lunes, 8 de enero de 2018

EL SOLDADO AMIGO


Un soldado le dijo a su teniente:

-Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso para ir a buscarlo.

-Permiso denegado -replicó el oficial-. No quiero que arriesgue su vida por un hombre que probablemente ha muerto.

El soldado sin hacer caso, salió. Una hora más tarde regresó, mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo. El oficial estaba furioso:

-¡Le dije que había muerto! Dígame: ¿merecía la pena ir allá para traer un cadáver.

Y él soldado, casi moribundo, respondió:

-¡Claro que si, señor! Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme: "¡Estaba seguro de que vendrías!"

ADICCIONES


domingo, 7 de enero de 2018

SOMOS COMO LÁZARO


En el Nuevo Testamento se encuentra la bella historia de Lázaro. Los cristianos no la han comprendido a cabalidad. 

Lázaro muere. Es el hermano de María Magdalena y Marta y un gran devoto de Jesús. Jesús está ausente, y cuando recibe la información y la invitación a que vuelva inmediatamente, ya han pasado dos días. Cuando llega a la casa de Lázaro, ya han pasado cuatro días. Pero María y Marta lo están esperando; tal es su confianza en él. Toda la aldea se ríe de ellas. A ojos de los demás, ellas son necias porque están conservando el cadáver de Lázaro en una cueva, vigilándolo día tras día, haciendo guardia. Pero el cadáver ha comenzado a heder, a deteriorarse. 

Los aldeanos les dicen: ¡Ustedes son necias! Jesús no puede hacer nada. ¡Cuando alguien está muerto, está muerto! Jesús llega. Se dirige a la cueva, pero no entra sino que permanece afuera y llama a Lázaro, pidiéndole que salga. La gente se congrega. Algunos se ríen y piensan: ¡Este hombre debe de estar loco! 

Alguien le pregunta: ¿Qué está usted haciendo? ¡Está muerto! Ha estado muerto cuatro días. De hecho, entrar a la cueva es difícil. El cadáver está hediendo. ¡Es imposible! ¿A quién llama? Imperturbable, Jesús grita una y otra vez: ¡Lázaro, sal! La multitud se lleva una gran sorpresa: Lázaro sale de la cueva, trastornado, sacudido, como si saliera de un largo sueño, como si hubiera caído en un coma. Él mismo no logra creer lo que le ha ocurrido, o por qué estaba en la cueva. 

Poco importa si Lázaro estaba muerto de verdad o no. Poco importa si Jesús era capaz de resucitar a los muertos. Es absurdo enredarse en tales discusiones. Sólo los eruditos son tan necios. Ninguna persona de entendimiento podrá creer que este relato es histórico. ¡Es mucho más! No es un hecho, es una verdad. No es algo que ocurre en el tiempo; es más: es algo que ocurre en la eternidad. 

ABONO ORGÁNICO


sábado, 6 de enero de 2018

TAO TE KING: PRINCIPIO 36


Si quieres estrujar una cosa,
procura que antes se dilate.

Si quieres debilitar algo,
procura que cobre fuerza primero.

Antes de aniquilar algo,
espera a que florezca plenamente.

Si quieres privar de algo a alguien,
primero habrás de darle lo bastante.

A esto se le llama penetrar lo invisible.

Lo flexible vence a lo rígido.
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