Si no tienes ganas de hablar no lo hagas... no digas ni una sola palabra que no surja de manera espontánea. No te preocupes si la gente considera que te estas volviendo loco. Acéptalo. Si cree que te has vuelto tonto, ¡acéptalo y disfruta de tu atontamiento!
El verdadero problema radica en las personas que no paran de hablar y no saben de qué hablan o por qué. Siguen hablando porque no pueden parar. Pero si cobras un poco de conciencia sobre todas las tonterías y el problema que continúa en la mente, en cuanto eres consciente de que no hay, nada que decir, que todo parece una trivialidad, entonces titubeas. Al principio da la impresión de que estas perdiendo la capacidad de comunicarte... no es así. De hecho, la gente no habla para comunicarse, sino para evitar la comunicación. No tardaras en ser capaz de comunicarte de verdad. Espera y no forces nada.