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lunes, 7 de noviembre de 2022

13. AMOR Y DIOS


Cierta tarde, el diálogo fue iniciado por un joven canadiense que vestía a la usanza hindú. Dijo que tenía 
veintitrés años, pero parecía salir apenas de su adolescencia. De su cuello pendía una delicada cadena con una cruz de plata pequeña y elegante. Mencionó que había encontrado el libro Yo soy Eso en una librería de Bombay hacía un par de días y que una mirada rápida a algunas de las páginas lo había inducido a querer ver personalmente a Maharaj. Había examinado ya el libro en detalle leyéndolo casi de corrido, durante toda la tarde y también la noche, y había terminado de leer ambos volúmenes hacía unas cuantas horas.

Maharaj: Eres muy joven. Me pregunto desde qué edad has estado interesado en la búsqueda espiritual. 

Visitante: Señor, desde que yo recuerdo he tenido un profundo interés en el amor y en Dios; y he sentido con intensidad que no son diferentes. Cuando me pongo a meditar, a menudo...

Espera un momento. ¿Qué entiendes exactamente por meditación?

No lo sé en realidad. Lo que hago es simplemente sentarme con las piernas cruzadas, cierro los ojos y me quedo tranquilo por completo. Siento a mi cuerpo relajarse, casi desvanecerse, y que mi alma, mi ser, o como quiera que se le llame, se funde en el espacio mientras poco a poco se suspende la sucesión de pensamientos.

Esto está bien. Continúa por favor.

Muy a menudo, durante la meditación, surge en mi interior una abrumadora sensación de amor extático junto con una efusión de bienestar. No sé lo que es. Fue durante uno de estos momentos de embeleso que me sentí inspirado para visitar la India, y aquí estoy.

¿Cuánto tiempo permanecerás en Bombay?

No lo sé en realidad. Rara vez hago planes. Tengo dinero suficiente para vivir modestamente durante unos quince días y tengo ya mi boleto de regreso.

Ahora dime, ¿qué es exactamente lo que quieres saber? ¿Tienes alguna pregunta?

Cuando llegué a Bombay era un hombre muy confundido. Casi sentí que iba a perder el juicio. En realidad no sé qué me llevó a la librería, pues no suelo leer mucho. Al momento de tomar el primer volumen de Yo soy Eso, experimenté la misma sensación abrumadora que tuve durante mi meditación. Conforme fui leyendo el libro parecía como si me quitara un peso de encima, y ahora que estoy sentado frente a ti, siento como si hablara conmigo mismo.

Y lo que me estoy diciendo a mí mismo parece una blasfemia. Estaba convencido de que Dios es amor. 

Pero ahora pienso que el amor ciertamente es un concepto y si el amor es un concepto, Dios debe de ser también un concepto.

¿Y qué hay de malo en ello?

(Riendo): Bueno, lo dices como si no hubiera culpabilidad alguna en transformar a Dios en un concepto.

En realidad tú dijiste que Dios es amor. ¿A qué te refieres con la palabra amor? ¿Quieres dar a entender amor como lo opuesto de odio? ¿O quieres decir algo más? Aunque, claro está, ninguna palabra puede ser adecuada para describir a Dios.

No, no. Con la palabra amor ciertamente no me refiero a lo opuesto a odio. Me refiero al amor como abstención de discriminar entre "mí" y lo "otro".

En otras palabras, ¿a la unidad del ser?

Sí, en efecto. ¿Qué es entonces "Dios", a quien se suponía yo debía orar?

Hablemos más tarde sobre la oración. ¿Qué es, entonces, exactamente este "Dios" del que estás hablando? ¿No es la conciencia misma -el sentido de "ser" que tenemos-, en virtud de la cual puedes hacer preguntas? "Yo soy" es en sí mismo Dios. ¿Qué es lo que más amas? ¿No es acaso ese "yo soy", la presencia conciente, aquello que deseas preservar a cualquier costo? La búsqueda en sí misma es Dios. Al indagar descubres que "tú" eres independiente de este complejo cuerpo-mente. ¿Existiría el mundo para ti si no fueras conciente? ¿Habría alguna idea de un Dios? Y, ¿acaso son diferentes la conciencia en ti y la conciencia en mí? Son independientes sólo en tanto conceptos, que buscan la unidad no concebida, y ¿no es ésta amor?

Ahora entiendo lo que quiere decir "Dios está más cerca de mí de lo que estoy yo de mí mismo".

Recuerda también que no puede haber ninguna prueba de la Realidad que no sea serla. De hecho tú eres ella y siempre lo has sido. La conciencia se marcha con el final del cuerpo (y está, por lo tanto, sujeta al tiempo) y con ella se marcha la dualidad que es la base de la conciencia y de la manifestación. ¿Qué es entonces la oración y cuál es su propósito?

La oración, según se la entiende comúnmente, no es más que pedir algo. Pero en realidad, la oración significa comunión, unión, yoga.

Todo es muy claro ahora, como si de pronto se hubiese eliminado de mi sistema un montón de escombros, como si hubiesen perdido realidad.

¿Quieres decir que ahora todo te parece claro?

¡No, no "parece"! Ahora es claro, tan claro que estoy asombrado de no haberlo visto antes. Varias frases que he leído en la Biblia, que parecían importantes pero me eran incomprensibles, ahora son diáfanas, frases como: Antes de que Abraham fuera, Yo soy; Yo y mi padre somos uno; Soy lo que soy.

Bien. Ahora que lo has comprendido, ¿qué sadhana seguirás para lograr liberarte de tu "esclavitud"? 

¡Ah, Maharaj! Seguramente te ríes de mí. ¿O me estás poniendo a prueba? Sin duda es eso, ahora estoy seguro de que he comprendido quejo soy eso; soy lo que siempre he sido y lo que seré siempre. ¿Qué queda por hacer? ¿O deshacer? ¿Y quién va a hacerlo? ¿Con qué finalidad?

¡Excelente! Sólo sé. Sin duda lo haré.

Así pues, el joven canadiense se postró ante Maharaj con los ojos llenos de lágrimas de gratitud y gozo. 

Maharaj le preguntó si volvería y el muchacho le dijo: "Honestamente, no lo sé".

Cuando se marchó, Maharaj se sentó un momento con los ojos cerrados y la más dulce de las sonrisas en los labios. Y dijo entonces muy suavemente: "Alguien excepcional"; yo apenas pude entender sus palabras.

Nunca volví a ver al joven canadiense y a menudo me pregunto qué fue de él.



Tomado del libro:
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Ramesh Balsekar
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martes, 4 de octubre de 2022

12. LA MANIFESTACIÓN ES UN SUEÑO


Un gran número de visitantes casuales acuden a Maharaj sólo en busca de un darshan, quizá porque 
alguien de su grupo les habló muy bien de él y, no teniendo nada mejor que hacer, pensaron que sería buena idea venir y ver de qué se trataba.

Con todo, hay muchos que están sumamente interesados en el único tema del que habla Maharaj y, aun cuando pocos de ellos han acudido a varias sesiones, creen con sinceridad que tienen una firme comprensión acerca de lo que dice Maharaj de modo tan profundo. Tal vez en respuesta a una pregunta de Maharaj, si es que han entendido lo que él ha estado tratando de transmitir, alguno de ellos puede decir: "Oh sí, Maharaj, lo entendí claramente, pero tengo sólo una última pregunta...".

Esta última pregunta a menudo tiene que ver con la manifestación del noúmeno por medio de los fenómenos. El consultante podría decir: "Maharaj, tú has dicho que el noúmeno Absoluto no es conciente de su conciencia en sí hasta que la conciencia comienza a moverse y surge el primer pensamiento, "yo soy"; y que entonces se disuelve la totalidad en la dualidad y tiene lugar la manifestación del universo. Mi pregunta es: ¿por qué surge ese primer pensamiento y por qué tiene lugar la manifestación?"

Maharaj suele mirar al consultante con una expresión que refleja diversas reacciones. Una mezcla de compasión, aprecio por la sinceridad de su interlocutor, y un cierto aire divertido ante la confianza con la que él cree haber entendido al punto, pero -y más importante- sobre todo decepción por el hecho de que el consultante no haya comprendido nada después de todo. ¡Un fracaso más!

Maharaj suele decir entonces, muy suavemente: "Siento que no hayas comprendido lo que has oído. Has estado oyendo, pero no has escuchado. Has estado oyendo lo que he dicho, como si fuese un conjunto de elementos y fragmentos, y no has prestado atención a la totalidad; has oído las palabras con la mente dividida del individuo, en lugar de atender al sentido con la mente total; has oído como un oyente separado y no has atendido integrándote al gurú. Y no me refiero al gurú físico e individual en el que podrías estar pensando, sino al sadgurú que se encuentra en tu interior. De otro modo no habría surgido esta duda. No obstante, en cierto sentido tal pregunta me da gusto, pues expone la forma de pensar; o, más bien, muestra el pensamiento mismo.

"Piensa, ¿a quién se le plantea esta cuestión? ¿Dónde tiene lugar? ¿Acaso no se presenta tal pregunta a un "tú" que se concibe como una entidad con existencia independiente? ¿No aparece en la conciencia? En ausencia de la conciencia, no habría tal entidad -esta seudoentidad-, y la "conciencia" no es otra cosa que un concepto sin ninguna cualidad objetiva, y como tal sin ninguna existencia fenoménica.

"A lo que hemos llegado, entonces, es esto: en ausencia del sustrato de la conciencia no hay manifestación alguna y, en consecuencia, ninguna seudoentidad independiente que pueda preguntar. La conciencia es sólo un concepto. Por eso llamo a la manifestación entera "el hijo de una mujer estéril". En estas circunstancias, ¿puede esto-que-es, esto-que-so-mos, ser comprendido por la mente contaminada de una seudoentidad conceptual? De hecho, únicamente cuando desaparece esta entidad se disuelve el misterio, por la sencilla razón de que \el buscador es lo que se está buscando*.

"Tu pregunta, por otra parte, supone que la manifestación y la no manifestación son básicamente dos "cosas" diferentes, pero no es así. Son en esencia un mismo estado, al igual que las ondas sobre el agua. 

Cuando se encuentra matizado por un sentido de ser, es la conciencia en la que aparece la manifestación con sus limitaciones; y cuando nada altera o limita este estado, es el Absoluto, inconciente de su conciencia en sí.

"Los fenómenos sólo son el reflejo del noúmeno; son distintos. El noúmeno (de nueva cuenta es necesario un concepto para posibilitar la comunicación) es como la única fuente de electricidad que pasa a través de diversos "objetos exhibidos", lámparas, ventiladores, motores, etcétera, o como la única fuente de luz reflejada en innumerables espejos; así se manfiesta la conciencia en millones de formas sensibles.

"¿Ves ahora tu pregunta en la perspectiva correcta? ¿Una sombra desea saber "por qué"? ¿Uno de los personajes caracterizados por un solo actor que representa muchos papeles desea saber "por qué"? La respuesta bien podría ser: ¿Por qué no? Pero en realidad no podría haber ninguna pregunta -ni por qué ni por qué no-, pues en verdad no hay alguien que pregunte, sólo un concepto. La manifestación es como un sueño. ¿Por qué ocurre un sueño?"



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martes, 13 de septiembre de 2022

SOY ACTOR, DIRECTOR Y PRODUCTOR


 

11. CONTINÚA LA FUNCIÓN.


Aunque parezca sorprendente, Maharaj es un magnífico actor. Sus facciones son versátiles y tiene ojos 
grandes y expresivos.

Cuando está narrando un incidente o discutiendo algún tema, sus rasgos responden de modo inmediato a sus palabras y acciones. Su hablar es fluido, claro y coherente, y al hablar emplea gestos con gran naturalidad. Por consiguiente, una cosa es escuchar una grabación de sus pláticas y otra muy distinta oír su voz vibrante acompañada de los ademanes adecuados. Es, en verdad, un gran actor.

Una mañana, se encontraba entre la audiencia un actor europeo famoso. Maharaj estaba explicando que la imagen que uno tiene de sí mismo es variable; que cambia de un momento a otro conforme varían las circunstancias. Pasó por toda la gama de etapas normales de la vida, describiendo la imagen que de nosotros mismos tenemos cuando niños, en la que nos alimentamos de nuestra madre sin necesitar nada más; después, como adolescentes, rebosando de salud y fuerza y con ambiciones de conquistar el mundo; después viene la etapa de enamoramiento a la que sigue un cansancio por ser el sostén de una familia y tener responsabilidades y, finalmente, la de vejez y enfermedad, con dificultad para abrir la boca e incluso para controlar las funciones corporales. "¿Cuál es el tú real? ¿Cuál de estas distintas imágenes?", preguntó Maharaj.

La narración de Maharaj estuvo llena de actitudes y efectos de sonido adecuados a las diversas etapas de la vida que iba describiendo. ¡Fue una verdadera dramatización! Nosotros lo escuchábamos con muda admiración, mientras el actor profesional se hallaba pasmado. "Nunca antes había visto una actuación tan brillante", dijo, aunque no entendió una palabra del tan elocuente lenguaje de Maharaj, estaba simplemente fascinado. En tanto el actor no cabía en su asombro, Maharaj, con un destello malicioso en los ojos, le dijo: "Soy un buen actor, ¿no?", y añadió: "¿De verdad entiendes lo que pretendo decir? Se que has apreciado esta breve actuación que he realizado, pero lo que has visto en este momento no es siquiera una parte infinitesimal de lo que soy capaz de hacer. Todo el universo es mi escenario. No sólo actúo, sino que creo el escenario y los accesorios; escribo el guión y dirijo a los actores. Sí, soy un solo actor que representa los papeles de millones de personas; y, lo que es más, ¡esta función nunca termina! El guión se está escribiendo todo el tiempo, nuevos papeles se van concibiendo y nuevos escenarios se colocan para muy diversas situaciones. ¿No soy un actor, director y productor maravilloso?

"La verdad -añadió- es que cada uno de ustedes puede decir lo mismo sobre sí mismo. Pero lo verdaderamente irónico es que, una vez que sean capaces de sentir con profunda convicción que así es, el espectáculo terminará para ustedes. ¿Pueden percibir que cada uno de ustedes es quien representa el papel de todos los personajes de este mundo, o se limitarán al restringido papel individual que se han asignado, viviendo y muriendo en ese papel insignificante?"



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lunes, 18 de abril de 2022

10. IMÁGENES EN LA IMAGINACIÓN.


Sea cual sea el tema que se discuta en una sesión, Maharaj parece procurar que el análisis siga la línea de 
argumentación correcta. Y siempre que alguien plantea una pregunta que no viene al caso, Maharaj la desecha de manera firme pero amable y lleva la discusión al tema original. En ocasiones, sin embargo, ha tenido que dejar la habitación por un momento a causa de algún recado, y durante uno de estos breves intervalos, alguien comenzó en cierta ocasión a hablar sobre un político cuya aparición en la prensa de esa mañana había sido muy destacada.

Dijo conocer personalmente a este individuo y que era vanidoso en sumo grado. Alguien más contradijo de inmediato al que así hablaba, diciendo que el hombre en cuestión era un perfecto caballero y que era calumnioso hablar mal de él. Otro argumento, que mediaba entre los anteriores, estaba a punto de ser expuesto cuando regresó Maharaj, y todos guardaron silencio.

Con todo, Maharaj se dio cuenta del silencio repentino que se había hecho y preguntó qué estaba pasando.

Cuando se le refirieron las opiniones contradictorias, se mostró muy divertido.

Se sentó en silencio durante unos cuantos minutos y dio comienzo entonces a su plática. "¿Por qué esta discrepancia de opiniones?", preguntó. Porque la opinión se formó a partir de un punto de vista individual y no con base en una percepción integral.

Ambas imágenes de una misma persona surgieron de la imaginación de los participantes, y no son más que sus propias creaciones mentales, las cuales nada tienen que ver con el objeto, es decir, con la persona de la que se supone son imágenes. La creación de imágenes de este tipo, dijo entonces Maharaj, es producto del funcionamiento de una discriminación dualista, el "yo" y el "otro".

Esto es de hecho lo que puede denominarse el pecado original, esta dualidad "yo" y el "otro" es esclavitud. 

Y si en verdad existe una liberación (en esencia no hay ningún individuo que esté esclavizado), ésta no puede ser sino la liberación del concepto de "yo" y del concepto de "otro". Es necesario, dijo Maharaj, dejar de hacer juicios conceptuales apresurados con respecto a las cosas consideradas como objetos y volver nuestra atención hacia la fuente subjetiva. Y nos pidió que "revirtiéramos" nuestra atención volviendo al estado de la infancia y reflexionando en lo que éramos antes de que naciera este complejo cuerpo-mente, para así dejar de conceptualizar todo el tiempo sobre otros y de enredarnos en simples imágenes mentales.

Al llegar a este punto, un visitante dijo: "Sí, Maharaj, puedo ver con claridad lo que quieres decir. Pero, ¿cómo puede uno escapar de esta conceptualización continua que parece ser la trama misma de nuestra vida conciente?" Maharaj fijó su mirada en el consultante y, antes de que fuese terminada la traducción al marati de su pregunta, Maharaj comentó: "¡Tonterías! No puedes haber comprendido lo que dije; si lo hubieras entendido, no habrías hecho esta pregunta".

Y pasó entonces a explicar el proceso de objetivación. "Siempre que tus sentidos perciben algo y tu mente lo interpreta, se trata de una apariencia en la conciencia, la cual se manifiesta en el tiempo y el espacio y se objetiva en un mundo que el objeto cognoscente (es decir, tú) considera como algo independiente de sí mismo. Y es aquí donde radica todo el error: en este proceso la percepción no es total; es necesario ver de manera total, mirar no con la mente individual, que es una mente dividida, sino ver desde dentro, mirar a partir del origen; ver, no a partir de la manifestación en tanto fenómeno, sino desde la fuente misma de toda visión. Entonces, y sólo entonces, puede haber una percepción total y una visión y aprehensión correctas. 

Maharaj concluyó diciendo que lo que había expuesto era de vital importancia y era necesario reflexionar y meditar al respecto (Mañana), no sólo discutir sobre ello.



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viernes, 25 de febrero de 2022

9. TÚ ERES RAMA, YO SOY RAMA


A Maharaj acuden diferentes tipos de personas con diferentes motivos. Normalmente, le pide a cada nuevo 
visitante que platique un poco sobre sí mismo: sus antecedentes familiares, su ocupación o profesión, el tiempo que ha estado interesado en la búsqueda espiritual, el tipo de sadhana que ha realizado y las razones específicas de su visita. La intención de Maharaj, obviamente, es averiguar de qué modo y mediante qué enfoque podría ayudar a cada visitante en forma personal y, al mismo tiempo, asegurarse de que el diálogo ilumine también a los otros visitantes.

La mayoría de los visitantes exponen en forma breve las cuestiones que se les preguntan sobre sí mismos y muchos declaran haber leído su libro Yo soy Eso y deseado desde entonces sentarse a sus pies a escuchar sus conversaciones. En tales casos, Maharaj suele sonreír asintiendo con la cabeza. Si alguien desea hacer alguna pregunta específica, Maharaj le pide que se siente cerca de modo que la conversación pueda sostenerse con facilidad. Se acostumbra que quienes no tienen alguna pregunta se sienten más atrás.

En cierta ocasión en que la plática estaba por comenzar, entraron dos caballeros de mediana edad, presentaron sus respetos a Maharaj y se sentaron. Uno de ellos le dijo a Maharaj que era un alto  funcionario del Gobierno y que no tenía ningún interés particular en las cuestiones espirituales. Que había ido únicamente con el afán de llevar a su hermano, quien se encontraba muy interesado. Después de que presentó a su compañero como su hermano, se marchó.

El hermano tomó la palabra entonces y le dijo a Maharaj que él había tenido un gurú durante muchos años pero que éste había muerto, y que le había dado un Nama Mantra cuya repetición, tan frecuente como fuese posible, le aseguró el gurú, era el mejor sadhana, y que desde entonces había seguido esas instrucciones. Mencionó también que en la actualidad había llegado a una etapa en la que creía que todo era Rama y que Rama se encontraba en todo, y que había logrado por medio de este sadhana una paz y una alegría inefables. Todo esto lo expuso como si al decirlo estuviese haciendo una gran revelación en beneficio de la audiencia que tenía ante él, incluyendo al propio Maharaj. Después de su relato, miró a su alrededor para observar el efecto que habían tenido sus palabras en quienes lo escuchaban. Entonces se sentó con actitud de suficiencia complacida, cerró los ojos y sonrió para sí.

Maharaj, silencioso y aparentemente sereno, pero con un destello vivaz en sus ojos que los visitantes regulares conocían bien, le preguntó si podía ayudarlo de algún modo. En respuesta, el caballero, moviendo un brazo con gesto de resignación, dijo que no necesitaba nada de nadie y que si había ido a verlo, fue sólo porque varias personas le habían insistido en que asistiera al menos a una de sus sesiones, ¡y ahí estaba!

Maharaj le preguntó entonces si su sadhana tenía algún propósito específico y qué esperaba lograr con él, en caso de tener algún objetivo.

Visitante: Cuando me siento en meditación, consigo algunas veces tener hermosas visiones de mi amado Señor Rama y me sumerjo en la dicha.

Maharaj: ¿Y cuando no estás meditando?

Pienso en el Señor y lo veo en todos y en todo. (Maharaj escuchó la respuesta con expresión divertida y, una vez más, apareció en sus ojos ese destello familiar. Los que éramos visitantes asiduos sabíamos lo que sucedería entonces, pues este destello en sus ojos a menudo precede a un arranque verbal de Maharaj, del que suele echar mano para disipar vanas presunciones y destruir el engaño. Sus labios pronunciaron entonces una pregunta).

¿Y a qué te refieres con "Rama"?

No entiendo la pregunta. Rama es Rama.

Cuando ves a Rama en mí, cuando lo ves en un perro y en una flor, ¿qué quieres decir exactamente con Rama? ¿Y cómo es con exactitud que ves a Rama? ¿En su actitud tradicional con un arco en el hombro y flechas en su aljaba?

(Un poco turbado): Sí, creo que sí.

Y la paz y la dicha que sientes al sentarte en meditación y tener visiones de Rama, ¿son parecidas a la paz y la dicha que sentiría alguien cuando, después de un largo y arduo camino bajo el sol abrasador, puede descansar a la sombra de un árbol acogedor, disfrutar la brisa que sopla y beber un poco de agua fría?

No pueden en verdad compararse, pues en un caso se trata de algo físico y en el otro, diría yo, de algo mental o psíquico.

Sea cual sea el caso, ¿te ha permitido tu sadhana tener un entendimiento claro de tu verdadera naturaleza?

¿Para qué esta discusión? Rama es Dios y yo no soy más que un pobre hombre que se ha entregado a él.

La entrega es un sadhana muy conveniente y eficaz por sí mismo, pero debemos comprender de modo muy claro qué significa en realidad "entregarse", aunque éste es en sí un tema aparte. ¿Estás conciente de que Rama, si bien era príncipe de nacimiento, no fue más que un ser humano ordinario como tú, que no se convirtió en un dios sino hasta que lo instruyó e inició en el conocimiento el sabio Vasishta? ¿Y cuál fue la enseñanza que Vasishta le dio al joven Rama? ¿No fue el Atma-jñana, el conocimiento del yo, el conocimiento de nuestra naturaleza verdadera?

Te sugeriría que desecharas todos los conceptos ilusorios que has atesorado durante todos estos años y comenzaras con tu propio yo. Reflexiona en torno a lo siguiente: ¿Cuál es mi verdadera naturaleza? ¿Cual es el "capital" con el que nací y ha permanecido fiel e inmutable conmigo desde el momento en que tuve conciencia de que existo? ¿Cómo adquirí esta forma corpórea junto con el Prana (fuerza vital) y la conciencia que me da el sentido de estar presente? ¿Cuánto durará todo esto? ¿Qué era "yo" antes de empezar a existir este cuerpo, y qué seré "yo" una vez que mi cuerpo se desintegre? ¿Quién fue el que realmente "nació" y "morirá"? ¿Qué soy "yo"? Fue este conocimiento el que transformó a Rama de ser humano en un dios.

Para entonces, el visitante se dio cuenta de que al sadhana le hacía falta algo importante, pues lo había practicado sin dar nunca importancia al proposito último de su búsqueda espiritual. Abandonó su pretenciosa pose de ser un iluminado y humildemente solicitó a Maharaj le permitiera visitarlo de nueva cuenta durante los pocos días que permanecería en Bombay. Amorosamente, Maharaj le dijo que la intensidad y sinceridad de su deseo de visitarlo era el único permiso que necesitaba.



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Ramesh Balsekar
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viernes, 23 de abril de 2021

8. LA PRUEBA DE LA VERDAD


¿Puede haber alguna prueba de la verdad? En ocasiones, Maharaj hace esta pregunta, como si se la 
plantease a sí mismo. ¿Puede haber una comprensión intelectual de la verdad?

Además de un intelecto agudo, dice Maharaj, el que busca la verdad debe tener fe para poder comprender sus fundamentos. Y esta fe debe ser tal que por ella se acepten las palabras del gurú como si fuesen la verdad de Dios mismo. La fe es el primer paso y no es posible progreso alguno si no se da antes el primer paso.

Existe gente sencilla que, a pesar de no estar dotada de un agudo intelecto, tiene una gran fe. Maharaj da a estas personas un Mantra y les pide que lo canten y que mediten hasta que su mente se purifique lo suficiente para recibir el conocimiento.

Con los intelectuales, empero, Maharaj tiene que comportarse en forma distinta. El intelectual entiende lo que las diversas religiones pregonan, el código ético y moral que prescriben, al igual que los conceptos metafísicos que bosquejan, pero no recibe la iluminación. Lo que él busca en realidad es la verdad, el factor constante que no está sujeto a cambio alguno. Lo que es más, desea una prueba, aunque no es capaz de decir qué tipo de prueba lo satisfaría. Toda prueba, como tal, estaría a su vez sujeta al espacio y tiempo, y el intelectual es bastante inteligente para darse cuenta de ello. La verdad, para serlo, debe ser atemporal e ilimitada. Maharaj dice que cualquier persona inteligente debe admitir que "yo soy", el sentido de la presencia conciente, de "ser", es la única verdad de la que todo ser sensible tiene conocimiento y que, además, es la única "prueba" posible. Y, no obstante, la sola existencia no puede equipararse con la verdad por la simple razón de que la existencia misma no es atemporal e ilimitada, como lo es la Realidad.

Maharaj aclara suficientemente en sus conversaciones este estancamiento. Un ciego, por ejemplo, podría decir: "Pruébame que existen los colores, sólo entonces creeré toda tu hermosa descripción del arco iris".

Siempre que le plantean a Maharaj este tipo de preguntas, responde diciendo: "¡Pruébame que existe algo llamado Bombay, Londres o Nueva York!" Cualquier sitio, dice, tiene la misma tierra, aire, agua, fuego y cielo. Uno no puede, para decirlo de otra manera, buscar la verdad como si fuese un objeto, ni puede describirla tampoco; sólo puede sugerirse o mostrarse, pero no es posible expresarla en palabras, pues la verdad no puede concebirse. Cualquier cosa concebida será por ello un objeto, y la verdad no es un objeto.

Como lo expresa Maharaj: "No se puede comprar la verdad como si fuese algo certificado con un sello que diga "Verdad". Todo intento de hallar la prueba de la verdad supondría una división de la mente en sujeto y objeto y, por lo tanto, la respuesta no podría ser la verdad, pues no hay nada objetivo en la verdad, que en esencia es subjetividad pura".

El proceso completo, dice Maharaj, es como un perro que se muerde la cola. Cuando se busca una solución a este enigma debe analizarse el problema mismo. ¿Quién es el que busca la prueba de la Verdad o de la Realidad? ¿Entendemos con claridad lo que somos? Toda existencia es objetiva. Todos "existimos" únicamente como objetos, como meras apariencias en la conciencia que nos percibe. ¿Hay alguna prueba de que "nosotros" mismos (quienes buscamos una prueba de la Realidad) existimos de otra forma que no sea como objetos de conocimiento en la mente de otra persona?

Al buscar una prueba de la verdad, lo que tratamos de hacer es equivalente a la pretensión de una sombra que busca una prueba de la sustancia. En consecuencia, Maharaj nos exhorta a que veamos lo falso como falso y de este modo no habrá más búsqueda de la verdad. "¿Has entendido lo que quiero decir?", pregunta entonces.

¿Te das cuenta de manera intuitiva de cuál es el punto? ¡Aquello que se busca es el buscador mismo!

¿Puede un ojo verse a sí mismo? Trata de entender, dice: intemporalidad e infinitud, no cognoscibles de manera sensorial, eso es lo que somos; temporalidad, finitud y posibilidad de ser conocidos de modo sensorial es lo que parecemos ser en tanto objetos separados. Reflexiona sobre lo que eras antes de asumir la forma física. ¿Necesitabas entonces alguna prueba de algo? El problema de una prueba tal sólo se plantea en la existencia relativa y toda prueba ofrecida dentro de los parámetros de la existencia relativa no puede ser más que una mentira.



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martes, 13 de abril de 2021

¿CÓMO VE EL MUNDO UN JÑANI?


Nota:
Jñani, es el testigo de la consciencia.

Una mujer que visitó a Maharaj le pidió su consentimiento para hacer lo que ella llamó una pregunta "tonta", aprovechando que aquél era su último día de visita en Bombay.

Maharaj: Todos los pensamientos, los deseos, santos o profanos, provienen del "yo". Todos ellos dependen del anhelo de felicidad y su fundamento es, por lo tanto, el sentido de "yo soy". Su índole depende de nuestra psique (Antahkarana) y del grado en el que prevalezca cada uno de los gimas. Tamas produce limitación y perversiones; rajas, energía y pasiones, y Sattva origina armonía y el impulso de hacer felices a otros.

¿Cuál es tu pregunta?

Visitante: Todos estos días, que desafortunadamente se han ido demasiado rápido, mientras hablabas e iban surgiendo tus palabras como si brotasen solas, sin ninguna preparación, me he estado preguntando cómo miras los objetos que ven tus ojos, incluyendo a las personas que están sentadas frente a ti. Puesto que hoy es el último día de mi visita, pensé atreverme a hacer esta pregunta un poco tonta.

¿Qué te hace pensar que los veo a ustedes como objetos nada más? Supones que veo las cosas con un cierto significado especial que se te escapa. Pero no es ésta en realidad tu pregunta. Tu curiosidad parece consistir esencialmente en saber cómo percibe las cosas un jñani, alguien que mira como debe verse.

Te pido recuerdes que los objetos son en realidad la percepción que de ellos se tiene. A la inversa, la percepción que tenemos de ellos es lo que son los objetos. Trata de entenderlo.

Cuando un objeto es visto como un objeto, tiene que haber un sujeto distinto del objeto. Empero, en el modo en que percibe un jñani no hay ni un sujeto que ve ni un objeto visto; tan sólo "visión". Es decir, la percepción del jñani es anterior a cualquier interpretación producto de las facultades sensoriales. Incluso si el proceso normal de objetivación ha tenido ya lugar, el jñani, conforme su visión de las cosas, toma nota de este hecho y ve lo falso como falso. En su visión total, no dividida, el jñani percibe que, en términos físicos, tanto el que ve como lo que ve son objetos, y entiende que el funcionamiento de la propia conciencia sólo produce efectos en la conciencia. Tanto esta producción como la percepción misma son actos de la conciencia, en la conciencia. Intenta comprenderlo.

En suma, la visión del jñani es omnímoda, una visión hacia el interior, o visión intuitiva; una visión, pues, sin ninguna cualidad objetiva, que se encuentra libre de toda esclavitud. A esto me refiero cuando digo: "Veo, pero no veo".

Y ésta es una respuesta tonta a tu pregunta tonta.


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domingo, 17 de mayo de 2020

LO QUE CREES SER SE FUNDA EN LA MEMORIA Y LA ANTICIPACIÓN


LA ESCLAVITUD DEL ESPACIO Y EL TIEMPO


6. La esclavitud del espacio y el tiempo.

Visitante: Recuerdo haber leído en alguna parte que la combinación de espacio y tiempo es la causa de nuestra esclavitud. Desde entonces, me pregunto cómo pueden el espacio y el tiempo hacernos esclavos.

Maharaj: Aclaremos de qué estamos hablando. ¿Qué quieres decir con "esclavitud"?, ¿esclavitud para quién? Si te sientes satisfecho con este mundo que consideras real y con la forma en que has sido tratado, ¿en qué radica para ti la esclavitud?

Debo reconocer que a mí el mundo me parece bastante real, pero no es cierto que me sienta satisfecho con el papel que tengo en él. Estoy profundamente convencido de que la vida debe consistir en mucho más que sólo pasarla, como la mayoría de nosotros hace, sin ningún objetivo específico, tan sólo de manera rutinaria. Desde este punto de vista, creo que la vida misma es esclavitud.

¿Exactamente qué imagen tienes de ti mismo cuando empleas la palabra "yo"? Cuando eras pequeño te considerabas sólo un niño y el solo hecho de jugar te hacía feliz. Con el tiempo, te convertirías en un joven, con fuerza suficiente en los brazos para arrear una pareja de elefantes, y la idea de que podías enfrentarte a cualquier cosa o persona de este mundo. Ahora te encuentras en la mitad de tu vida, un poco más maduro pero disfrutando, con todo, de la vida y sus placeres; y crees que eres un hombre feliz y con éxito, bendecido con una hermosa familia. En este momento tienes una imagen de ti mismo bastante distinta de la que tuviste en tiempos pasados. Imagínate de aquí a diez años, y aún más lejos, veinte años después.

La imagen que tendrás de ti mismo será distinta de todas las anteriores. ¿Cuál de estas imágenes es el "tú" real? ¿Alguna vez lo has pensado? ¿Hay alguna identidad particular que puedas llamar la tuya propia y que haya permanecido contigo desde el principio, siempre presente y sin sufrir cambios?

Ahora que lo mencionas, reconozco que al usar la palabra "yo" no tengo ninguna idea particular sobre mí mismo y estoy de acuerdo en que todas las ideas que he tenido sobre mí han cambiado con los años.

Pues bien, hay algo que ha permanecido inmutable todos estos años, en tanto todo lo demás ha ido cambiando. Y es el sentido constante de presencia, el sentido de que existes. Este sentido o sensación de "yo soy", no ha cambiado nunca. Esa es tu imagen constante. Tú estás sentado frente a mí. Lo sabes con certeza, sin necesidad de confirmación por parte de alguien más. Sabes, de igual modo, que eres, que existes. Ahora dime, ¿en ausencia de qué te sería imposible sentir tu existencia?

Si estuviera dormido o inconciente no sabría que existo.

Precisamente. Vayamos ahora más allá. En la mañana, en el momento mismo en que despiertas y entra en acción tu conciencia, ¿no sientes tu presencia conciente, tu existencia, el "yo soy", como presencia sin más y no como la de una persona individual?

Sí, así es. Yo diría que mi personalidad individual aparece en cuanto miro mi cuerpo y los objetos que me rodean.

Cuando dices que ves un objeto, lo que en realidad sucede es que tus sentidos reaccionan a un estímulo cuyo origen es externo con respecto al aparato corporal. Y lo que tus sentidos han percibido y tu mente ha interpretado no es más que algo que aparece en tu conciencia. Esta apariencia presente en la conciencia se interpreta como un suceso que se manifiesta en el espacio y el tiempo. Toda manifestación depende de la combinación de dos medios estrechamente ligados a los que se denomina espacio y tiempo. En otras palabras, en ausencia de la combinación espacio-tiempo no podría surgir en la conciencia ninguna manifestación. ¿Me sigues?

Sí, entiendo lo que dices. Pero, ¿dónde entro yo como individuo en este proceso?

Precisamente ahí reside la dificultad. Toda "existencia" es un proceso continuo de objetivación. Sólo existimos como uno de tantos objetos y, como tales, sólo en la conciencia que nos conoce. Cuando cesa la objetivación, como sucede en el sueño profundo, desaparece el universo objetivo.

Siempre que uno se concibe como una entidad aparte, como persona, no puede percibir el paisaje total de la realidad impersonal. Y la idea de una personalidad independiente se debe a la ilusión del espacio y el tiempo, los cuales no tienen existencia por sí mismos, pues sólo son instrumentos, simples medios para hacer cognoscible la manifestación.

En la conciencia sólo puede reflejarse un pensamiento, sentimiento o percepción en cada momento, pero los pensamientos, sentimientos y percepciones se presentan uno tras otro, creando la ilusión de durabilidad. La personalidad aparece entonces como resultado simplemente de la memoria, al identificar el presente con el pasado y proyectarlo al futuro. 

Piénsate efímero, sin pasado ni futuro, ¿dónde se halla entonces la personalidad? Inténtalo e indaga tú mismo. En la memoria y en la anticipación, que pertenecen una al pasado y la otra al futuro, hay una clara sensación de que existe un estado mental al cual se observa, mientras que en el ahora la sensación es básicamente la de tener conciencia y estar presente aquí y en este momento.

Creo entender. Debo sentarme en calma y tratar de captar esta forma completamente nueva de pensar.

¿Entiendes ahora en qué sentido el espacio y el tiempo, cuya disposición en la conciencia hace perceptible la manifestación, son culpables? Lo único que puedes decir con verdad es: "Yo soy" (queriendo decir con ello que lo que es, es). En el momento en que hay un pensamiento sobre "mí" como personalidad independiente, aparece lo que se denomina "esclavitud". Comprender esto es el fin de toda búsqueda.

Cuando te das cuenta de que todo lo que crees ser sólo se funda en la memoria y la anticipación, termina tu búsqueda y te mantienes alejado, con conciencia cabal de la falsedad de lo falso.



Tomado del libro:
El buscador es lo buscado
Puntos clave de la enseñanza de Nisargadatta Maharaj
Ramesh Balsekar
Imágenes de Internet
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