miércoles, 12 de abril de 2017

INOCENCIA


Sannyasin 
Renacimiento 
Automatización
Eficiencia 
Desatención 
Conciencia

Vuélvete un sannyasin, alguien inocente, renacido, limpio, que se mete momento a momento en lo desconocido. Entonces, po­drás compartir.

Todo el proceso de la educación del hombre, la cultura, los condicionamientos van en senti­dos opuestos: se te enseña cómo ser astuto y hábil. Se te enseña lo mental, nunca se te trans­mite la inocencia. Se te enseña la automatiza­ción (debes recordar esta palabra), se te hace cada vez más automático, pues entonces te vuelves cada vez más eficiente.

Aprendes a manejar: al principio, es difícil. La dificultad no está en el manejo, ni en el coche, ni en ninguna otra cosa. La dificultad está en ti, pues debes estar alerta. Al principio, tienes que estar alerta; el peligro está latente. Debes ser consciente todo el tiempo de lo que haces. Tie­nes que prestar atención al tránsito, a la gente que pasa, al mecanismo; tienes que prestar atención al embrague, a la velocidad, al volan­te y a todo. Debes prestar atención a tantas co­sas, que tu mente no puede continuar su ruti­nario monólogo interior. Debe prestar atención. Esto genera el problema.

Más tarde, tras algunos días, se te hace auto­mático. Ahora, las manos hacen su trabajo, las piernas el suyo, el auto y tú son parte de un solo mecanismo, y tu mente puede continuar con su monólo­go interior. Esto es lo que quiero decir cuando digo "auto­mático". Ahora, tu cuerpo es un mecanismo: funciona. Tú serás necesario sólo en raras ocasiones. Si va a producirse un accidente, de pronto serás necesario. Entonces, tu proce­so de pensamiento tendrá que detenerse. De repente se pro­ducirá un golpe, todo el mecanismo de tu cuerpo temblará y tendrás que estar allí, tendrás que prestar atención. Pero éstos son momentos raros. Cuando no es así, puedes conti­nuar: puedes fumar, puedes cantar, incluso puedes hablar con alguien; puedes escuchar la radio o seguir con tu mo­nólogo interior: no hay necesidad de estar allí; el manejo se te ha hecho automático.

Pero entonces la eficiencia es mayor porque, si necesitas estar atento todo el tiempo, no puedes ser muy eficiente, no puedes manejar muy rápido, pues no sabes cómo mantener­te atento. Por este factor, porque la gente no está atenta, vi­ven vidas inconscientes. La sociedad les ha enseñado un tru­co: enseña a la gente a automatizar más y más cosas. Toda la educación escolar no hace más que automatizar aprendi­zajes en los niños. El lenguaje, la matemática: todo se vuel­ve automático. Puedes hacerlo sin preocuparte por ello, pues se transforma en algo mecánico.

Cuando digo que debes volverte inocente, esto alu­de a una desautomatización. Significa que, aquello que hagas, lo hagas con plena conciencia. Si estás manejando un auto, únicamente maneja y trans­fórmate en el manejo: no hagas nada más, no con­tinúes tu monólogo interior. Comprométete y man­tente atento con tal profundidad que no exista cho­fer, sino sólo manejo plenamente consciente, es di­fícil; por eso las sociedades no se preocuparon por esto. Sólo los individuos pueden atravesar un sen­dero tan arduo Haz todo con plena conciencia. Po­co a poco, tus automatismos corporales desapare­cerán, y te desprenderás de estas automatizaciones. Entonces, florecerá la inocencia.


Referencia:
El dios de todos (Osho)
Un camino espiritual para descubrir a Dios
Fotografía tomada de internet

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