martes, 28 de abril de 2015

EL VALOR DE LA REALIDAD


Jesús enseña lo que es la vida y, por ella, cómo es el Padre, su creador.

¿Qué colegios conocemos nosotros que usen, como texto, el hombre, la comunicación, el respeto y cómo es la vida y cómo se debe de respetar a los hijos y prepararlos para que sean felices?. Comenzamos con unos medios para llegar a un fin, pero en seguida olvidamos el fin para quedarnos enredados en los medios; al final hacemos un fin de los medios. Absolutizamos el medio.

La espiritualidad — como la flor — ha de mostrar simbólicamente la realidad, cuidando que no nos quedemos en los símbolos y matemos al Mesías. El símbolo no es lo sagrado — como no es sagrada la flor — lo sagrado es la realidad que descubre. Es el perro el que mueve él rabo, no podemos quedarnos fijados en la cola creyendo que es ésta la que mueve al perro.

Dios no se encuentra en el templo, sino en la vida. La oración se hace para que tengas cada vez más conciencia de ti. La religión puede ser de gran ayuda mientras no la hagas más importante que Jesucristo. «Al leer mi poesía de Dios no te dejes llevar por la idolatría» — dice Tagore —. Por esa idolatría la gente sigue crucificando al Mesías. Dios es el Misterio.

Cuando el hombre se hace «religioso» es capaz de cometer las mayores crueldades por defender un concepto de «verdad» creyendo qué cumple «la voluntad de Dios». El comunista indoctrinado se molesta mucho cuando se critica al comunismo. Los religiosos indoctrinados también se molestan cuando se critica la religión. Ellos se creen no sólo los poseedores de la «verdad», sino los vengadores y justicieros de quien no la cumple. Se sienten los guardianes de Dios, sus abogados, y en nombre de esa fanática creencia, hay que reconocer las enormes crueldades que se producen aún en los conventos. Se hace de una forma inconsciente, creyendo que se hace un servicio a Dios.

Es preciso que despertemos a esta realidad de que la religión no existe — y puede ser muy dañina — si en ella no está la realidad, la vida. Porque sólo la vida y la realidad nos muestran la verdad.

También Pablo fue cruel inconscientemente, por fanatismo, creyendo que hacía un servicio a Dios. Era su programación la que le guiaba, y ponía todo su entusiasmo y su fuerza en ello. Pero él fue golpeado y despertado por la realidad que lo tiró del caballo y le dio la luz. Es la realidad la que nos tiene que despertar. Si hay tanta crueldad en el mundo es porque nos falta sensibilidad para despertar a la verdad. Caernos del caballo del poder y la violencia para dar de cara al suelo de la realidad y despertarnos a la luz de la verdad.

Extracto del libro:
La Iluminación es la Espiritualidad
Anthony de Mello
Fotografía de internet

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