viernes, 17 de noviembre de 2017

LLAMA A LAS PERSONAS POR SU NOMBRE


Supe de un niño pequeño; y me gustaría ser como ese niño pequeño. Era muy vivo. El niñito se perdió durante un paseo dominical. Su madre comenzó una búsqueda desesperada y pronto oyó una voz infantil que llamaba "Estelle, Estelle". Rápidamente la madre divisó al pequeño y se apresuró a tomarlo en sus brazos. 

-Por qué me llamaste por mi nombre, Estelle, en lugar de 'mami'?‘- le preguntó, pues nunca antes la había llamado así. 

-De nada hubiera servido gritarte 'mami'- contestó el chico-. Este lugar está lleno de mamis. 

EL REZO DEL NIÑO


Un pequeño niño estaba rezando y terminó la oración con la siguiente solicitud: ¡Querido Dios, cuida a mi mamá, a mi papá, a mi hermanita, a la tía Emma y al tío John y a la abuelita y al abuelito y por favor, Dios, cuídate tú mismo porque si no, todos estaremos en un lío! 

FUENTE: OSHO: =El Hombre que Amaba las Gaviotas y Otros Relatos‘, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 2003, ISBN 958-04-7279-3, Pag. 6

CON O SIN SILENCIO


jueves, 16 de noviembre de 2017

MEJOR CAMBIEMOS DE TEMA» O «YA ES SUFICIENTE»


Continuación

Señalaré tres modos cognitivos que emplean las mentes simples para reafirmar su insoportable levedad: atribuciones incompletas o infantilismo mental; la vida en blanco y negro; y «mejor cambiemos de tema» o «ya es suficiente»


«Evitar el tema le sirve a las mentes simples para no seguir ahondando en algo que no les gusta o no les conviene. Cuando ven que sus argumentos empiezan a ser insuficientes, deciden evitar la discusión por puro miedo a la contradicción. 

Una madre se negaba a hablar sobre sexo con su hija de doce años porque pensaba que podía crear en la niña «necesidades» que aún no tenía. Cuando le pregunté de dónde había sacado esa idea, me respondió: «Eso está más que comprobado... La sexualidad no es un juego de niños.» Entonces volví a preguntar: «¿Tiene alguna revista o algún dato que pueda facilitarme o la fuente de esas comprobaciones? Me interesaría leerlas...» A lo que ella replicó con firmeza: «¡Pero si eso es de sentido común!» 

Es decir: una decisión tan importante para ella, como era la educación sexual de su hija, la dejaba a expensas de un rumor en vez de investigar el tema seriamente. Se podría pensar que la mujer no quería acercarse a otro tipo de información porque temía que la hicieran cambiar de parecer, pero no. En las siguientes consultas me di cuenta de que estaba realmente a gusto con la teoría que se había montado junto a unas amigas: «Ya es suficiente.» Lo que «sé» me basta y me sobra, aunque esté equivocado.
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