Sombrero en mano, acuden los campesinos a la iglesia donde duerme San Matías.
Las lluvias y los carnavales llegan juntos a las islas Canarias. Cuando las lluvias faltan a la cita, y las tierras se mueren de sed, los campesinos se juntan en la iglesia, se persignan con todo respeto, despiertan al santo dormido y se lo llevan alzado en procesión. A la orilla de un precipicio, lo bambolean:
—O llueves de una vez, o vas a parar al fondo del despeñadero.
Tomado de:
Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet
Cuentos de Galeano en la Jornada
Eduardo Galeano
Fotografía de internet
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