domingo, 30 de junio de 2013

SOLIDARIDAD DE IDA Y SOLIDARIDAD DE VUELTA


Para mí, hay por lo menos dos tipos de solidaridad. Hay una solidaridad que yo llamo de ida y otra que llamo de vuelta. Porque estoy seguro de que hay dos maneras de querer ayudar al prójimo.

En la solidaridad de ida, lo que sucede es que veo al otro que no tiene, veo al otro que sufre, veo al otro que se lamenta, y entonces me pasa algo. Por ejemplo, me pasa que me doy cuenta que yo podría estar en su lugar y me identifico con él, y siento el miedo de que me pase lo que a él le está pasando. Entonces lo ayudo.

Me vuelvo solidario porque me da miedo que me pase a mí lo que le pasa a él.

Esta ayuda está generada por el miedo que proviene de la identificación y actúa como una protección mágica que me corresponde por haber sido solidario. Es la solidaridad del conjuro. Una ayuda “desinteresada” que, en realidad, hago por mí. No por el otro.

Pariente cercana de esta solidaridad es la solidaridad culposa, aquella que se genera de la nefasta matriz de algunas ideas caritativas... Cuando veo al que sufre y padece, un horrible pensamiento se cruza por mi cabeza sin que pueda evitarlo: “Qué suerte que sos vos y no yo”.

Y decido ayudar porque no soporto la autoacusación que deviene de este pensamiento.

Otra razón de ida es que yo crea en una suerte de ley de compensaciones. Se anda diciendo por ahí que, si te doy, en realidad me vuelve EL DOBLE...

Hay gente que sostiene con desparpajo que da porque así va a recibir. Es la solidaridad de inversión.

Esto no quiere decir que no suceda, pero en todo caso es una razón de ida.

Existe también una solidaridad obediente, que parte de lo que mi mamá me enseñó: que tenía que 
compartir, que no tenía que ser egoísta y tenía que dar... Estoy satisfaciendo a mi mamá, o al cura de mi 
parroquia, o a la persona que me educó. Estoy haciéndole caso, no sé si me lo creo, pero así me enseñaron y
así repito. Nunca me puse a pensar si esto es lo que quiero hacer. Sólo sé que hay que hacerlo, y entonces lo 
hago. Esta es la solidaridad más ideológica, más ética y más moralista, pero de todas maneras es de ida.

Por último, existe una solidaridad que yo llamo la solidaridad de “hoy por ti mañana por mí”; la que piensa 
en la protección del futuro. Desde el imaginario futuro negro aseguro que si me toca, algún otro será solidario 
conmigo, cuando yo esté en el lugar del que padece.

Cualquiera sea el caso, de conjuro, culposa, de inversión, de obediencia o de “hoy por ti, mañana por mí”, 
toda esta solidaridad es de ida y, por supuesto, no tiene nada de altruista.

Y ahora yo sé que puedo elegir dar o no dar.
Entonces, conquisto el espacio donde todo esto no es más... importante.
Conquisto lo que yo llamo la autodependencia.
Y ahí descubro que mi valor no depende de la mirada del afuera.
Y me encuentro con los otros, no para mendigarles su aprobación, sino para recorrer juntos algún trecho 
del camino.

Y descubro el amor y, con él, el placer de compartir.

Acá es donde aparece la segunda posibilidad de ser solidario.
Acá me encuentro con alguien que sufre y descubro el placer de dar.
Y doy por el placer que me da a mí dar.
Esa es la solidaridad del camino de vuelta.

Del libro:
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay

TODAVÍA ME MIRA, TODAVÍA PREGUNTA POR MÍ


Distorsión cognitiva: Minimizar los defectos de la pareja o la relación, impiden alcanzar la posición realista mencionada, y fortalece irracionalmente la conducta del apego.

NOVENA EXCUSA. "Todavía me mira”,“Todavía pregunta por mí”

La necesidad de mantener el amor a toda costa, puede llevar a interpretar ciertos hechos aislados como indicadores de que todavía hay amor. Una llamada telefónica de la persona que “supuestamente” nos ama, puede estar motivada por muchas cosas distintas al amor: una simple nostalgia pasajera, confirmar un chisme, sentimientos de pesar o de culpa. Uno de mis pacientes, recién separado, interpretaba las llamadas de su ex mujer para pedirle dinero como indicios de reconciliación: “Creo que le estoy haciendo falta”. Sus ilusiones terminaron abruptamente cuando le llegó una demanda por alimentos.

Una mirada puede significar que todavía le gustas a tu “ex”, pero eso nada tiene que ver con el afecto. Puede tratarse de “atracción recordatoria”, reminiscencias hormonales o incluso estéticas. Una mirada puede estar originada en la intriga de ver “cómo se vistió o con quién anda. Si la mirada está impregnada de picardía y seducción, es posible que haya algo más, pero no significa necesariamente proximidad afectiva.

De manera similar, si preguntan por ti el motivo puede ser pura y simple curiosidad. Antes de entusiasmarte, asegúrate de la razón. Una de mis pacientes se alegraba muchísimo de que su ex novio (que la había dejado por otra después de cinco años de noviazgo, sin previo aviso y a “palo seco”) indagara de vez en cuando por ella. La duda se había vuelto preocupante y metódica: “¿Por qué pregunta por mí?”, “Si ya no me quiere, ¡por qué anda averiguando cosas mías?”. La mala interpretación la llevaba a vislumbrar rastros de un afecto que había dejado de existir hace tiempo. Cuando le pedí que eliminara la incertidumbre, se quitara el dilema de encima y hablara con él, accedió. El experimento fue muy productivo, aunque doloroso. Descubrió que el supuesto “interés” del amor de su vida, no era otra cosa que una forma de expiar la culpa por haberla abandonado. El hecho determinante y cruelmente definitivo fue cuando él decidió hacer de Cupido: “Yo sé que no soportas la soledad y quiero ayudarte…Me gustaría presentarte un amigo que llegó de estados Unidos y quiere conocer gente…”. A veces hay que sujetar al toro por las astas y destruir las quimeras que nos impiden enterrar la relación. La estrategia más recomendable en estos casos es cambiarse inmediatamente de carril: eliminar la angustia de la espera: “ojalá fuera posible”, por el sufrimiento realista de la sana resignación: “No hay nada que hacer”.

El amor no es un mapa de indirectas y claves que hay que descifrar las veinticuatro horas para saber cuándo, dónde y cómo nos van a amar. En una buena relación no hay mucho que traducir porque se habla el mismo idioma, y aunque existen dialectos, son variaciones de una misma lengua. La mejor manera de ser un buen decodificador afectivo es conectar la antena a tierra.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

sábado, 29 de junio de 2013

TÚ TIENES EL PODER


¿QUÉ PUEDO HACER PARA OLVIDAR A MI EX-NOVIA?


ESTA ES TU VIDA


NO ES TAN GRAVE


Distorsión cognitiva: Minimizar los defectos de la pareja o la relación, impiden alcanzar la posición realista mencionada, y fortalece irracionalmente la conducta del apego.

SÉPTIMA EXCUSA.“No es tan grave”

El mecanismo utilizado en estos casos es el de mermar las deficiencias, minimizando las consecuencias. O sea: “Nada es tan grave” ó “Mi tolerancia no tiene límites”. Un adicto afectivo disfrazado de buen samaritano, buscando retener a su pareja a como dé lugar.

Una mujer le quitaba toda importancia al hecho de que su flamante marido llevara casi treinta años y se hubiera casado cuatro veces. Sus reflexiones era dos: “El amor no tiene edad” y “La separación no es mala”. Cuando se le dijo que el amor sí tenía edad, porque envejecía, y que la gente se separaba pero no tanto como su futuro esposo, negó toda posibilidad de cuestionamiento: “No me parece tan grave…Algún defecto tenía que tener”. Al año y medio no pudo más y se separó: “No hay quinto malo”. En otro ejemplo, un señor que era agredido por su mujer manifestaba que el maltrato era “leve” porque solamente se limitaba a insultos, empujones y escupitajos. Una de mis pacientes porque salía a fumar al patio para que los niños no lo vieran.

Decir que nada es importante significa eliminar de cuajo las aspiraciones, los deseos y los principios personales. La flexibilidad es buena, siempre y cuando no se quiebre la propia individualidad. El aguante por el aguante siempre huele a rancio y termina por subir los umbrales de la tolerancia a límites indecentes. La docilidad es la estrategia ideal para los que no quieren o no pueden independizarse. Nos guste o no, hay cosas que sí son graves, insoportables y radicalmente no negociables. El color de rosa indiscriminado y sensiblero es un invento de los que no quieren ver.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

viernes, 28 de junio de 2013

HASTA QUE LO INTENTAS...


NO RECUERDO QUE HAYA HABIDO NADA MALO


Distorsión cognitiva: Minimizar los defectos de la pareja o la relación, impiden alcanzar la posición realista mencionada, y fortalece irracionalmente la conducta del apego.

OCTAVA EXCUSA. “No recuerdo que haya habido nada malo”

Algunas personas dependientes manifiestan una clara distorsión a la hora de recuperar información: se olvidan de los problemas y recuerdan solamente las buenas cosas de la relación.

Cuando maximizamos los aspectos positivos de la relación, minimizamos las dificultades. Cuando negamos el pasado conflictivo de la convivencia afectiva, nos mentimos a nosotros mismos. Un análisis adecuado no debe excluir los datos negativos. “Mi vida de pareja fue perfecta”, es una forma de esconder la mugre bajo el tapete. No sólo porque la perfección interpersonal no existe, sino por la obvia intención de ocultamiento. Maquillar las desdichas del pasado para que parezcan más llevaderas y menos sufribles, no hará que mejoren. Cuando ciertos individuos dicen con orgullo: “Nuestra vida afectiva ha sido un lecho de rosas”, yo me pregunto: ¿Y de las espinas, qué? Plutarco decía: “El amor es tan rico en miel como en hiel”. Ocultar los síntomas hace que la enfermedad pase desapercibida y empeore.

Si estás en el plan de terminar una mala relación, no puedes olvidar las experiencias negativas. Por el contrario, las debes incorporar con beneficio de inventario. No se trata de magnificarlas y volverse obsesivo (el odio no es lo opuesto del amor), sino de darles el puesto que se merecen. Si su pareja te ha maltratado, ha sido infiel o te ha explotado en algún sentido, estos hechos cuentan (¡y de qué manera!), a la hora de tomar decisiones. Negar o evitar esa realidad te conduciría indefectiblemente a repetir los mismos errores en otras relaciones.

Esculcar en el pasado afectivo de una relación perniciosa, sin ensañarse con el otro y dejando a un lado el resentimiento, puede resultar benéfico y saludable para los que ya están cansados de sufrir. No se trata de maquinar venganza o tomar desquite, sino de ver hasta qué punto se justifica invertirle energía positiva a un amor en decadencia.

No resignarse a la pérdida (1):

Creer que todavía hay amor donde no lo hay Un mal duelo, es decir, la no aceptación de una ruptura o una pérdida afectiva, puede estar mediado por lo que en psicología se conoce como correlaciones ilusorias. En determinadas circunstancias, podemos establecer nexos causales entre dos eventos que no están relacionados sino en nuestra anhelante imaginación. Estas “malas lecturas” o interpretaciones erróneas son muy comunes en sujetos que, habiendo terminado una relación, insisten testarudamente en ver amor donde no lo hay. Algo así como Recuerdos del futuro, en versión Corín Tellado.
Los esquemas más comunes que alimentan la confianza de recuperar el amor perdido son: “Aunque no estemos juntos, todavía me quiere” (optimismo obsesivo perseverante). “Después de tanto tiempo es imposible que haya dejado de amarme” (costumbrismo amoroso) y “Un amor así nunca se acaba” (momificación afectiva).

Este abanico de creencias está guiado por la ilusión de permanencia y el anclaje al pasado. La idea central es que ciertas relaciones pueden mantenerse inalterables, invariables y resistentes a los embates de la vida, como si estuvieran en conserva. Un amor en formol.

El romanticismo a ultranza genera en la gente que lo padece un limbo afectivo, del cual se niegan a salir, y un rechazo categórico a aceptar la ruptura. El famoso dicho popular: “Donde hubo fuego, cenizas quedan”, parece regir la vida de muchos adictos afectivos. Aunque en estos casos quedaría mejor decir: “Donde hubo fuego, quemaduras quedan”, y a veces de tercer y cuarto grado.
Movidos por el afán, no siempre conciente, de verificar la vigencia del lazo afectivo, las personas apegadas comienzan a recabar datos confirmatorios, desconociendo que, en ciertas ocasiones, tal como decía Chejov, la durabilidad de la unión entre dos seres no necesariamente indica amor o felicidad, pues puede estar fundamentada en cualquier otro sentimiento como interés, miedo, pesar o, incluso, odio.


Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

DECÁLOGO DE LAS ANTIDECEPCIONES



*
Dos viajeros se encaminaban a un destino muy deseado. El trayecto fue largo, a veces feliz, a veces cansado, con tramos cuesta arriba y tramos cuesta abajo, pero juntos y con paciencia seguían adelante… Cuando faltaban pocos metros para alcázar la meta, encontraron un cartel en el que leyeron:
“Camino temporalmente cortado”

Se sintieron sorprendidos, desconcertados, frustrados, abatidos… pero de pronto se abrazaron y recordaron algo que un maestro les enseñó: “el decálogo antidecepciones”:

1.- No hay un solo sendero para llegar a la montaña, por muy seguro que estés de que el camino elegido es el mejor, no descartes otras posibilidades. Agudiza el ingenio para descubrirlas.

2.- Conserva la esperanza. Puede que el último minuto contenga una sorpresa.

3.- El hecho que hoy maldices, mañana puede que lo bendigas. Cada episodio de vida es como un chiste, ¡no lo entiendes hasta el final!

4.- Analiza las resistencias internas y los obstáculos externos que se interponen entre tú y tu deseo. Resuelve lo posible y acepta lo imposible.

5.- Si tu deseo no llega, vive como si ya estuviese cumplido, visualízalo, hazle un hueco en tu quehacer diario, imita la emoción de haberlo conseguido y atraerás la experiencia del logro.

6.- No tengas prisa, haz lo que puedas y confía en lo que un guionista amoroso y sabio tiene preparado para ti.

7.- Conecta y acepta tu emoción de frustración pero no te identifiques con ella.

8.- Aprende a ver en la decepción algo bello: detrás de ella está un hermoso y bienintencionado deseo al que no tienes por qué renunciar.

9.- No vivas la experiencia en soledad. Aprende a expresarte, a compartir y a recibir.

10.-Y si estás confundido y triste tras una experiencia frustrante, recréala en un cuentín.

Y los viajero sacaron su cuaderno de cuentos y se pusieron a escribir…

Al cabo de un tiempo miraron al horizonte y vieron un camino totalmente despejado. El cartel había desaparecido.

Tomado del blog
Plano Creativo

"NADIE ES PERFECTO" O "HAY PAREJAS PEORES"


Distorsión cognitiva: Minimizar los defectos de la pareja o la relación, impiden alcanzar la posición realista mencionada, y fortalece irracionalmente la conducta del apego.

Minimizar los defectos de la pareja o la relación.
Las personas apegadas tienden a reducir los defectos de su pareja al mínimo, para hacer más llevadera la relación y disminuir los riesgos de ruptura. Cuando la minimización se exagera, se convierte en negación: “Todo está bien”, “No hay problemas” ó “Todo es soportable”. El apego tiene la peligrosa propiedad de amplificar las virtudes y achicar las deficiencias según convenga. Todo el sistema de procesamiento de información se coloca al servicio del autoengaño. La estrategia es incrementar la indulgencia para que las cosas no se vean ni duelan tanto. La estrategia del avestruz.

SEXTA EXCUSA. “Nadie es perfecto” ó “Hay parejas peores”


La comparación cínica confirmatoria consiste en dar a la excepción el estatus de regla. Estas personas no ven el árbol por ver el bosque.

El típico argumento, “Los hay peores”, automáticamente quita importancia a cualquier defecto. Lo rebaja, lo aplasta o lo hace desaparecer, porque siempre es posible encontrar a alguien en peor estado. Como si la estadística, por pura comparación, tuviera la extraña virtud de embellecer lo feo y sanar lo malo.

Una de mis pacientes, altamente dependiente e insegura, aceptaba que su marido tuviera otra mujer con el pretexto de que, Todos los hombres son infieles”. Un señor pretendía justificar el alcoholismo de su esposa argumentando que toda nuestra cultura era alcohólica. Una joven adolescente se negaba a terminar una relación en la cual el novio la agredía frecuentemente, asegurando que había parejas peores y que a la mayoría de sus amigas los novios las trataban mal. El apego nos hace ver lo anormal como normal, invierte los valores y revuelca los principios.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

jueves, 27 de junio de 2013

¿ESTAS EN CRISIS?


¿Cómo se supera una crisis de cualquier tipo?

- La superas entregándote hasta llegar al fondo de esa crisis. El suelo en el que caes es el que te ayuda a levantar.

*

“En un periodo de crisis, debemos mantener la consciencia completamente despierta con el objeto de disminuir los daños.

Nos debemos entregar completamente a la crisis, porque en lo más profundo de ella se encuentra la solución.”

PRISIONES


El hombre es una tremenda libertad sin límite para su ser: Todos los límites son falsos. Por eso solo en el amor el hombre se torna sano y pleno, porque el amor elimina todos los límites, todas las etiquetas; no te encierra en categorías. Te acepta, sin importar quiénes seas.

Nadie está realmente enfermo. De hecho, es la sociedad la que está enferma, los individuos son víctimas. La sociedad necesita terapia, los individuos simplemente necesitan amor. La sociedad es la paciente y necesita hospitalización. 

Los individuos sufren porque no se puede capturar a la sociedad; permanece invisible. Al intentar atraparla, se encuentra a un individuo al que luego se hace responsable... cuando él simplemente está sufriendo, es una víctima. Necesita comprensión, no terapia; necesita amor, no terapia. La sociedad no le ha dado comprensión, no le ha dado amor. La sociedad le ha dado camisas de fuerza, prisiones. La sociedad lo ha forzado a meterse en un casillero, en una categoría, lo ha etiquetado: este es él, esta es su identidad. 

El hombre es libertad y carece de identidad. No se lo puede etiquetar -y esa es su belleza y su gloria-, no se puede decir quién es. Siempre está en desarrollo. Cuando hayas aseverado que es esto, se habrá movido. En cada momento está decidiendo qué ser: o ser o no ser. En cada momento hay una decisión nueva, una liberación nueva de vida. Un pecador puede ser un santo en un momento, y un santo puede convertirse en un pecador en un momento. El que tiene mala salud puede volverse sano y al revés en un momento. Un simple cambio de decisión, un simple cambio de percepción, de visión, y todo cambia.


Del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 145

LIBERACIÓN Y RELIGIÓN


LAS COSAS VERDADERAMENTE IMPORTANTES


martes, 25 de junio de 2013

BARRIL LLENO DE MAÍZ


Ernestina vivía en una granja en el campo.

Un día, su padre le pide que lleve un barril lleno de maíz hasta el granero de una vecina. Ernestina agarra un barril de madera, lo llena de granos hasta el borde, le clava la tapa y se lo ata colgando de los hombros como si fuese una mochila. Una vez afirmadas las correas, Ernestina parte hacia la granja vecina.

En el camino se cruza con varios granjeros. Algunos notan que hay un agujero en su barril y que una hilera de granos cae del tonel sin que Ernestina lo note. Un amigo de su padre comienza a hacerle señas para explicarle el problema, pero ella entiende que es un saludo, así que le sonríe y agita su mano en señal de amistad. De inmediato, los otros granjeros le gritan a coro:

—¡Estás perdiendo el maíz!

Ernestina se da vuelta para ver el camino, pero como los pájaros han estado levantando cada grano perdido casi antes de que tocara el piso, al no ver nada, la niña cree que los vecinos bromean y sigue su camino.

Más adelante, otra vez un granjero le dice:

—¡Ernestina, Ernestina! ¡Estás perdiendo el maíz, los pájaros se lo están comiendo!...

Ernestina se da vuelta y ve los pájaros que revolotean sobre el camino, pero ni un grano de maíz.

Entonces continúa su trayecto con el maíz perdiéndose por el agujero del barril.

Cuando Ernestina llega a su destino y abre el barril, ve que aún está lleno de granos de maíz hasta el mismo borde.

Uno puede pensar que es sólo una parábola para estimular a los mezquinos a dar, para conjurar su temor 
al vacío, y que el cuento es sólo una alegoría.
Y sin embargo, respecto del amor, nunca me vacío cuando amo.
Es mentira que por dar demasiado me pueda quedar sin nada.
Es mentira que tenga que tener sobrantes de amor para poder amar.

Ernestina es cada uno de nosotros.
Y este maíz es lo que cada uno de nosotros puede amar.
La inagotable provisión de amor.
Esto es:
No nos vamos a quedar sin maíz para los pájaros si queremos llegar con maíz al granero.
Ni nos vamos a quedar sin maíz para nosotros si les damos a los pájaros.
No nos vamos a quedar sin posibilidad de amar a los otros si nos amamos a nosotros mismos.

En verdad, nosotros tenemos para dar inagotablemente, y nuestro barril está siempre lleno, porque así 
funciona nuestro corazón, así funciona nuestro espíritu, así funciona la esencia de cada uno de nosotros.

Sea como fuere, saberme, liberarme y quererme, ¿no me deja al margen de la solidaridad?

Del libro:
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay

EL AMOR A UNO MISMO


lunes, 24 de junio de 2013

NO DEJES QUE


PRIMERO EL AMOR A UNO MISMO


“¡Porque vos hablás de autodependencia, hablás de saberse a uno mismo, hablás de la libertad... y entonces cada uno puede hacer lo que quiera y si cada uno hace lo que se le da la gana... entonces va a terminar... matando al vecino...!”

Y yo digo: la presunción de dónde termina el planteo de las libertades individuales depende del lugar ideológicamente filosófico del cual uno parta.

Hay dos posturas filosóficas que son bien opuestas. Una, que cree que el ser humano es malo, cruel, dañino, perverso, y que lo único que espera es una oportunidad para poder complicar al prójimo y sacarle lo que tiene. Y otra que dice que el ser huma-no es bueno, noble, solidario, amoroso y creativo, y que, por ende, si lo dejamos en libertad de ser quien es descubrirá lo que hay que descubrir, y finalmente se volverá el más generoso y leal de los animales de la creación.

Porque en libertad puede elegir ser solidario aunque sepa que, en realidad, no lo hace por el otro sino por él mismo.

Y éste es el egoísmo bien entendido, como yo lo diseño.

Quiero definir el egoísmo como esta poco simpática postura de preferirme a mí mismo antes que a ninguna otra persona.

La idea de que si yo soy egoísta no voy a pensar en nadie más que en mí es la idea de creer que tengo un espacio limitado para querer, una capacidad limitada para amar a alguien, y que entonces, si lo lleno de mí, no me queda espacio para los demás.

Esta idea no sólo es absurda, sino que además es absolutamente engañosa. No hay una limitación en mi capacidad de amar, no tengo límites para el amor, y por lo tanto tengo capacidad para quererme muchísimo a mí y muchísimo a los demás. Y de hecho, desde el punto de vista psicológico, es imposible que yo pueda querer a alguien sin quererme a mí.

El que dice que quiere mucho a los demás y poco a sí mismo miente en alguno de los dos casos. O no es cierto que quiere mucho a los demás, o no es cierto que se quiere poco a sí mismo.

El amor por los otros se genera y se nutre, empieza por el amor hacia uno mismo. Y tiene que ver con la posibilidad de verme en el otro.

Aquella idea tan ligada a las dos religiones madre de nuestra cultura, la judía y la cristiana, “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, es un punto de mira, un objetivo de máxima.

No es amarás “más” que a ti mismo.
Es amarás “como” a ti mismo.
Esto es lo máximo que uno puede pretender.

Del libro:
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay

ME ENAMORÉ DE LA VIDA


NO TE ATES


¿Qué hace falta para despertarse?. No hace falta esfuerzo ni juventud ni discurrir mucho. Sólo hace falta una cosa, la capacidad de pensar algo nuevo, de ver algo nuevo y de descubrir lo desconocido. Es la capacidad de movernos fuera de los esquemas que tenemos. Ser capaz de saltar sobre los esquemas y mirar con ojos nuevos la realidad que no cambia.

El que piensa como marxista, no piensa; el que piensa como budista, no piensa; el que piensa como musulmán, no piensa... y el que piensa como católico tampoco piensa. Ellos son pensados por su ideología. Tú eres un esclavo en tanto en cuanto no puedes pensar por encima de tu ideología. Vives dormido y pensado por una idea. El profeta no se deja llevar por ninguna ideología, y por ello es tan mal recibido. El profeta es el pionero, que se atreve a elevarse por encima de los esquemas abriendo camino.

La Buena Nueva fue rechazada porque no querían la liberación personal, sino un caudillo que los guiase. Tenemos el riesgo de volar por nosotros mismos. Tenemos miedo a la libertad, a la soledad, y preferimos ser esclavos de unos esquemas. Nos atamos voluntariamente, llenándonos de pesadas cadenas y luego nos quejamos de no ser libres. ¿Quién te tiene que liberar si ni tú mismo eres consciente de tus cadenas?.

Las mujeres se atan a sus mandos, a sus hijos. Los maridos a sus mujeres, a sus negocios. Todos nos atamos a los deseos y nuestro argumento y justificación es el amor». ¿Qué amor?. La realidad es que nos amamos a nosotros mismos, pero con un amor adulterado y raquítico que sólo abarca el «yo», el ego. Ni siquiera somos capaces de amarnos a nosotros mismos en libertad. Entonces, ¿cómo vamos a saber amar a los demás, aunque sean nuestros esposos o nuestros hijos? Nos hemos acostumbrado a la cárcel de lo viejo y preferimos dormir para no descubrir la libertad que supone lo nuevo.


Del libro:
La Iluminación es la Espiritualidad
Anthony de Mello

LANZAR PIEDRAS A CADA PERRO QUE LADRA


SÓLO RESPIRA


domingo, 23 de junio de 2013

EL TRAJE


ENEMIGOS FUERTES Y BRAVOS


DESPIERTA


¿Se puede decir que en estos últimos días no te has sentido como un hombre libre y feliz, sin problemas ni preocupaciones?. ¿No te has sentido así?. Pues estás dormido. ¿Qué ocurre cuando estás despierto?. No cambia nada, todo ocurre igual, pero tú eres el que ha cambiado para entrar en la realidad. Entonces lo ves todo claro.

Le preguntaron a un maestro oriental sus discípulos: «¿Qué te ha proporcionado la iluminación?». Y contestó: «Primero tenía depresión y ahora sigo con la misma depresión, pero la diferencia está en que ahora no me molesta la depresión».

Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, ni como sacrificio, ni con esfuerzo, sino por iluminación. Aceptarlo todo porque lo ves claro y ya nada ni nadie te puede engañar. Es despertar a la luz. El dolor existe, y el sufrimiento sólo surge cuando te resistes al dolor. Si tú aceptas el dolor, el sufrimiento no existe. El dolor no es inaguantable, porque tiene un sentido comprensible en donde se remansa. Lo inaguantable es tener el cuerpo aquí y la mente en el pasado o en el futuro.

LA PANTALLA


INCAPAZ DE DEJAR DE PENSAR


GHEE-RECETA


Cómo hacer Ghee - Mantequilla clarificada libre de toxinas para cocinar.


El Ghee es una grasa para cocina tradicional de la India. Es el resultado de calentar la mantequilla y eliminar las impurezas y sólidos de leche que se elevan en forma de espuma y caen al fondo como migajas. Lo que queda es una sustancia deliciosamente de color oro que tiene un sabor único a partir de mantequilla y también tiene un punto de humeo más alto y es más fácil de digerir (debido a la eliminación de los sólidos de la leche). Es popular en la cocina india, pero cada vez es más bien conocido como una grasa para cocinar en todo el mundo. Puede ser utilizado con fines medicinales.

No sólo es estable para cocinar, pero de acuerdo con el Ayurveda el Ghee también es excelente para la digestión, ya que estimula el disparador digestivo más conocido como agni.

Usos y beneficios del ghee.

- Como sustituto de la mantequilla en todas las recetas y preparaciones.
- Como sustituto del aceite para cocinar.
- Tiene un aporte calórico muy bajo y es libre de grasas trans y colesterol.
- Equilibra el tránsito intestinal.
- Resulta ideal para hidratar la piel seca y para curar quemaduras provocadas por el sol.

Hacer ghee es simple. Necesitas un poco de mantequilla (no margarina) sin sal, una olla, una gasa y una cuchara, y un poco de tiempo. Por supuesto, entre más mantequilla estás utilizando más tiempo es el que necesitarás. 

Como hacer Ghee.

Ingredientes:

* mantequilla sin sal - comenzar con 500 g (o 1 libra de mantequilla) si estás apenas aprendiendo. De lo contrario, puede hacer grandes cantidades a la vez.

Equipamiento:
- Olla mediana o grande (dependiendo de la cantidad de mantequilla)- Estopilla
- Cuchara grande de metal
- Frascos de vidrio limpios y secos para el almacenarlo.

Método:



1. Derretir la mantequilla a fuego medio en la olla.

2. Una vez derretida la mantequilla debe empezar a burbujear y a chisporrotear. Baja el fuego para que no se queme, pero no tan bajo que deje de burbujear. Ten en cuenta que el uso de una olla más grande ayudará a detener el derrame de la mantequilla por todo el área de la estufa.

3. La espuma subirá. Puedes mover de vez en cuando para evitar que se queme y para comprobar el progreso. No es necesario remover la espuma durante el proceso de cocción, y, de hecho, en la literatura ayurvédica se menciona que la espuma tiene propiedades medicinales. Se colará después usando una gasa.

4. Después de algunos minutos empezará a tener un agradable olor como a las palomitas de maíz y una sustancia blanquecina se forma en el fondo de la cacerola. Usa la cuchara grande de metal para quitar de vez en cuando la espuma en la superficie. Cuando puedas ver todo hasta el fondo de la sartén y las cuajadas blancas en la parte inferior comienzan a ponerse cafés, está terminado.

5. Retira la sartén del fuego, deja enfriar a cálido (todavía líquida) antes de verter en los frascos.




6. Vierte en los frascos colando a través de una gasa. El ghee debe estar de un hermoso color dorado sin trozos blanquecinos. Descartar la cuajada marrón de la parte inferior de la sartén. Cuando se enfríe cerrar el frasco con la tapa y almacenar el ghee a temperatura ambiente. El ghee se hará sólido a temperatura ambiente. Se mantiene durante muchos meses, siempre y cuando no se le permita entrar agua dentro del frasco.




Receta Aryuvédica con Ghee.



Halva de Zanahorias
- 1/2 litro de agua o leche vegetal de tu preferencia (almendra, arroz, coco, etc.)
- 1/2 kilo de zanahorias.
- 75 gr. de pasas.
- 50 gr. de coco rallado.
- 50 gr. de azúcar mascabado.
- 50 gr. de sémola de trigo.
- 3 cucharadas de ghee.

Se cocen y trituran las zanahorias. Se calienta el ghee, le añadimos la sémola y el coco. Se mezcla un minuto y añadimos el azúcar y las zanahorias. La removemos todo hasta que se haga una masa.

Se coloca la masa en un recipiente humedecido con agua. Cuando se enfríe podemos decorarlo con coco rallado, almendras, pistachos o anacardos y cortarlo en trocitos.

FUENTE:
Traducción al español: equipo de Vida Lúcida www.unavidalucida.com.ar 
Toda la traducción al español con derechos reservados. 
Fuente en inglés: www.homemademommy.net Fuente en español:www.ayurvedasalud.com

sábado, 22 de junio de 2013

TRANQUILIZANDO EL ALMA


SALUDABLE EGOÍSMO


El primer hito del camino de la autodependencia es el propio amor, como lo llamaba Rousseau, el amor por uno mismo. Esto es, mi capacidad de quererme, lo que a mí me gusta llamar más brutalmente el saludable egoísmo y que abarca por extensión la autoestima, la autovaloración y la conciencia del orgullo de ser quien soy.

Desde la publicación de mi libro De la autoestima al egoísmo, la gente siempre me pregunta:

“Pero, ¿por qué lo llamás egoísmo... que a mí no me deja aceptarlo bien?”

Lo llamo así para no caer en la tentación de evitar esta palabra sólo porque tiene “mala prensa”.

A veces digo:
“Bueno, ¿cómo quieren que lo llamemos?
Llamémoslo como quieran. ¿Quieren llamarlo silla? Llámenlo silla. Pero sepan internamente que estamos hablando de egoísmo”.

Lo que pasa es que hay que dejar de temerle a esa palabra.
No confundirla con actitudes miserables o crueles, codiciosas o avaras, mezquinas, ruines o canallescas.
Son otra cosa.

No hace falta ser un mal tipo para ser egoísta.
No hace falta ser una mina jodida para ser egoísta.
Se puede ser egoísta y tener muchas ganas de compartir.
Siempre digo lo mismo.
Me da tanto placer complacer a las personas que quiero, que siendo tan egoísta... no me quiero privar...
Yo no me quiero privar de complacer a los que quiero.
Pero no lo hago por ellos, lo hago por mí. Ésta es la diferencia.
La diferencia está en que desde esta posición jamás se puede pensar en función de lo que hago por el 
otro.

Si yo hiciera cosas por vos, no podría seguir siendo autodependiente. No dependería de mí, sino de lo 
que vos necesitás de mí.

Y entonces... quizás... poco a poco me vaya volviendo dependiente.
Y si me encuentro siendo dependiente, bueno sería que revise esto.
Si soy dependiente, entonces hay permisos que no me puedo conceder.
Y si hago esto debe ser porque no me creo valioso o no me quiero lo suficiente.

Jamás hago cosas por los demás.

Uno piensa que este discurso suena muy egoísta. Y yo creo que es cierto que suena egoísta... porque es 
un discurso egoísta.

Lo que pasa es que éste no es el egoísmo mezquino y codicioso que estamos acostumbrados a pensar...

Es el egoísmo de aquellos que se quieren suficientemente como para saber que son valiosos... y que tienen 
cosas para dar.

Del libro:
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay
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