domingo, 14 de diciembre de 2014

PARA QUÉ TOMARSE LAS COSAS TAN EN SERIO


NO IMPORTA CUÁNTO TE AMEN, SINO CÓMO LO HAGAN


Amor cuantitativo y algebraico: «¿Cuánto me amas?» o«¿Me quieres mucho?».

Si nos dicen que «hasta el cielo», quedamos satisfechos y felices, instalados en una nube. Pero la pregunta que más vale y que debes hacerte a ti mismo es cómo te aman.

Muchos psicópatas dicen amar muchísimo a sus parejas antes de masacrarlas. ¿Necesitas que te quieran mucho o que te quieran bien?¿Ambas cosas? Sería lo ideal. No obstante, es mejor un amor estable, repleto de ternura y alegría, aunque no llegue a la estratósfera, que un amor desbordado que anda como una bala perdida.

sábado, 13 de diciembre de 2014

EL PROBLEMA DEL HOMBRE NO ESTÁ EN LA BOMBA ATÓMICA, SINO EN SU CORAZÓN


El amor es una experiencia personal para la que no sirven recetas. Es un arte que requiere disciplina, paciencia y empatía. Para amar, uno ha de ser consciente y ocuparse de su obra cada día.

Nuestra sociedad habla mucho de cómo prosperar en la empresa, en la sociedad, en los estudios, pero a menudo olvidamos que esa misma disciplina mental y emocional es necesaria para amar de forma inteligente.

Amamos tal como somos, por lo que también nuestra forma de relacionarnos con los demás es una forma de autoconocimiento. Como decía Erich Fromm, «en el acto de amar, de entregarse, en el acto de penetrar en la otra persona, me encuentro a mí mismo, me descubro, nos descubro a ambos, descubro al hombre».

viernes, 12 de diciembre de 2014

CUALQUIER COSA ES EL DHAMMA


Primero usted entiende el Dhamma con su pensamiento. Si comienza a entenderlo, lo practicará. Y si lo practica, comenzará a verlo, usted está en el Dhamma y tiene la alegría del Buda.


El Dhamma tiene que ser hallado a través del examen de su propio corazón y mediante la observación de lo que es verdadero y de lo que no lo es, de lo que es equilibrado y de lo que no es equilibrado.

jueves, 11 de diciembre de 2014

VIOLENCIA CULTURAL


Nos aburrimos por la memoria, cuando ésta está contaminada por la emoción, pues si olvidásemos por completo lo anterior con sus emociones, todo nos parecería nuevo. Lo que ocurre es que solemos petrificar las emociones en la memoria. La realidad es que todo cambia continuamente, y si pudiéramos verlo así, todo nos sorprendería por su novedad.

Cuando hacemos favores, si los hiciéramos sin llevar cuenta, no esperaríamos luego agradecimiento, pero llevamos cuenta y luego nos hacemos la ilusión de que lo hemos hecho por altruismo. Si cuando haces algo por otro, lo haces a gusto y eres feliz haciéndolo, ¿Por qué esperas entonces correspondencia?.

El amor desinteresado, ¿Existe?. Y, sin embargo, es el único al que se puede dar el nombre de amor. ¿Quién quiere ser objeto de un amor sacrificado?. Te gusta que el otro disfrute amándote, y también que disfrute al hacerte un favor. ¿Entonces por qué cuando eres tú el que ama o hace el favor esperas una compensación?, ¿No es bastante la alegría de poder amar y de participar con el otro lo que tienes?.

La gratitud es un gancho. Nuestra cultura lo convirtió en una «obligación», y la sociedad de consumo ha montado un gran negocio con ello. 
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