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viernes, 8 de abril de 2022

¿CÓMO SORTEAR TORMENTAS Y HURACANES?


El mayor peligro no es fijarnos un objetivo demasiado alto 
y no llegar a alcanzarlo, sino poner el listón demasiado bajo y cumplirlo con facilidad.
Michelangelo Bunarroti

Vivimos en medio de la tempestad. Tanto la naturaleza como la cultura humana están sujetas a las turbulencias del cambio, ¿por qué, entonces, nos da miedo evolucionar, salir de las viejas trincheras?

Probablemente porque tememos fallar, tomar las decisiones equivocadas. Eso es lo que hace que muchas personas se queden amarradas indefinidamente en puerto y no salgan en busca de su tesoro. Pero el miedo al fracaso es peor que el propio fracaso, porque al menos éste nos permite aprender algo y avanzar.

¿Qué es el miedo?

Jiddu Krishnamurti, uno de los pensadores indios más influyentes del siglo xx, definió de forma muy lúcida en qué consiste:

Vivo cierta clase de vida; pienso conforme a cierto patrón de pensamiento; alimento ciertas creencias, ciertos dogmas, y no quiero que esos patrones de existencia se vean perturbados, ya que en ellos tengo mis raíces. No quiero que los perturben, porque la perturbación produce un estado de no saber, y eso no me gusta. Si me arrancan de todo lo que conozco, de todo aquello en lo que creo, necesito estar razonablemente seguro del estado de cosas hacia el cual me dirijo. (...) El movimiento de la certeza a la incertidumbre es lo que yo llamo miedo.

Ese movimiento de la certeza a la incertidumbre es lo que distingue a los emprendedores del resto de los mortales.

Así como nuestro planeta gira y evoluciona por el espacio, también la realidad en la que estamos inmersos es dinámica, y debemos evolucionar con ella si queremos crecer y superarnos.

Vivir es, en sí, un riesgo constante: al nacer, tanto la vida de la madre como la del bebé corren peligro, y ese peligro vale la pena porque da entrada a un nuevo ser en el mundo.

Pero el nacimiento, el milagro de la vida, no debería producirse una sola vez sino muchas a lo largo de cada existencia. Las personas dinámicas y creativas renacen tantas veces como es necesario para capturar lo mejor que les brinda la vida. Se arriesgan a avanzar y dejan atrás metas ya superadas.

Hay que evolucionar con la antorcha del entusiasmo siempre encendida.

Seguro a todo riesgo.

Emprender un nuevo proyecto no implica actuar de manera temeraria e irreversible. Tampoco se trata de abandonar todo a la suerte y esperar que nos favorezca. Los profesionales del riesgo —sean alpinistas o inversores en bolsa— recomiendan tomar precauciones antes de lanzarse a la gran aventura, en previsión de tormentas y huracanes:

Planificar con tiempo. La probabilidad de éxito aumenta en función de cómo se haya preparado el terreno.

Los escaladores de élite programan sus expediciones con un año de antelación para tener el máximo de detalles bajo control.

Prever la retirada. Siempre que sea posible, es recomendable poder retroceder hasta el punto de partida.

Por ejemplo, pedir una excedencia si vamos a estresarnos en un nuevo trabajo, o bien viajar con billete abierto si nos lanzamos a una aventura de resultado incierto.

Escalonar las metas. Los grandes riesgos son más manejables si se dividen en pequeños riesgos, es decir, en etapas escalonadas que permitan subir y bajar. El conocimiento de los detalles es lo que nos permitirá acometer una larga y peligrosa travesía.

Prevenir escenarios. El acicate de cualquier proyecto es la perspectiva del éxito, pero hay que saber qué haremos si las cosas se tuercen. Por una vez, puede ser práctico pensar en el peor escenario —lo que en inglés se llama worst case escenario— para que no te coja por sorpresa.

Prever reacciones. Tan importante como esto último es saber cómo reaccionaremos si todo falla. Sobre esto, el pintor Eugène Delacroix aconsejaba «desear lo mejor, recelar lo peor y tomar lo que viniere» como tres principios para mantener la cabeza fría en todas las circunstancias.

Buscar alternativas. En toda ascensión a una cumbre —real o figurada— hay que tener a mano vías abiertas alternativas por si el camino principal está bloqueado. Cuantas más opciones haya, mayores serán las posibilidades de llegar a la cima.



Del libro:
El mapa del tesoro
Álex Rovira/
Francesc Miralles
Fotografía tomada de internet

lunes, 28 de marzo de 2022

PLAN B: CUANDO LA VIDA NOS OBLIGA A CAMBIAR


Si un proyecto laboral, sentimental o incluso existencial fracasa, existe el riesgo de quedarnos paralizados o de que 
caigamos en las redes de la autocompasión. Para evitarlo, dentro de nuestra planificación conviene contemplar otras salidas y posibilidades a cada situación. Dicho de otro modo: un plan B que nos permita seguir avanzando aunque estemos obligados a variar nuestro rumbo.

Decía el dramaturgo Tom Stoppard que «toda salida es una entrada a otra parte», por lo que a menudo tras una crisis descubrimos que la alternativa que nos hemos visto obligados a tomar es mejor que el punto de partida. Algunos ejemplos:

• Un despido laboral puede promover un cambio de orientación profesional más satisfactorio o incluso una vía hacia el propio negocio.

• Una ruptura sentimental nos obliga a replantearnos qué persona necesitamos como compañero de vida.

• Una enfermedad superada favorece un cambio de hábitos para vivir con más energía, optimismo y vitalidad.

• Una discusión aporta un nuevo enfoque sobre cómo nos relacionamos con los demás.

• Una ruina económica nos enseña un modo diferente y sostenible de llevar nuestras finanzas.

Al final, lo importante no es tanto mantenernos fieles al plan inicial, sino movernos, evolucionar, ganar sabiduría y experiencia, dos divisas que nunca pierden valor.

Ingvar Kamprad: diseño y belleza para todos.

«Nuestra idea es servir a todo el mundo, incluidas las personas con poco dinero.»

Comenzó con la madera, pero para cerillas. De esta forma se iniciaba en el mundo de los negocios el sueco Ingvar Kamprad. Cuando aún era un niño, se dedicaba a comprar cerillas al por mayor en Estocolmo y las vendía en su pueblo a un precio que le permitía obtener el beneficio justo.

Esta mentalidad empresarial y su brillante expediente académico, que propició que su padre le diera una buena cantidad de dinero como recompensa, le llevaron a abrir a la edad de diecisiete años una pequeña tienda de muebles. La llamó IKEA, las iniciales de su nombre y apellido, y las iniciales de la granja donde vivía: Elmtaryd Agunnaryd.

En 1951 lanzó al mercado su primer catálogo. Dos años más tarde organizaba la primera exposición de productos Ikea.

Pero no todo fue sobre ruedas en su carrera profesional. Ante la imparable carrera de Kamprad, el gremio de vendedores de muebles suecos vieron en él una auténtica amenaza, por lo que presionaron a los proveedores para que dejaran de suministrar sus productos a Ikea, con lo que la marca fue excluida de las ferias más importantes del sector.

Fue en esta situación límite cuando el empresario tomó una decisión que cambiaría totalmente Ikea. Decidió diseñar y producir sus propios muebles y dirigirse al exterior tanto para obtener materias primas como para situar nuevos puntos de venta.

Comienza de esta forma el auge imparable de esta tienda de muebles, convertida en un conglomerado con cientos de establecimientos en multitud de países. Actualmente, el dueño de Ikea es una de las personas más ricas del mundo.

Como estamos viendo en este libro, todo éxito empresarial tiene un para qué, un sentido. En el caso de Ikea, una de las claves de su éxito fue la idea innovadora del mueble «listo para llevar». Kamprad pensó que si desmontaba el mueble ocuparía menos espacio, por lo que no era necesario un gran espacio para su almacenamiento. Esto se traducía en un ahorro considerable y, a su vez, en precios más competitivos para sus clientes. Además, el hecho de estar desmontado, permitía al cliente transportar a su casa el mueble recién comprado sin necesidad de que nadie hiciera este trabajo por él, lo que también suponía el ahorro del transporte.

Con su regla de oro «céntimo a céntimo», este empresario ha sabido derribar barreras y hacer frente a todo tipo de situaciones para lograr sacar a flote a su empresa.

No son pocos los que hablan de él como un hombre tacaño al que no le gusta malgastar el dinero, pese a ser una de las personas más ricas del mundo. Y no les falta razón: en su actual lugar de residencia, Suiza, usa el transporte público para desplazarse, cuando no conduce su Volvo de dieciocho años de antigüedad. Realiza los viajes en vuelos de bajo coste y se hospeda en hoteles baratos.

Para Kamprad, el ahorro es fundamental, regla que aplica al cien por cien en su empresa. «La gente comenta que soy tacaño pero no me importa. Sin embargo, me siento muy orgulloso de continuar las normas de nuestra empresa», dijo este singular empresario.

Otro de los rasgos que caracterizan al «Imperio Ikea» es su política de trabajo. Ikea es famoso por tener una política de incentivación del trabajo única. Con trabajadores motivados, la producción será de mucha más calidad.

En este sentido, Kamprad siempre ha admitido que «si hay algo bueno en el liderazgo es dar un buen ejemplo. Tengo que hacerlo por todos los empleados de Ikea».

Es por ello que Kamprad sabe cómo tratar a sus trabajadores y los considera su principal fuente de beneficios. Prueba de ello es que posee seis mandamientos que procura que sus empleados tengan muy en cuenta.

Los seis mandamientos del éxito según Ikea:

1. Sobre los errores: sólo mientras se duerme no se cometen errores.

2. Sobre la utilización del tiempo: divide tu vida en unidades de 10 minutos y sacrifica las menos posibles en actividades insignificantes.

3. Sobre la simplicidad: la burocracia complica y paraliza. La planificación en exceso es la principal causa de «muerte corporativa».

4. Sobre el cumplimiento: el saber que una tarea se ha terminado es la más efectiva pastilla para dormir.

5. Sobre la felicidad: la felicidad no está en alcanzar tu objetivo. La felicidad se encuentra en el camino hacia el objetivo. La palabra «imposible» ha sido borrada de nuestro diccionario.

6. Sobre Ikea: lo que es bueno para nuestros clientes, a largo plazo es bueno para nosotros.

ALGUNAS INSPIRACIONES DE INGVAR KAM PRAD:

«No tengo miedo de sobrepasar los ochenta y tengo muchas cosas que hacer. No tengo tiempo para morirme.»

«Yo soy austero y me siento orgulloso de serlo. La gente de Ikea no conduce coches llamativos ni se hospedan en hoteles lujosos.»

«Todo lo que ganamos lo necesitamos como reserva.»

«Deberíamos tener más mujeres en diversos puestos directivos, porque las mujeres son las que deciden casi todo en el hogar.»



Del libro:
El mapa del tesoro
Álex Rovira/
Francesc Miralles
Fotografía tomada de internet

miércoles, 23 de marzo de 2022

PROGRAMAR CADA ESCALA


Haz planes siempre con tiempo suficiente. No diluviaba 
cuando Noé empezó a construir el arca.

Richard C. Cushing

Cuanto más ambicioso sea el objetivo que nos hemos fijado, mayor debe ser nuestra preparación para el camino que tenemos por delante.

Independientemente del tesoro que aspiremos a alcanzar, hay una serie de factores que debemos considerar previamente a nuestro viaje:

1. Las cosas siempre se ven más fáciles antes de que las llevemos a cabo.

2. Si se trata de una inversión, debemos estar seguros de la misma y tener en cuenta el siguiente principio: cualquier persona aceptará nuestro dinero a cambio de bienes, pero lograr el intercambio en el sentido inverso es extremadamente difícil.

3. Una vez que has dado el paso, ya no hay vuelta atrás.

Además de estas tres leyes, al concretar nuestro plan de navegación debemos prever una reserva suficiente de recursos, así como un plan B para todas aquellas cosas que pueden salir mal.

Los secretos del guerrero interior

Así como los que libran guerras externas se procuran provisiones y armas para la lucha, adquirir la disposición de un guerrero interior nos puede ayudar a no desalentarnos antes de llegar a la meta:

• Definir los objetivos. Es inútil ponernos en camino si antes no clarificamos adónde queremos llegar. Tal vez la principal misión de nuestra vida sea justamente descubrir cuál es esta misión y entregarnos a ella sin demora.

• Conocer nuestros puntos fuertes y débiles. Cada guerrero tiene virtudes diferentes y debe diseñar su camino a partir de ellas. Asimismo, conocer las propias debilidades nos ayuda a perfeccionar los aspectos de nuestra personalidad que frenan nuestro progreso.

• Actuar de dentro hacia fuera. El guerrero debe marcarse metas interiores, pero, al mismo tiempo, salir al mundo para experimentar y aprender de él. Todos tenemos en el día a día ocasiones de descubrir, corregir errores y superarnos.

• Unir acción y pensamiento. Para no disipar nuestras fuerzas, nuestros pensamientos deben orientarse a la acción inmediata y no divagar sobre lo que podría haberse hecho o lo que queda por hacer. El guerrero actúa aquí y ahora, aprovechando las oportunidades que se le presentan.

• Comprometerse en cada pequeña batalla. Para lograr una gran meta hay que entregarse previamente a muchos pequeños objetivos. Cada uno de ellos exigirá toda nuestra energía. Sin lo pequeño no se llega a lo grande.

• No temer la derrota. Todo camino de superación está sembrado de fracasos más o menos sonados. El guerrero interior debe decidir si da media vuelta o los acepta como regalos de un viaje de superación y mejora personal.

• Estar dispuesto a morir. Dentro de una misma vida, hay momentos en los que debemos tener el valor de cerrar una etapa para dar nacimiento a otra nueva, con otras prioridades y objetivos.

Fluir con las dificultades

Cuando se afronta una etapa difícil, si fluimos con los acontecimientos sin juzgarlos ni desesperar, las dificultades se irán diluyendo y las oportunidades se multiplicarán.

Hay dos clases de actitudes respecto al flujo:

1. La de las personas que culpan de sus calamidades a todo lo que les rodea, como si vivieran en un campo minado.

2. Las que sacan partido de ese mismo tejido con el que está hecha la realidad, que tanto sirve para hacer una escalera como una cuerda para ahorcarse.

Las primeras no saldrán del fracaso hasta que no se gradúen las gafas —las de detrás de los ojos, que son las que cuentan—, ya que en última instancia el éxito depende de cómo la mente interpreta las experiencias cotidianas.

Antes de lanzarse a fluir es aconsejable, como los nadadores antes de entrar en la piscina, tomar una buena ducha que haga caer todos los prejuicios, ideas preconcebidas y autolimitaciones que vamos cargando por el mundo. Sólo así, ligeros de equipaje, podremos navegar por los rápidos de la vida.



Del libro:
El mapa del tesoro
Álex Rovira/
Francesc Miralles
Fotografía tomada de internet

martes, 8 de marzo de 2022

BILL GATE: EL VISIONARIO DE LOS PC


«Al mirar hacia delante al próximo siglo, los líderes serán aquellos que potencien a otros.»

Cuando hablamos de Bill Gates lo primero que nos viene a la cabeza es «riqueza», ya que este empresario estadounidense ha ocupado repetidamente el primer puesto en la lista de personas más ricas del mundo de la revista Forbes.

Gates nació en Washington en 1955 en una familia acomodada que le proporcionó, ya desde pequeño, la mejor educación en escuelas de élite como Lakeside. Más tarde realizó estudios universitarios en la prestigiosa Universidad de Harvard.

Desde muy temprano, en colaboración con su amigo Paul Allen, se introdujo en el mundo de la informática y formó un pequeño equipo dedicado a la realización de programas que vendían a empresas o administraciones públicas.

Dos años después de terminar los estudios universitarios, en 1975, se trasladó con Paul a Alburquerque, Nuevo México, para trabajar suministrando a la compañía MITS programas susceptibles de ser utilizados con el primer microordenador, el Altair. Un año más tarde fundaron su propia empresa de producción de software informático, Microsoft Corporation, con Bill Gates como presidente y director general.

Su negocio consistía en elaborar programas adaptados a las necesidades de los nuevos microordenadores y ofrecérselos más baratos a las empresas fabricantes que si los hubieran desarrollado ellas mismas.

Esta innovadora empresa no tardó en crecer. En 1979 ya eran quince los empleados que Gates tenía a su cargo, momento en que decidió trasladar Microsoft Corporation a Seattle. A partir de ese momento, la expansión tuvo un crecimiento sin precedentes; al año siguiente de su traslado, Bill Gates llegó a un acuerdo con IBM para suministrarle un sistema operativo que se adecuara a las necesidades de los nuevos ordenadores personales de la compañía.

Nace de esta forma el MicroSoft DOS (MS-DOS), que desde 1981 iría instalado en todos los ordenadores de la marca; la posterior imitación del sistema IBM-PC por los ordenadores «compatibles» de las demás marcas generalizó el uso del MS-DOS de Microsoft como soporte de todos los programas de aplicación concretos.

En 1983, Bill Gates volvió a sorprender al mundo con la presentación de un nuevo interfaz de trabajo que sustituiría al monótono MS-DOS. Se trataba del nacimiento de Windows.

Tres años más tarde, Microsoft decidió salir a bolsa. Las acciones se cotizaron tan alto que Bill Gates se convirtió al poco tiempo en el hombre más rico de Estados Unidos.

Desde entonces, el negocio no ha parado de crecer, obteniendo un virtual monopolio del software mundial.

Las innovaciones de Bill Gates han contribuido a la rápida expansión de la informática en el ámbito doméstico.

Pero esto no hubiera sido posible sin un discurso visionario y optimista sobre un futuro transformado por la penetración de los ordenadores en todas las facetas de la vida cotidiana, respondiendo al sueño de introducir un ordenador personal en cada casa y en cada puesto de trabajo.

Esta actitud positiva ante los grandes cambios sociales de nuestra época supuso el éxito material basado en el empleo de la inteligencia.

En una entrevista realizada a Gates sobre cómo conseguir el éxito, éste declaró tener diez secretos que han garantizado el éxito de Microsoft.

LOS DIEZ SECRETOS DEL ÉXITO DE BILL GATES EN SUS PROPIAS PALABRAS

1. En gran medida se debió a que vivíamos y respirábamos software, y solamente nos deteníamos para comer y dormir un poco.

2. Desde el principio no pensábamos en otra cosa que no fuera tener éxito.

3. También tomamos lo que se convirtieron en buenas decisiones de negocio, como enfocar nuestros primeros esfuerzos en el chip de Intel 8080, aunque en esos primeros días no parecían ser tan buenas.

4. Algunas veces prometíamos más a nuestros clientes de lo que cualquier otro podría ofrecer realmente, pero lo lográbamos porque nos quedábamos despiertos aún más tarde, trabajábamos aún más fuerte y empezó a ser un reto cumplir con cualquier fecha límite imposible.

5. Nos comprometíamos a hacer cosas que las personas pensaban que eran imposibles.

6. En el trayecto de nuestra historia hemos pulverizado mito tras mito sobre ordenadores personales. Al principio, pocas personas creían que el PC se convertiría en un éxito sin precedentes, pero hicimos lo imposible para que fuera realidad.

7. Seguimos siendo informales en nuestras relaciones personales y evitamos la jerarquía donde no tenía sentido. Todos podían entrar a mi oficina si tenían una pregunta o una preocupación, una idea para un nuevo producto o ideas acerca de lo que nuestros competidores estaban haciendo.

8. No nos importaba cómo se vestían los programadores o la pericia que tenían para dirigir una junta. Lo que nos importaba era crear un software increíble. Sentíamos que nuestra excelencia residía en nuestros productos, todo lo demás era secundario.

9. Hacemos todo lo posible para mantenernos con una estructura delgada y eficiente, utilizando nuestros recursos de manera inteligente y evitando el desperdicio, gastos innecesarios como asientos de primera clase y hoteles caros.

10. El aspecto más importante que no hemos cambiado es el siguiente: seguimos contratando a personas inteligentes. No existe un sustituto para eso y no es tan fácil como parece.

ALGUNAS INSPIRACIONES DE BILL GATES

«En Microsoft hay un montón de ideas brillantes, pero la imagen es que todas ellas proceden de la parte superior. Me temo que esto no es del todo cierto.»

«Estoy seguro que si muestras a la gente los problemas y después las soluciones, se moverán para solucionarlos.»

«Está bien celebrar el éxito, pero es más importante tener en cuenta lo que aprendes del fracaso.»

«Éste es un momento fantástico para entrar en el mundo de los negocios, porque van a cambiar más en los próximos diez años de lo que lo ha hecho en los últimos cincuenta.»



Del libro:
El mapa del tesoro
Álex Rovira/
Francesc Miralles
Fotografía tomada de internet

miércoles, 2 de marzo de 2022

ANTES DE PARTIR: OJO A LA TRIPULACIÓN


Delegar funciona siempre que aquellos en quienes delegas 
también funcionen.

R0bert Half

En su libro La quinta disciplina, el ingeniero Peter M. Senge habla de las cinco disciplinas que son necesarias para triunfar en el mundo empresarial. Posteriormente se centra en la quinta de estas disciplinas, catalogándola como la principal, aquella que engloba a las otras cuatro. De esta forma, según Senge, las cinco disciplinas son:

1. Dominio personal. La gente con alto dominio de sí misma alcanza la meta que se propone. Esta capacidad implica:

a) Tener control sobre las propias emociones para no dejarse llevar por ellas irracionalmente. 

b) Capacidad de espera para no precipitarse ante una recompensa fácil.

c) Coherencia con las propias decisiones.

d) Gestión del tiempo limitado del que se dispone y de los propios recursos.

2. Modelos mentales. Para una relación más efectiva con el mundo debemos limpiar nuestra mirada sobre el mismo. Si entre nosotros y la realidad ponemos un filtro de pesimismo, nuestra mirada quedará contaminada por la negatividad. Por eso es tan importante analizar de qué manera teñimos nuestra visión y eliminar los prejuicios y profecías derrotistas, así como las expectativas exageradas, que empañan nuestros proyectos.

3. Construcción de una visión compartida. Las empresas que funcionan son aquellas en las que todos los empleados siguen una misma filosofía que da entidad, utilidad y prestigio al conjunto.

4. Aprendizaje en equipo. No basta con que los directivos se reciclen con costosos másters; toda la estructura debe participar de una formación continua para remar juntos hacia la excelencia.

5. Quinta disciplina: modelo sistémico. En las organizaciones, los componentes están relacionados entre sí como una gran cadena, en la que cada individuo es un eslabón. Porque en realidad nada está aislado y porque a veces el cuidado del detalle, de lo más pequeño, puede ser la clave para el éxito o el fracaso final de un proceso.

Como dice el cuento: por un clavo mal clavado se perdió una herradura, por una herradura que saltó, el caballo se rompió la pierna, con su pierna rota el caballo cayó, al caer el caballo, cayó el general que lo montaba, al caer el general, fue herido y apresado, al ser herido y apresado el ejército del general perdió la batalla, y al perder esa batalla, el país del general perdió la guerra... y todo por un clavo mal herrado. Con un buen herrero, todo se hubiera evitado.

¿Cuál es nuestra cadena?

La inmensa mayoría de los proyectos ponen en juego a otras personas de las que dependemos para llegar a buen puerto. Por mucho que apliquemos el modelo sistémico y nos integremos a nuestros compañeros de travesía para lograr objetivos comunes, el viaje hacia la isla del tesoro depende de la calidad de la tripulación que hayamos escogido.

En este sentido, podemos tener dominio personal y confianza en nuestras posibilidades para llegar a la meta, compartir incluso nuestra visión con la gente que nos acompaña; pero si no sabemos elegir bien nuestros compañeros de cuerda, el miedo o prejuicios de uno pueden arrastrar al grupo al mar.

Por eso es muy importante ser cuidadosos con quienes compartimos nuestros sueños, ya que hay personas que se dedican a martillearlos desde una envidia y resentimiento de los cuales ni siquiera son realmente conscientes.

¿Qué nos une?

La pregunta esencial que prácticamente nunca nos hacemos cuando trabajamos en equipo es: «¿Qué nos une?».

Cuando emprendemos una aventura juntos, cualquiera que sea, es esencial saber cuál es su sentido y -su trascendencia. Es necesaria una visión compartida -para que se generen sinergias y la cooperación sea posible.

Un viejo adagio dice:

Puedes obligar a otros a que te oigan, 
pero no a que te escuchen; 
puedes obligarlos a que te aplaudan, 
pero no a que te emocionen; 
puedes obligarlos a que te elogien, 
pero no a que te admiren;
puedes obligarlos a que te cuenten un secreto,
pero no puedes obligar a que confíen en ti.

Tan importante como descubrir qué nos une sería saber qué nos separa de las personas con las que compartimos, día a día, las mejores horas de nuestra vida.

Si nos centramos en el mundo de la empresa, veremos que en la mayoría de los equipos los conflictos roban una energía preciosa que acaba socavando la motivación de todo el grupo.

Esta fobia tan común, y no exclusiva del mundo laboral, nace de una incapacidad para confrontar los problemas y diferencias que surgen cotidianamente.

Temer que otros ocupen nuestro lugar revela una baja autoestima por parte de quien la padece; la persona se siente vulnerable y prescindible, y, por lo tanto, opta por la agresividad para defender lo conseguido.

No obstante, con esa actitud sólo logramos desacreditarnos ante los demás. En vez de proyectarnos al futuro con escenarios de pérdida, lograremos enderezar nuestro rumbo y aspirar al éxito si volvemos a la pregunta fundamental: ¿qué nos une?

El valor de compartir ideas

En un primer mundo que ha visto cómo las fábricas se deslocalizan para abaratar costes, nuestro patrimonio para salir adelante son las ideas. Occidente no puede producir más barato que las economías emergentes, pero puede vender innovación para satisfacer nuevas necesidades en un planeta cada vez más complejo.

El gran reto sigue siendo cómo lograr que las ideas, nuestra mejor divisa, no se estanquen en recipientes individuales sino que se fecunden entre sí, asociándose unas a otras.

Un maestro en la difusión y comercialización de nuevas ideas, Richard Branson, opina que «la clave de una empresa creativa es escuchar todas y cada una de las ideas que surgen de los empleados, y ofrecerles nuestro feedback para que se sientan valorados».

Cuando esa corriente creativa no funciona, los empleados más valiosos acaban abandonando la nave debido a la frustración que les produce no ser escuchados. Por eso es tan importante la interacción en todos los niveles de una organización que, al final, depende del impulso de cada uno de sus miembros.

La puesta en común de ideas, en cualquier caso, no siempre es fácil. Incluso si los cargos directivos favorecen este tipo de comunicación, pueden producirse fricciones cuando el autor de una idea ve cómo ésta es rechazada por un jefe o bien por el grupo.

Tomado de manera personal, podemos confundir el rechazo a una idea con el rechazo hacia nuestra propia persona, con lo cual volveremos a las posiciones defensivas que no dejan que fluya el talento.

Un experimento revelador

Para que un equipo haga cosas importantes, los tripulantes deben sentirse valorados individual y colectivamente.

La prueba de que un clima de confianza permite superar los propios límites es lo que sucedió recientemente en una escuela estadounidense de secundaria. A causa de un error informático, se cruzó la información que debían recibir los profesores del centro antes de empezar el curso. Un grupo de estudiantes brillantes fueron calificados de perfil bajo, mientras que los alumnos a los que correspondía esta observación fueron calificados como excelentes. El resultado fue que los primeros retrocedieron en su rendimiento, y los considerados por error buenos estudiantes experimentaron un gran progreso, porque el profesorado les había transmitido buenas expectativas.



Del libro:
El mapa del tesoro
Álex Rovira/
Francesc Miralles
Fotografía tomada de internet

jueves, 24 de febrero de 2022

MAPA DEL TESORO: HERRAMIENTAS


El mapa de nuestra mente

El mapa mental fue creado por Tony Buzan, escritor y consultor educativo, para mejorar las capacidades mentales. Sus estudios sobre el procesamiento de la información y sobre la estructura y el funcionamiento de las neuronas confirmaron sus teorías y dieron como resultado esta herramienta al alcance de cualquiera.

El cerebro funciona de forma asociativa y lineal: toda palabra e imagen tiene asociadas otras combinaciones de palabras e imágenes, y así sucesivamente. Utilizando el mapa mental estamos siguiendo el patrón de pensamiento y fomentando el aprendizaje y la creatividad, además de ayudar a mantener activo todo el cerebro, ya que con él combinamos ambos hemisferios: el izquierdo, encargado de la lógica y de ordenar las ideas, y el derecho, generador de éstas.

Nuestra mente está acostumbrada a trabajar con asociaciones y de hecho las hace de forma inmediata. Con esta técnica le ofrecemos un medio donde puede expresarse de forma más rápida y cómoda que utilizando palabras o frases, ya que nuestra mente no trabaja de forma esquemática. 

Brainstorming sobre el papel

Un mapa mental puede utilizarse a la vez con una lluvia de ideas. Pueden desarrollarse nuevos conceptos, solucionar problemas, tomar apuntes, estudiar para exámenes, memorizar materia... Hay miles de posibilidades.

Para hacer un mapa mental sólo necesitaremos un papel en blanco lo más grande posible, lápices, tizas de colores, postit de colores...

En medio de la hoja escribiremos o dibujaremos el concepto o idea principal, que debe ser clara y llamativa.

Podemos encontrar esta idea preguntándonos lo siguiente: ¿qué estamos buscando?, ¿cuáles son nuestros objetivos?, ¿y nuestros interrogantes? Reflexionaremos brevemente sobre ella y dibujaremos un círculo a su alrededor.

Fuera del círculo escribiremos o dibujaremos otras ideas importantes; nunca nos detendremos a pensar ni nos quedaremos ideas en la cabeza para encontrar una palabra mejor.

Tenemos que dejar espacio en blanco por si después queremos añadir algo; un mapa mental siempre está abierto a cambios. Hay que trabajar rápido y de forma concentrada en lo que estamos haciendo, revisando el trayecto, dando color a los temas diferentes y resaltando aquellos más importantes.

Debemos continuar hacia el exterior e ir extendiéndonos a los límites sin importar hacia dónde nos conduzca.

Llegará un momento en que el propio desarrollo nos detendrá.

Luego descansaremos, dejando reposar el mapa para luego volver a revisarlo. El mapa será un documento de aprendizaje y desarrollo personal que podremos guardar y utilizar siempre que lo necesitemos. 

Utilizando esta técnica es posible representarse y organizar de forma sencilla y espontánea cualquier problema o situación, tema o idea, y nuestro cerebro podrá asimilarla con la misma facilidad con que nosotros la dibujamos, porque tiene el mismo aspecto que un pensamiento. De este modo, nuestras ideas se crean, conectan y crecen de forma natural, sin barreras ni límites. El mapa mental nos ayuda a reflexionar sobre nuestra situación de una forma relajada, sin esfuerzos, y podremos encontrar soluciones gracias a la conexión de aquello que naturalmente está ligado.

Nuestra propia isla del tesoro

De niños imaginábamos qué seríamos cuando fuéramos mayores, jugábamos y fantaseábamos con nuestra casa y familia, con el coche que conduciríamos y si viajaríamos a países exóticos; pero cuando crecemos olvidamos qué significa jugar y nuestros sueños quedan enterrados en el fondo de nuestro corazón, asomando la cabeza de vez en cuando y suspirando porque les prestemos atención.

Nunca olvidamos nuestros deseos; quizá algunos cambian con la edad, pero en nuestro fuero interno existe una vocecita que continúa fantaseando con ello. Pero ¿por qué dejar de soñar? ¿Por qué no continuar jugando? ¿Por qué no dibujar nuestro propio mapa del tesoro?

El mapa del tesoro es una técnica y un ritual que nos ayuda a focalizar nuestros pensamientos y nuestra atención hacia las metas que nos interesan. Es decir, nos señaliza el camino hacia lo que para nosotros es valioso.

Al dibujar y ramificar nuestras metas utilizando el mapa mental, si lo tenemos a la vista a diario nuestra idea estará más cerca de materializarse, ya que tomaremos conciencia de lo que hemos plasmado en el mapa del tesoro.

Cuando elaboremos este mapa del tesoro debemos permitir que nos llene de energía e imaginación. Debe ser una invitación a pensar en nosotros mismos y definir cuáles son nuestros intereses, actividades, deseos, metas...

Según los expertos, el centro del mapa del tesoro debe ser una imagen poderosa que represente nuestro mayor deseo con sus ramificaciones. Se trata de un collage, un mural que muestra las etapas hacia nuestra isla del tesoro, la meta que nos hemos fijado alcanzar.

Durante la construcción del mapa debemos actuar como niños que juegan, ya que se trata de un ritual de renovación y cambio. Cuando dibujemos nuestro mapa, estaremos dejando atrás nuestros temores para empezar una vida nueva.

Cuando lo contemplemos por las mañanas y antes de acostarnos debemos sentir que ésa es nuestra vida. Todo lo que redactemos en el mapa del tesoro deberá estar escrito en presente, y podremos dejar algún espacio en blanco para añadir algo en un futuro. Debe colocarse en un lugar bien visible hasta que hayamos completado la travesía, momento en que podremos deshacernos de él.

Sin embargo, como remarcábamos al principio del libro, ningún mapa del tesoro debe ser un objeto de contemplación, sino un disparador para la acción, como nuestros antepasados cazadores cuando dibujaban en las cuevas las piezas que iban a cobrar.

Una vez que tenemos claro el objetivo, hay que salir a cazar.



Del libro:
El mapa del tesoro
Álex Rovira/
Francesc Miralles
Fotografía tomada de internet

sábado, 25 de mayo de 2019

CARTOGRAFIAR LA ISLA DEL TESORO


Aprender a aprender es la habilidad más importante de la vida.
Tony Buzan 

Un inversionista estadounidense dijo una vez a un hombre que le daba un grueso dossier para un negocio: «Sólo confío en las ideas que caben detrás de una tarjeta de visita». 

Cuando elaboramos cualquier proyecto, sea empresarial o personal, es importante representar de forma muy simple aquello que nos proponemos. Sólo así podremos hacer una hoja de ruta, lo que en este libro denominamos «mapa del tesoro», con las diferentes etapas que nos conducirán hacia el objetivo que nos hemos fijado. 

En esta línea, lo que el psicólogo británico Tony Buzan ha bautizado como mind maps, «mapas mentales», es un método para identificar nuestros deseos y planificar cómo cumplirlos. Estas hojas de ruta ya habían sido utilizadas por los pensadores clásicos o incluso por el místico Ramon Llull. Buzan asegura que la mente «lee» una hoja de notas globalmente, en vez de linealmente. Por este motivo desarrolló una técnica para representar de forma visual el tema principal y las diferentes ideas o derivaciones como ramas. 

Un mapa del tesoro es la representación de un objetivo que para nosotros es muy valioso. Sobre todo si se trata de un hito difícil de lograr, no tener un plan de acción, paso a paso, nos puede hacer abandonar nuestro propósito. Por eso es importante trazar un plan, dibujar en nuestro mapa los caminos que nos pueden llevar hacia el objetivo, indicando las diferentes etapas y también los peligros y dificultades que podemos encontrar en nuestro camino. 

Cuando no sabemos por dónde empezar, esta técnica no sólo nos ayuda a encontrar la salida y nos guía en esos momentos de confusión, sino que también nos enseña a desarrollar las herramientas necesarias. 



Del libro:
El mapa del tesoro
Álex Rovira/
Francesc Miralles
Fotografía tomada de internet
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