estudiantes de Trungpa Rinpoche fue en 1972. El no llevaba mucho tiempo en Norteamérica y su trabajo estaba empezando a evolucionar. En una esquina de la habitación había un hombre parapetado sobre tres cojines redondos, y cada cinco o diez minutos se venía abajo con todo el montaje. Entonces volvía a colocar los cojines y continuaba. Otra estudiante daba saltos y salía corriendo de la habitación llorando. Lo hizo como unas cinco veces en una sesión de una hora. Cuando empezamos a meditar caminando, había tantos estilos distintos y excéntricos como personas: una persona doblaba mucho la rodilla y daba los pasos medio flotando, otro andaba hacia atrás... Todo aquello era muy entretenido, pero nos distraía enormemente. Poco después, Rinpoche comenzó a introducir poco a poco un tipo de meditación estándar y las cosas se calma- ron considerablemente. 

domingo, 8 de enero de 2017

LA MISERIA DEL DESEO VEHEMENTE


El camino de la generosidad es conectar con esta riqueza, atesorarla tanto que comencemos a regalar cualquier cosa que la bloquee. Regalamos nuestras gafas de sol, nuestros abrigos largos, nuestras capuchas y nuestros disfraces. En resumen, nos abrimos y nos dejamos tocar. A esto se le llama crear confianza en la riqueza omnipresente. A nivel ordinario y cotidiano la experimentamos como flexibilidad y calidez. 

Cuando uno toma el voto formal de bodhisattva, debe dar un regalo a su profesor, y esa donación será el punto focal de la ceremonia. Las directrices dicen que se ha de dar algo precioso, algo de lo que nos cueste separarnos. Una vez pasé todo un día con un amigo que estaba decidiendo qué dar. En cuanto pensaba en algo, su apego por ello se hacía más intenso. Al cabo de un rato estaba al borde de un ataque de nervios. El pensamiento de perder una de sus queridas pertenencias era más de lo que podía soportar. Más tarde comenté aquel episodio con un profesor que estaba de visita, el cual me dijo que quizá hubiera sido una buena ocasión para que aquel hombre desarrollara la compasión por sí mismo y por toda la gente atrapada en la miseria del deseo vehemente, por todos aquellos que son incapaces de soltar. 

jueves, 5 de enero de 2017

LA GENEROSIDAD


La primera de las paramitas es la generosidad, el camino de aprender a dar. Cuando nos sentimos inadecuados y sin valor, acumulamos cosas. Tenemos mucho miedo, miedo a perder lo que tenemos y a sentirnos aún más pobres de lo que nos sentimos. Esta mezquindad es extremadamente triste. Podemos mirarla y derramar una lágrima por nuestra forma tan miedosa de apegarnos a las cosas. El apego nos hace sufrir tremendamente. Deseamos la comodidad, pero en lugar de ello reforzamos la aversión, el sentido del pecado y la sensación de que somos un caso sin esperanza. 

Las causas de la agresión y el miedo comienzan a disolverse por sí mismas cuando vamos más allá de la pobreza de la retención. Por eso, la instrucción básica respecto a la generosidad es aprender a pensar en términos más grandes, hacernos el mayor favor del mundo y dejar de cultivar nuestros propios hábitos. Cuanto más experimentamos la riqueza fundamental, más podemos soltar nuestros agarres.

domingo, 25 de diciembre de 2016

LAS 6 PARAMITAS


La meditación y el tonglen son métodos bien probados para educarse en la adaptabilidad y para abandonar la rigidez mental. Las seis paramitas completan estas prácticas y acercan la formación a la vida cotidiana. Son los medios que permiten que todo lo que hacemos se vuelva una forma de vivir el arte de la paz. 

Lo que diferencia a las paramitas de las acciones ordinarias es que aquéllas se basan en prajna. Prajna es una manera de ver que disuelve continuamente cualquier tendencia a utilizar las cosas para afirmar el suelo bajo nuestros pies; es como un detector de basura que nos protege de creernos virtuosos o que tenemos siempre la razón. 

Cuando nos estamos educando en el arte de la paz no se nos promete que, dadas nuestras nobles intenciones, conseguiremos nuestros objetivos. De hecho, no se puede prometer que las enseñanzas vayan a dar fruto. En lugar de ello, se nos anima a mirar profundamente a la alegría y el dolor, a la risa y al llanto, a la esperanza y al miedo, a todo lo que vive y muere. Aprendemos que lo verdaderamente curativo es la gratitud y la ternura. 

jueves, 24 de noviembre de 2016

SERVIDORES DE LA PAZ


EXTRACTO DEL CAPÍTULO 16 

Servidores de la paz 

Lo que diferencia a las paramitas de las acciones ordinarias es que aquéllas se basan en prajna. Prajna es una manera de ver que disuelve continuamente cualquier tendencia a utilizar las cosas para afirmar el suelo bajo nuestros pies; es como un detector de basura que nos protege de creernos virtuosos o que tenemos siempre la razón. 

SUPÓN QUE HUBIERA un lugar al que pudiéramos ir a aprender el arte de la paz, una especie de campamento de entrenamiento para guerreros espirituales. En lugar de pasar horas y horas disciplinándonos para derrotar al enemigo podríamos pasar horas y horas disolviendo las causas de la guerra. 

Un proyecto así podría llamarse entrenamiento para bodhisattvas, o formación para los servidores de la paz. La palabra bodhisattva hace referencia a aquel que se ha comprometido con el camino de la compasión. El campamento podría ser dirigido por Nelson Mándela, por la Madre Teresa y por Su Santidad el Dalai Lama, pero es más probable que fuera dirigido por personas de las que nunca hemos oído hablar, como los hombres y mujeres ordinarios de todo el mundo que dedican su vida a ayudar a otros a liberarse del dolor. 

viernes, 28 de octubre de 2016

TONGLEN: LAS 4 ETAPAS


Cuando hagas tonglen en el lugar mismo, simplemente inspira y espira, tomando el dolor y enviando alivio y amplitud. 

Cuando se practica tonglen como práctica meditativa formal, tiene cuatro etapas

1. En primer lugar, descansa la mente brevemente, durante un segundo o dos, en un estado de apertura o quietud. A este estadio se le llama tradicionalmente vislumbrar la bodhichitta absoluta o abrirse repentinamente a la amplitud y claridad básicas. 

2. Segundo, trabaja con la textura. Inspira una sensación caliente, oscura y pesada —una sensación claustrofóbica— y espira una sensación fresca, brillante y ligera, una sensación de frescura. Inspira completamente, a través de todos los poros de tu cuerpo, y al espirar irradia completamente, a través de todos los poros de tu cuerpo. Repítelo hasta que sientas el movimiento sincronizado con tu inspiración y espiración. 

3. Tercero, trabaja con una situación personal, cualquier situación dolorosa que sea real para ti. Tradicionalmente se empieza haciendo tonglen por alguien que nos importa y a quien queremos ayudar. Pero si te sientes atascado como he descrito antes, puedes hacer la práctica por el propio dolor que estás sintiendo y simultáneamente por todos los que sienten algún tipo de sufrimiento parecido. Por ejemplo, si te sientes inadecuado, inspira esa sensación por ti mismo y por los demás que están en el mismo barco, y envía una sensación de confianza y adecuación, o el tipo de alivio que desees. 

jueves, 6 de octubre de 2016

TONGLEN: UNA REALIDAD MÁS AMPLIADA


La práctica del tonglen nos conecta con el sufrimiento, el nuestro propio y el que nos rodea, allí donde vayamos. Es un método para superar el miedo al sufrimiento y disolver la tensión de nuestros corazones. En primer lugar, es un método para despertar la compasión innata en todos nosotros, por muy crueles o fríos que parezcamos. 

Empezamos a practicar asumiendo sobre nosotros el dolor de una persona que sabemos que sufre y a la que queremos ayudar. Por ejemplo, si sabemos de un niño que está sufriendo, inspiramos con el deseo de apartar de él todo el miedo y el dolor. A continuación, en la espiración, le enviamos felicidad, alegría o cualquier otra cosa que le alivie. Este es el núcleo de la práctica: inspirar el dolor del otro para que pueda sentirse bien y tener más espacio para relajarse y abrirse; y espirar, enviándole relajación y lo que sintamos que le aporta alivio y felicidad. 

Sin embargo, a menudo somos incapaces de realizar la práctica porque nos encontramos cara a cara con nuestro propio miedo, con nuestra propia resistencia e ira, o con cualquier otro dolor personal del momento. 
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...