jueves, 21 de junio de 2018

TAO TE KING: PRINCIPIO 41


Cuando un sabio de la más alta categoría
oye hablar del SENTIDO,
se aplica y actúa conforme a él.

Cuando un sabio de mediana categoría
oye hablar del SENTIDO,
medio se lo cree, medio lo pone en duda.

Cuando un sabio de inferior categoría
oye hablar del SENTIDO,
se ríe a carcajadas.

Si no se ríe a carcajadas,
aun no se trataba del verdadero SENTIDO.

Un poeta gnómico dijo:
«El SENTIDO, siendo claro, parece oscuro.
El SENTIDO, siendo el progreso, aparenta ser un
regreso.
El SENTIDO, siendo liso, parece áspero.

La VIDA más elevada semeja un valle.
La pureza suprema se manifiesta como vergüenza.
La VIDA, siendo extensa, parece insuficiente,
y aunque es fuerte, llega furtivamente.

La esencia verdadera parece mutable.
El gran cuadrado no tiene ángulos.

El gran instrumento tarda en acabarse.
El gran sonido no se oye.
La gran imagen carece de forma».

DESPERTÉMONOS


miércoles, 20 de junio de 2018

LOS SUEÑOS DEL REY


Había un monarca en un floreciente y próspero reino del norte de la India. Era rico y poderoso. Su padre le había enseñado a ser magnánimo y generoso, y, antes de fallecer, le había dicho: 

--Hijo, cualquiera puede, por destino o por azar, tener mucho, pero lo importante no es tenerlo, sino saberlo dar y compartir. No hay peor cualidad que la avaricia. Sé siempre generoso. Tienes mucho, así que da mucho a los otros. 

Durante algunos años, tras la muerte de su padre, el rey se mostró generoso y espléndido. Pero a partir de un día, poco a poco, se fue tornando avaro y no sólo empezó a no compartir nada con los otros, sino que comenzó incluso a negarse hasta las necesidades básicas a sí mismo. Realmente se comportaba como un pordiosero. Su asistente personal, que también lo había sido de su padre, estaba tan preocupado que hizo llamar a un rishi (sabio) que vivía en una cueva en las altas montañas del Himalaya. 

--Es increíble -se lamentó el asistente ante el rishi-. Es uno de los reyes más ricos y se comporta como un pordiosero. Te estaríamos todos muy agradecidos si pudieras descubrir la razón. 

El asistente le pidió al rey que recibiera al rishi. El monarca convino: 

--De acuerdo, siempre que no vaya a solicitarme nada, ¡porque soy tan pobre! 

El rishi y el monarca se encerraron en una de las cámaras del palacio. El rey iba vestido con harapos, sucio y maloliente, en contraste con el palacio esplendoroso en el que habitaba. 

Incluso iba descalzo y ni siquiera lucía ningún adorno real. 

--Estoy arruinado -se quejó el rey. 

--Pero, señor, eres rico y poderoso -replicó el rishi. 

--No me vengas con zarandajas -dijo el monarca-. Nada puedes sacarme, porque nada tengo. Incluso cuando estos harapos se terminen de arruinar, ¿con qué cubriré mi cuerpo? 

AVARICIA ESPIRITUAL


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