miércoles, 5 de julio de 2017

ACEPTACIÓN


Absorción 
Libertad 
Plegaria 
Divinidad 
Totalidad

El todo es naturaleza. Digo el todo: no só­lo los árboles, no sólo las nubes. El todo. Sea lo que sea lo que sucedió, ocurrió a causa de la naturaleza. No hay nada que no sea natu­ral: no puede haberlo pues, de ser así, ¿cómo se habría producido? Todo es natural. Entonces, no crees una división: esto es natural y esto no lo es. Sea lo que sea, es natural. Pero la mente se maneja con distinciones, con divisiones. No permitas divisiones; acepta lo que sea, y acép­talo sin analizarlo.

Ya sea que estés en el mercado o en las co­linas, estás en la misma naturaleza. En algunos sitios, la naturaleza ha tomado forma de colinas y árboles; y, en otros sitios, se ha transformado en tiendas comerciales.

Una vez que conoces el secreto de la acepta­ción, hasta el mercado se torna hermoso. El mercado tiene cierta belleza: la vida que reina en él, la actividad, la hermosa locura que circu­la a su alrededor. ¡Tiene su belleza propia! Y re­cuerda: las colinas no serían tan hermosas si no existieran los mercados. Las colinas son tan be­llas y silenciosas porque existe el mercado co­mercial. Éste les aporta silencio a las colinas.

Es decir que, en todas partes (ya sea que es­tés en el mercado, o haciendo "Hace Krishna, Hare Rama", o sentado en silencio debajo de un árbol), tómalo como un solo espacio, no lo dividas. Y cuan­do estés bailando, haciendo "fiare Krishna, Hare Rama", ¡disfrútalo! Es la forma en que estás floreciendo en este pre­ciso instante. "Hare Krishna, Hare Rama" puede convertirse en un florecimiento para ti; se ha transformado en un flore­cimiento para muchos. Cuando Chaitanya Mahaprabhu esta­ba danzando por los pueblos de Bengala y haciendo su cán­tico "fiare Krishna, Hare Rama", fue un florecimiento. Fue una de las cosas más hermosas que hubiera ocurrido jamás. No sólo es Buda sentado bajo un hermoso árbol bodhi; un Chaitanya Mahaprabhu danzando en las calles con "fiare Krishna, Hare Rama" también es hermoso. Es lo mismo, só­lo que en el polo opuesto.

Puedes sentarte debajo de un árbol y puedes olvidarte de ti mismo tan completamente como si hubieras desaparecido. Puedes bailar en la calle y estar tan absorto en tu cántico, en tu canto, en tu danza, tan absolutamente como si hubieras desaparecido. El secreto es la completa absorción, donde­quiera que ocurra.

Les ocurre a diferentes personas de diversas maneras. No podemos imaginar a Buda bailando; no era su estilo, él no era del tipo bailarín. Tal vez sí sea tu estilo, así que no te obligues a sentarte debajo de un árbol bodhi, si no quieres tener problemas. Forzarte y sentarte debajo de un árbol se­ría violento. Tu rostro ya no sería como el de Buda; sería un rostro torturado, sería una autotortura.

Encuentra la forma en que se mueve tu nube, por dónde navega, y otórgale completa libertad para desplazarse y navegar. Adondequiera que vaya, llegará a lo divino. Simplemente, no luches; flota. No empujes el río; flota con él. Una danza es her­mosa, pero debes estar completamente metido en ella: ése es el punto. No rechaces nada; el rechazo es irreligioso. Acepta completamente; la aceptación es una plegaria.


Referencia:
El dios de todos (Osho)
Un camino espiritual para descubrir a Dios
Fotografía tomada de internet

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