miércoles, 28 de septiembre de 2016

MAPA DEL DIABLO


En Cuba, el Diablo supo ser amigo de los negros cimarrones. Los esclavos que se fugaban tenían al amo metido en el cuerpo. Al son de los tambores, el Diablo les sacaba al amo de adentro, haciéndoles vomitar todas las hostias y toda el agua bendita que a lo largo de sus vidas habían tragado.

En Colombia, los fuegos negros echan todavía humos de azufre en las plantaciones de la costa del Pacífico. Allí el Diablo regala machetes a los peones: machetes que cortan la caña solitos, sin ninguna mano, y dan dinero que sólo sirve para ser gastado en parrandas con los amigos.

En Bolivia, el Diablo acompaña a los mineros del altiplano. A cambio de cigarros y aguardiente, los guía hacia las mejores vetas, a lo largo de las tripas de las montañas.

En Argentina, la gente del norte se endiabla cuando llega el tiempo del carnaval. El miércoles de cenizas, al final de los bailecitos y las borracherías, la gente entierra al Diablo. Llorando lo entierra.

ENFERMEDAD PSICOLÓGICA Y SOCIAL


martes, 27 de septiembre de 2016

¿REÍR O LLORAR?


¿Reír o llorar?: Heráclito «versus» Demócrito 

La vida puede ser vista como un teatro donde interpretamos distintos papeles. Podemos actuar en una tragedia o en una comedia. La forma de afrontar la existencia te ubica en un género o en otro: reír o llorar, optimismo o pesimismo, satisfacción o melancolía, ilusión o desesperanza, burla o seriedad, informalidad o gravedad. La mayoría de nosotros fluctuamos entre un polo y otro, aunque es posible establecer una preferencia. Para aclarar este punto, consideremos un ejemplo que nos llega de la historia de la filosofía.

Un número considerable de pensadores han señalado a dos filósofos de la Antigüedad como representantes fidedignos de los extremos citados: Heráclito (desgarrado y quejica) y Demócrito (risueño y burlón).56 En su Ensayo I, Montaigne57 se refiere a ellos de la siguiente manera: 

«Demócrito y Heráclito fueron dos filósofos, el primero de los cuales, estimando vana y ridícula la condición humana, no salía en público sino con semblante burlón y sonriente. Heráclito, sintiendo piedad y compasión de esa misma condición nuestra, tenía el semblante apenado continuamente y los ojos llenos de lágrimas.» (p. 371)

SOBRE LA MUERTE



Tomado del libro:
El Librito Que Fortalece
Proverbios reconfortantesy máximas motivadora
Lucia Canovi
Fotografía extraída de internet
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